El psiquiatra de Infancia Libre asesoró a Zapatero para dejar a los padres sin defensa ante denuncias falsas

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Carlos Cuesta

El psiquiatra decisivo en Infancia Libre, Antonio Escudero, fue uno de los impulsores clave de la ideología de género con José Luis Rodríguez Zapatero. Escudero trabajó ya en 2010 como asesor en esta materia para el Gobierno de Zapatero y el Observatorio de Violencia sobre la Mujer que impulsó aquel Ejecutivo.

Lo hizo, entre otras cosas, para desmontar la principal vía de defensa de los padres ante las denuncias falsas por abusos: Escudero aseguraba que no pasaba nada por el hecho de que la custodia pasara a las madres porque no había “base científica” para asegurar que éstas pudieran influir durante esos periodos para poner a los niños en contra de los padres. Cuando los padres superaban las denuncias falsas y demostraban su inocencia se encontraban con que el juez mantenía la custodia porque los menores los rechazaban.

La podemita asociación Infancia Libre ha logrado ya el récord de contar con cuatro detenciones por secuestro de niños. Cuatro casos en los que las madres, gracias precisamente a esas denuncias falsas, han separado a padres e hijos argumentando que lo mejor para los menores era no volver a ver a sus padres. En ese entramado hay una figura de gran importancia: el psiquiatra Escudero, pieza decisiva porque sus informes facilitaban el inicio del alejamiento entre padres e hijos justificando la bondad de estas decisiones ante los tribunales.

Este psiquiatra elaboró un informe clave en esa estrategia en el año 2010. Lo hizo para el Observatorio de Violencia sobre la Mujer y el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Y allí señalaba, junto con otros expertos que “la Asociación Española de Neurosiquiatría hace la siguiente declaración en contra del uso cínico y legal del llamado Síndrome de Alienación Parental”, porque, según ese informe “es un hecho reconocido la frecuencia y complejidad creciente de los casos de litigio legal, tras separación o divorcio, por la custodia de un menor.

Esas situaciones de litigio por el poder en la relación a través de la custodia del menor, colocan al niño en un conflicto de lealtades y pueden desembocar, si no se trabajan adecuadamente, en situaciones que menoscaban la salud mental del niño/a”.

«Lavado de cerebro al menor»

Por ello, según Escudero y sus compañeros “la esencia del llamado síndrome de alienación parental», según el autor que lo inventó y le dio el estatus de ‘síndrome médico’ (Gardner, 1985), se refiere a la «programación o lavado de cerebro hecho por un progenitor sobre el niño, con el fin de denigrar y vilipendiar al otro progenitor» (añadiéndose elaboraciones “construidas” por el propio menor) y así justificar la resistencia del niño/a a mantener una relación con dicho progenitor, al cual se define como ‘alienado’.

Escudero advierte de que “en los últimos años en España, lo mismo que en otros países de nuestro entorno, se ha ido infiltrando en las sentencias judiciales bajo la supuesta rúbrica científica del SAP argumentos para cambios de custodia u otras acciones legales de enorme repercusión para el niño y la familia; argumentos sin embargo no aceptados por una amplia mayoría de profesionales de salud mental”.

Y por todo ello, exige que se deje de tener en cuenta este factor: “Las bases sobre las que se construye el castillo en el aire del SAP corresponden a la descripción que hace R. Gardner en 1985 basándose en sus opiniones personales y en autocitas. […] El SAP supone un grave intento de medicalizar lo que es una lucha de poder por la custodia de un hijo. Se pasa así, a explicar las complejas dinámicas de interacción familiar en base a la programación del niño que hace el cónyuge denominado “alienador” con objeto de denigrar al cónyuge “alienado”. Supone un abuso de la utilización de lo “psiquiátrico-psicológico” que evita, así, considerar el papel que también juega en el conflicto el cónyuge que es considerado “víctima del alienador”. […] El sesgo de género en las descripciones del SAP es innegable. La mayoría de los cónyuges “alienadores” son en su opinión “mujeres que odian a los hombres”.

El veredicto se ha ido incorporando en España. Y, de hecho, es cada vez más difícil para los padres con denuncias falsas alegar nada en contra de la separación de sus hijos.

Antonio Escudero, además, figura como psiquiatra clave en los casos de Infancia Libre. Y él aparece reflejado en el informe que la Policía Judicial remitirá en breve a la juez con las evidencias de que las cuatro secuestraniños podemitas han actuado con un patrón similar a la hora de retener a sus hijos tras una denuncia falsa de presuntos abusos sexuales. En todos los casos han mediado denuncias falsas por abusos sexuales contra los padres, en los secuestros se han utilizado previamente los plazos ganados con esas denuncias para huir con los niños y, además, en todos se ha registrado absentismo escolar de los niños hasta llegar a la desescolarización total de los hijos.

Todo coincide, pero, además, las cuatro secuestra niños trabajaron en asesorías a Podemos en materia de protección a la infancia. Y contaron como apoyo con el mismo equipo psiquiátrico y jurídico. Y allí estaba Escudero.

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