En el Palacio Real

Sánchez comete un ‘cantinflesco’ traspiés estilístico en su último encuentro con los Reyes

La imagen del frac de Pedro Sánchez, durante la recepción al presidente de Perú en el Palacio Real, ha provocado numerosos comentarios en las redes sociales.

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez en el Palacio Real.

Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que lo del protocolo no es lo suyo. Si el pasado 12 de octubre ya protagonizó un bochornoso incidente durante la recepción de los Reyes con motivo de la Fiesta Nacional -cuando se colocó en la fila del besamanos con los monarcas- ha sido, precisamente, en un nuevo encuentro en el Palacio Real donde ha dejado otra de las imágenes más comentadas.

Ocurrió el pasado jueves, durante la cena de gala ofrecida por los Reyes al presidente de Perú, Martín Vizcarra. El presidente del Gobierno, como dictaba la etiqueta, acudió en frac. Pero un detalle llamó la atención en el atuendo del líder socialista: el chaleco sobresalía excesivamente por debajo de la levita. Las normas dictan que el chaleco no debe asomar bajo esta prenda.

Otro error es el del corte de pantalón elegido, ajustados, tipo pitillo, del todo desaconsejados para un frac, de estilo clásico.

El motivo no ha pasado desapercibido en las redes sociales, donde se comenta, con guasa, la ‘anécdota’.

Sánchez acudió a la recepción acompañado de su esposa, Begoña Gómez. El presidente socialista mostró, durante la cena, un gesto tenso y serio. El encuentro con el Rey era el primero después de que se conociese que Sánchez airea en su libro ‘Manual de resistencia’ detalles de conversaciones privadas con el monarca, algo inédito.

«Enseguida nos reconocimos mutuamente como las personas que íbamos a sacar al país del riesgo del bloqueo», cuenta, por ejemplo, el líder del PSOE. También afirma que entabló con Felipe VI una «complicidad» que «sigue superando, a día de hoy, lo institucional».

Que un dirigente político difunda, y de esta forma, conversaciones íntimas con el monarca, resulta sorprendente. Sánchez abunda en ellas y se recrea, asegurando, por ejemplo, que fue el Rey quien le «desgranó» la «propuesta de Iglesias»: «que quería formar un Gobierno de coalición conmigo».

También asegura que, después de que Rajoy rechazase presentarse a la investidura, el Rey le llamó por teléfono «preocupado» porque «la situación en la que quedaba el país era de bloqueo absoluto» y «endosaba a la Corona la resolución de un escenario muy complejo».

«No se preocupe, señor. Los socialistas vamos a asumir nuestra responsabilidad», dice que respondió al monarca.  «Le di mi palabra de desbloquear las instituciones y él me lo agradeció muy sinceramente», añade.

«Conectamos de una forma especial, confiamos el uno en el otro y se estableció una relación muy franca (…) la prueba de la relación estrecha que tejimos aquellas semanas», dice en otro momento, «me la dio unos meses después, cuando dimití como secretario general. Me llamó para darme ánimos».

Esa relación se extiende también a doña Letizia. Sánchez llega a asegurar que la reina tenía especial interés en contactar con él después de haber sido elegido secretario general del PSOE. «La Reina Letizia se acercó para saludarme; ella estudió en el Instituto Ramiro de Maeztu, como yo, y quería conocerme personalmente», cuenta en la obra.

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