ELECCIONES 28M

Paco de la Torre: «Bildu falta al respeto de las víctimas de ETA y no entiendo que el PSOE no lo haya evitado»

“No entiendo que Sánchez diga que es socialdemócrata con los compañeros de viaje que se ha buscado”

“Voy en furgoneta a los mítines porque hay que ser escrupuloso con el uso de medios oficiales durante la campaña”

La Andalucía de Moreno afianza su competitividad en el mundo con un nuevo récord de exportaciones

Vox exige a Espadas que condene los 44 etarras de un Bildu cuyos pactos con el PSOE «apoyó»

Aquí puedes ver la entrevista completa

Ver vídeo

Paco de la Torre (Málaga, 1942) es Licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, Especialista en Desarrollo Regional por la Universidad de Rennes en Francia y Doctor Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Madrid. Y se nota al hablar con él. Nada que ver con el nivel medio intelectual de la clase política actual. El periodista encuentra a un hombre extremadamente educado y cortés, casi de otra época, pero en la vanguardia digital, como la propia Málaga. Es tiktoker, instagramer y tuitero («es bueno estar ahí», dice). Habla con enorme corrección, sin una palabra más alta que la otra. Forma parte de eso que ahora se diría su marca personal. Porque Paco de la Torre es del PP, pero, en realidad, en Málaga es, simplemente, Paco de la Torre. Su alcalde eterno desde hace dos décadas, a quien han criticado desde la oposición «progresista» por presentarse a la reelección con 80 años. 

El periodista llega a Málaga dispuesto a preguntarle al veterano Paco de la Torre si mantiene la ilusión. Pregunta fallida. Porque cuando llega el momento de hacerla no hace falta. El alcalde de Málaga desprende, en palabras suyas, «ilusión, proyectos, amor y pasión por Málaga». Y deja claro que, mientras tenga también salud, seguirá. En Málaga hay quien apuesta por un relevo a mitad legislatura en favor de Elisa Pérez de Siles. El mes que viene, se decide la Expo 2027. Cuesta pensar que Paco de la Torre, si Málaga es elegida, no quiera culminar su proyecto con semejante colofón. La valoración de su gestión política la harán los malagueños el 28M. De la Torre ganará, pero los márgenes con el bloque de izquierdas son estrechos y nadie baja la guardia en el PP para evitar sorpresas. Se apela sobre todo al voto de un Ciudadanos en Málaga cuya vicealcaldesa se echó al monte, absurdamente, de criticar la gestión del alcalde. O sea, la suya.

Tiempo al tiempo para hablar de relevos. Primero las elecciones y gobernar. Porque, además, Paco de la Torre lleva desde los años 70 en política. Con 28 años fue presidente de la Diputación. Su actividad universitaria le avaló, en los estertores del franquismo, como un presidente reformista en la España de aquella época. En la Transición militó en la socialdemocracia de la UCD. No entiende ahora mucho la etiqueta socialdemócrata que se pone Pedro Sánchez. Paco de la Torre fue, la noche del 23F en el Congreso, el diputado del transistor. Se hizo con uno, se lo pegó a la oreja, se hizo el dormido en su escaño e iba escuchando las noticias del exterior, que transmitía al resto de diputados y al gobierno.

Llegó al Ayuntamiento de Málaga de manos de Celia Villalobos. Es alcalde desde mayo del año 2000, justo en el cambio de milenio, como premonición de su evidente obsesión por colocar a Málaga en el futuro. Nada más llegar, vivió el zarpazo de ETA a Málaga. A los dos meses, en julio, la banda terrorista asesinó al concejal José María Martín Carpena. Tres meses después, en octubre, ETA asesinó en Granada a su cuñado, el fiscal Luis Portero. Los ojos vivos de Paco de la Torre se retraen, profundos, hacia adentro al hablar de ETA, de Bildu y del pacto preferente de Pedro Sánchez con esta gente.

De la Torre entiende, desde luego, la política de manera diferente al presidente del Gobierno, subido al Falcon para ir a mítines o usando un jet privado de lujo, que el PSOE se niega a explicar quién lo está pagando. Paco de la Torre nos convoca en el monumental edificio del ayuntamiento, pero hacemos la entrevista en la estrecha oficina del Partido Popular en el consistorio. Una furgoneta le espera en la calle con su foto y el lema: Con Paco gana Málaga. El alcalde nos dice: «Hay que ser escrupulosos y no usar vehículos oficiales en actos de campaña».

