Pujol aún cree que, «compensando hechos», el juicio de «la Historia» le dará «un aprobado claro»
No contempla todavía la posibilidad de ser condenado por las múltiples trapacerías de las que son sospechosos él y toda su familia –sus siete hijos, su esposa y él mismo han sido imputados por casos de presunta corrupción–, y en todo caso cree que su trabajo político como presidente del a Generalitat y líder del nacionalismo catalán derivado en independentismo compensa cualquier chanchullo. Así se juzga a sí mismo Jordi Pujol i Soley, según un texto publicad en su página web.
El antiguo presidente de la Generalitat, imputado por blanqueo él y su mujer, y por múltiples delitos más sus siete hijos, ha publicado hoy un texto escrito presuntamente hace un año en su casa de Queralbs en el que presume de que «compensando hechos» la Historia lo absolverá.
El ex presidente catalán, después de confesar que ocultó al fisco una fortuna durante décadas, se exhibe como una especie de mártir de sí mismo en el los párrafos hechos públicos este martes. Hablando de sí mismo en tercera persona, como quien emite un juicio histórico sobre un personaje mítico, explica que aún no se ha reconciliado consigo mismo, pero presume de que el «juicio de la Historia» le dará un «aprobado claro» a su balance político.
La Asociación Serviol, fundada por el ex presidente catalán como supuesta vía para «fomentar el conocimiento en Cataluña» precisamente en el momento en que más escondido estaba Pujol por el escarnio público que había levantado su presunta corrupción y la de toda su familia, ha publicado en su web este martes un texto del antiguo líder de Convergència aunque fue escrito por él hace un año, en agosto de 2015, y en el que éste reflexiona sobre su situación después de pasar unos días en su casa de Queralbs (Girona).
«Puedo decir que no me he derrumbado, pero no puedo decir que haya pasado página», relata el fundador de CDC, que desapareció de la esfera pública tras su confesión a finales de junio del 2014 de haber ocultado fondos en el extranjero durante décadas.
El convergente reflexiona sobre su legado político y afirma que, «si un pensador o un juez o, algún día, un historiador muy preciso debiera emitir sentencia basándose en pesos compensados o argumentos jurídicos o contables estrictos o en hechos, sólo y sin hurgar en la intimidad», podría suceder que «esto conllevara un aprobado claro para todo el mundo y tal vez para la Historia».
Pero para el propio Pujol, pese a que son «muy importantes» los juicios del pueblo y de la Historia, puede ser –prosigue el texto, en el que habla de sí mismo en tercera persona– que «para su paz y para su autoconsideración no tenga suficiente» y falte «algo que nadie le puede dar, que es su reconciliación consigo mismo».
Así, el expresident concluye: «Sigo sin haber recuperado suficientemente la sensación de paz y de alegría interior».
«Lo constato. Dejo constancia. Con nostalgia. Pero afortunadamente también con esperanza. Y la esperanza da fuerza», añade.