España
ELECCIONES 28M

El partido de Otegi buscó «militantes que sepan que la lucha continúa» antes de fichar a etarras

Sortu sentó las bases de su futuro en 2022 con un documento que llamaba a "cuidar" e integrar en la militancia al sector de ETA

Los 44 etarras que irán en las listas de EH Bildu para las próximas elecciones municipales del 28 de mayo, siete de ellos con asesinatos a sus espaldas, no responden a un antojo. Sortu, el ala dura de los actuales socios del Gobierno de Pedro Sánchez y familia política de la que proviene Arnaldo Otegi, se fijó como objetivo en su congreso interno de 2022 atraer a «un mínimo núcleo militante», con «pasión por la lucha» y que «tenga claro que nuestro pueblo sigue siendo un pueblo oprimido» y que ese «proceso de liberación continúa». Unas líneas marcadas que un año más tarde han culminado con ese fichaje de casi medio centenar de miembros de ETA.

Poco después de que el Gobierno de Sánchez aprobase los Presupuestos Generales del Estado para 2022 con el apoyo de EH Bildu, Otegi se vanaglorió de que la gobernabilidad de España dependía directamente del voto de la izquierda abertzale. Y de que lo volvería a hacer si es necesario para sacar de prisión a 200 etarras. Fue en esos mismos días en los que, espoleados por esa victoria política, los dirigentes de Sortu presentaron las líneas de su nuevo proyecto político. Una ponencia de 64 páginas en la que el ala más dura de EH Bildu, la que está detrás del actual fichaje de etarras para las listas municipales, definía las líneas maestras de lo que estaba por venir.

Sortu insistió en ese documento de la necesidad de abrir el partido hacia otros sectores «radicales» de la izquierda abertzale. A «empoderar a los integrantes del bloque histórico». «Hace falta una organización que represente la tradición histórica y los objetivos estratégicos del movimiento de liberación nacional vasco, porque tiene una visión completa del proceso de liberación. Además, es una comunidad luchadora sólida, que se ha creado y desarrollado en una trayectoria de radicalidad y que ha avanzado por encima de represiones y ataques», explicaba la formación que hoy tiene en sus filas, entre otros, al último ex jefe de ETA David Plá.

Se trata, decía Sortu en su planteamiento político, de una necesidad para evitar «los vientos que corren». Y para ello, proponían establecer un reducido grupo duro, que comparaban con un árbol: EH Bildu será las ramas largas y anchas que alcancen a toda la sociedad vasca para crecer en votos, pero Sortu sería las «raíces fuertes y profundas» gracias a personas que hayan demostrado su «pasión por la lucha».

«Sortu tiene que proporcionarle raíces al proyecto del soberanismo de izquierdas, y para ello tiene que garantizar que en este pueblo haya en todo momento un mínimo núcleo militante formado en los valores que hemos mencionado; una mínima cantidad de militantes que tengan claro que nuestro pueblo sigue siendo un pueblo oprimido y que el proceso de liberación continúa, que la militancia no es una actividad pasajera, sino una elección para toda la vida; un núcleo militante que esté dispuesto a dar lo mejor de sí en lo que haga falta, tanto ahora como en el futuro», explicaban. En ese mismo congreso, Sortu oficializaría el nombramiento como dirigente de Plá y de otros cinco miembros con pasado en ETA.

La ponencia insistía en la necesidad de «cuidar a lo que podríamos considerar la comunidad histórica de la izquierda abertzale». «Especialmente, a algunas de las subcomunidades concretas que la conforman, tales como presas y presos (mientras lo son), familiares de presas y presos, y familiares de compañeras y compañeros que se han quedado en el camino».

«Frutos» de la lucha

Bajo un constante halo de ambigüedad, Sortu describe la «trayectoria histórica de lucha» de la izquierda abertzale, que llama a «defender con todas sus luces y sombras, la legitimidad y los frutos de esa trayectoria». Insisten, además, en que el nuevo Sortu debe «institucionalizar lo peleado» y aboga por una receta de «desobediencia y confrontación».

Mientras tanto, el líder de Bildu, Arnaldo Otegi, evitó este jueves las preguntas sobre la inclusión en las listas electorales de su partido de 44 terroristas condenados, siete de ellos por asesinato. Otegi, que participó en un acto preelectoral en Vitoria, lo abandonó de forma precipitada cuando los periodistas le preguntaban por los candidatos para las próximas elecciones municipales y autonómicas del 28M.

Otegi aseguró que «frente al barro y al ruido» y que Bildu «plantea soluciones» y ha pedido un «cambio» en el País Vasco, asegurando que su formación «cumple su palabra». En el momento en que los periodistas le preguntaron por los 44 candidatos condenados por terrorismo, Otegi escapó de los periodistas evitando responder.