Pregunta.- Usted es un veterano de la política. 20 años como alcalde con una amplia trayectoria anterior. ¿Cuánto tiempo más se ve en política?

R.- Pues mientras tenga ilusión, proyectos y la confianza de la gente. Es evidente que eso no es ilimitado desde el punto de vista de la salud, la capacidad, etc. Hay que cuidarse y hacer ejercicio físico. Mens sana in corpore sano es una gran verdad. Pero, sobre todo, lo más importante es mantener la ilusión, proyectos, amor y pasión por Málaga. Creo profundamente en la capacidad de nuestra ciudad de conseguir éxitos y los que quedan. Hemos creado Innova-Instituto Ricardo Valle para esa vida tecnológica de ciudad y de provincia, pero con vocación nacional de Andalucía y España. Y queremos verla crecer.

P.- Energía no le falta. Nos cuentan que su equipo tiene que hacer turnos para seguir su ritmo.

R.- (Sonríe) Los concejales hacen un trabajo inmenso a un ritmo muy trepidante.

P.- Va usted en furgoneta estos días.

R.- Sí. Hay que ser escrupulosos y no usar vehículos oficiales en actos de campaña. Nos permite, también, ir trabajando.

P.- Usted proviene de la socialdemocracia de UCD. Cuando ve a Pedro Sánchez definirse como socialdemócrata, ¿qué piensa?

R.- Pues mire que se ha buscado unos compañeros de viaje muy discutibles para hacer esa afirmación. Los socialdemócratas del PSOE tienen que estar muy incómodos. En política de vivienda, por ejemplo. Debería buscar incrementar la oferta de venta y alquiler y mecanismos -como hacemos en Málaga- para conseguir recursos de las viviendas turísticas y canalizarlos a la ayuda al alquiler a los más necesitados. Creo que las alianzas que ha buscado Pedro Sánchez para estar gobernando España no son las más aconsejables. Decía que dormiría intranquilo e hizo los pactos que hizo [con Podemos]. Lo mismo que Bildu poniendo asesinos en las listas. Hará que muchas gentes del PSOE se sientan incómodas.

P.- Málaga sufrió, también, el azote de ETA. El concejal Martín Carpena fue asesinado al poco de ser elegido usted alcalde.

R.- Sí. En julio de 2000 y pocos meses después asesinaron a mi cuñado, el fiscal Luis Portero.

P.- Y ¿qué piensa o qué siente viendo terroristas en las listas de Bildu, socio preferente del Gobierno?

R.- Un rechazo profundo. Y no comprendo que el PSOE no lo haya frenado o evitado. Es una falta de sensibilidad y respeto a las víctimas.

P.- El candidato del PSOE, Dani Pérez, ¿ha dicho algo sobre Bildu o sobre la salida de violadores con el Sí es Sí?

R.- No, que yo sepa. Yo, desde luego, lo tengo claro. A mí me produce rechazo y condena y hubiera esperado del PSOE lo mismo: un rechazo firme y fuerte. Eso merece el rechazo más firme y absoluto.

P.- Usted estaba el 23F en el Congreso. ¿Qué echa de menos del espíritu de la Transición?

R.- Muchas cosas. Echo de menos, justo, ese espíritu de la Transición donde se ponía el interés de España y el bien común por encima de las estrategias de partido. Yo, al menos, así lo viví desde la UCD. En la elaboración de la Constitución, en un desarrollo racional del Título VIII (cuyo intento de hacerlo debilitó precisamente a la UCD), en la educación… Hubo un gran esfuerzo por parte de todos y eso tendría que haber seguido después, en la post Constitución. Cuando en 1982 el PSOE ganó por goleada, y por tanto se abría un tiempo de estabilidad en el Gobierno, se deberían haber trazado unas líneas maestras con el impulso del PSOE, pactando con todas las fuerzas, para definir una España donde la educación hubiera sido del nivel adecuado al objetivo de entrar en Europa. Europa suponía libertad de movimiento, de capitales y de personas y por tanto íbamos a competir. Teníamos que haber elevado nuestro nivel con la educación. Esa era la clave de todo. No tanto invertir en cemento, autovías e infraestructura, que también había que hacerlo, sino fortalecernos en educación. Pero no se hizo. Ese espíritu de la Transición tenía que haber seguido durante un tiempo para desarrollar la Constitución.

Lo último en España

Últimas noticias