Independentismo en Cataluña

Sánchez pide a los golpistas que se centren en el Covid mientras lo desafían con la foto de Waterloo

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La foto de los líderes del independentismo catalán en Waterloo, donde este miércoles Carles Puigdemont y Oriol Junqueras se han visto las caras por primera vez en los últimos cuatro años, no inquieta a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno ha tirado del manual buenista desplegado con motivo de los indultos para instarles a avanzar en el «reencuentro» que permita superar el «desgarro» que se produjo en Cataluña en 2017 y así centrarse en la lucha contra la pandemia, que es lo que le «urge» a la ciudadanía.

Así lo ha asegurado en la rueda de prensa que ha ofrecido en Riga junto al primer ministro de Letonia, Arturs Krisjanis Karins, al ser preguntado por el encuentro en Bélgica entre el ex presidente prófugo y el indultado líder de ERC.

«Hay que aprender de los errores que se cometieron, por parte del independentismo. Tendrán que hacerlo», ha exigido Pedro Sánchez, al tiempo que ha insistido en la necesidad de que el Govern abra un proceso de diálogo «con la otra parte de Cataluña que no comparte sus tesis independentistas».

Según Sánchez, la pandemia ha demostrado que «todo» el mundo es necesario, y ha instado a los independentistas a centrarse en lo que «urge», a lo «importante», que según ha dicho es la gestión de la pandemia en Cataluña.

El repunte de casos en Cataluña, especialmente entre la población joven, ha llevado la incidencia acumulada por encima de los 500 casos. Este miércoles ya había llegado a los 564. Además, la velocidad de transmisión del virus ha alcanzado los 3,39 puntos, lo que quiere decir que los más de 7.400 contagios de las últimas 24 horas se convertirán próximamente en 24.000.

«Hay que poner las cosas que ahora mismo son urgentes, importantes para a ciudadanía catalana, que es la salud, la vacuna, cuando se supera la curva de contagios, sus negocios. Son las cuestiones que ahora importan y mucho al conjunto de la ciudadanía catalana y española», ha insistido el presidente del Gobierno.

La foto de Waterloo

Los dos grandes líderes del independentismo catalán, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, presidente y vicepresidente del Govern de la Generalitat que perpetró el golpe del 1-O, han vuelto a verse cara a cara este miércoles, 1.349 días después de su último encuentro.

La cita se ha celebrado en la mansión que el prófugo disfruta en Waterloo (Bélgica), adonde el líder de ERC ha llegado acompañado por la ex presidenta del Parlament Carme Forcadell y los ex consellers Raül Romeva y Dolors Bassa, todos ellos indultados hace dos semanas por el Gobierno de España. En la residencia les esperaban, además de Puigdemont, el también ex conseller fugado Toni Comín y el rapero Valtonyc, condenado por enaltecimiento del terrorismo y humillación de las víctimas.

Junqueras intentó que este reencuentro se hubiera producido este martes en Estrasburgo, aprovechando que había pleno en el Parlamento Europeo, en el que Puigdemont es eurodiputado. Sin embargo, el líder de JxCAT renunció a participar en él para forzar a Junqueras a desplazarse a Waterloo, desde donde el prófugo mantiene el imaginario de una presidencia de la Generalitat en el exilio a través del denominado Consell per la República.

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