Investidura Pedro Sánchez

Preocupación en Moncloa porque las cesiones a ERC acaben truncando el apoyo de otros partidos

Los plazos para la investidura de Pedro Sánchez se complican y no se descarta, incluso, que se alargue más allá de la primera semana de enero

Junqueras da por hecha la amnistía y exige la autodeterminación a cambio del apoyo a Sánchez
Pedro Sánchez y Oriol Junqueras.

El calendario para la investidura de Pedro Sánchez vuelve a enrarecerse. A falta de la firma que garantice la abstención de ERC y que, llegado el momento, escenificarán el propio Sánchez y Pere Aragonès, una vez superada esa pantalla, el PSOE tendrá que trabajar contrarreloj para sellar el acuerdo programático con Podemos, casi finiquitado.

Sentenciados ambos pactos, Adriana Lastra y José Luis Ábalos tendrán que sondear de nuevo a los partidos minoritarios, cuya suma es fundamental para que la investidura prospere. La convocatoria tiene el propósito de explicar los acuerdos alcanzados, con Podemos y con los independentistas, y ese asunto genera inquietud en La Moncloa.

Formaciones como el Partido Regionalista de Cantabria, ¡Teruel Existe! o Coalición Canaria han expresado su voluntad de facilitar la elección de Pedro Sánchez, pero supeditan el apoyo final a las concesiones que el PSOE acabe haciendo a los separatistas. De lo que firmen el PSOE y ERC dependerá el voto final de estos partidos minoritarios. En los contactos previos con estas formaciones, los socialistas les prometieron total transparencia en los acuerdos con ERC y también que lo firmado no rebasaría el marco constitucional. Pero, si no lo cumple, se complicaría su elección. Otro tema es lo que el Ejecutivo acepte revelar de sus negociaciones.

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, consideró hace unos días que la investidura no está «asegurada para nada». En su opinión, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la inmunidad de Oriol Junqueras da «alas y envalentona» a ERC. Un partido, opinó, que «no es buen compañero de viaje» pues «no renuncia a cuestiones que ningún partido constitucionalista como el PSOE o el PRC puede aceptar».

Para que la investidura prospere, Sánchez necesita de la colaboración de los partidos regionalistas. El pacto con Podemos sólo suma 155 votos. En los cálculos de La Moncloa se espera contar con el apoyo de PNV (6), Más País (3), Coalición Canaria (1), Nueva Canaria (1), BNG (1), Teruel Existe (1) y el PRC (1).

El resto de partidos -Partido Popular (89), Vox (52), Ciudadanos (10), Navarra Suma (2), JxCat (8), Bildu (5), CUP (2)- suman 168. Para que la investidura prospere en ese escenario es imprescindible la abstención de ERC.

Acuerdo con Podemos

Por otro lado, el acuerdo programático con Podemos no está aún cerrado. «Hicimos lo más fácil, que era comprometernos a gobernar conjuntamente para desbloquear la situación, ahora falta lo más difícil», admiten fuentes socialistas sobre el detalle del pacto de medidas y de la estructura de Gobierno. Esas conversaciones se mantienen en la total opacidad, y la idea es que el resultado final se revele poco antes de la investidura.

Y es que la firma del acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias incluía únicamente la voluntad de formar un Ejecutivo de coalición socialcomunista con un boceto inicial de la estructura del nuevo Ejecutivo.

Ese organigrama sitúa a Pablo Iglesias como vicepresidente y a Podemos con tres, o cuatro, ministerios, pero nada es descartable por el momento.

Desde ese día, los equipos negociadores de ambas formaciones trabajan para alcanzar un acuerdo programático que, a día de hoy, «no está cerrado, ni de buen trozo», confían fuentes conocedoras de la negociación. Los partidos comenzaron sus conversaciones por las áreas programáticas en las que se sienten más cómodos y afines, dejando para el final lo más espinoso, que es lo que ahora les ocupa.

Segunda semana de enero

Así las cosas, la intención del Gobierno de someterse a la investidura ya en la última semana de diciembre parece del todo improbable. El pleno habría de convocarse, al menos, con dos días de antelación, según se comprometió la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, aunque no existe norma escrita al respecto. La primera semana de enero es la opción más plausible, aunque los temores de las últimas horas han impulsado los cálculos más pesimistas para el Ejecutivo, que llevarían a la segunda semana de enero.

Por otro lado, ERC admite que la negociación está avanzada, a falta de algunos «flecos», pero siguen manteniendo sus condiciones, especialmente la liberación de su líder, Oriol Junqueras. También reclaman la anulación del juicio del procés.

La siguiente fase de la negociación sigue pendiente de la Abogacía del Estado, que en los próximos días presentará su informe sobre la inmunidad de Junqueras. Se espera que las conclusiones estén en sintonía con la postura que ya expresó en junio, favorable a que el dirigente independentista pudiese realizar los trámites para recoger su acta como parlamentario. La duda es si esos trámites se limitarán a la Junta Electoral Central, en Madrid, o se le permitirá viajar a Bruselas.

 

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