Casado no tiene prisa por dejar Génova: el ‘efecto Valencia’ enfría la mudanza
Hace casi ocho meses que Pablo Casado anunció ante sus barones su intención de abandonar la icónica sede de Génova 13. «Cambiaremos la sede nacional del PP de ubicación, pues no debemos seguir en esta sede, cuya reforma está siendo investigada en los tribunales», aseveró el líder popular. El anuncio lo hizo Casado en plena resaca de los malos resultados del 14-F en Cataluña y en la misma rueda de prensa en la que comunicó la celebración de una Convención nacional. Entonces, el cambio era una prioridad para el partido. Ahora, el proceso de mudanza sigue en marcha, pero sin prisa.
El indudable éxito del cónclave en Valencia -donde el PP reunió a 12.000 personas en la Plaza de Toros para relanzar su proyecto de Gobierno- no altera los tiempos, que transcurren, según fuentes populares, en el orden para dar la máxima transparencia al proceso. Esta misma semana, por ejemplo, se comunicará la empresa ganadora del concurso que se encargará de pilotar la mudanza.
Fuentes de Génova explican que ésta se hará cuando todo esté bien organizado, sin plazos ni calendario. Con las encuestas a favor, el partido está ahora volcado en la estrategia política que marcará los próximos meses, decisivos de cara a las generales. El cambio de sede no será inmediato, como se pretendía en un principio.
La selección del auditor se ha hecho mediante concurso. «De esta forma, garantizamos la máxima transparencia tanto en la elección del procedimiento de la empresa asesora, como en los procesos de selección final y en la toma de decisiones que se realicen», explican desde la dirección. El plazo para presentar ofertas se cerró el pasado 23 de julio, y las empresas que se han presentado a la oferta son Colliers, Jones Lang Lasalle Spain, Savills Aguirre Newman, Knight Frank, CBRE y KPMG.
Los populares no quieren precipitarse ni se dejarán llevar por la euforia de la convención. Tampoco las elecciones generales -para las que en teoría quedan aún dos años- marcan el proceso. Lo que sí tienen claro es que se buscará un inmueble «por la zona» -en el corazón de Madrid-, no muy alejado de la actual sede.
Consolidar la alternativa
El partido se centrará ahora en consolidar la alternativa política que se relanzó en Valencia. El ánimo es radicalmente opuesto a febrero, cuando se marcó el propósito de abandonar Génova. Entonces, el PP venía de sacar su peor resultado histórico en Cataluña. Un resultado envuelto en las informaciones sobre el caso Bárcenas en plena campaña. Casado verbalizó entonces la ruptura total con ese pasado, del que siempre se ha distanciado. «Las hipotecas en política no son hereditarias, no podemos seguir pagando facturas de cuestiones que no conocemos», advirtió.
Ahora, el viento sopla claramente a favor. Los sondeos pronostican que el PP llegará a La Moncloa con una amplia ventaja frente a Sánchez y el proyecto ha adquirido un renovado impulso, como muestra el músculo exhibido en Valencia. Allí se vio a un exultante Casado, que ha sabido romper con el mal pasado del partido y quedarse con la mejor herencia de gestión y experiencia política.
En las próximas semanas, el PP llevará el empujón valenciano a toda España, con un despliegue de cargos en los diferentes territorios y un programa de actos de partido. La dirección se empleará directamente en la tarea a través de los vicesecretarios, quienes, como avanzó este periódico, recorrerán el país hasta diciembre para explicar las conclusiones de la convención e ir esbozando las ideas clave del programa que Casado llevará a las próximas generales. Todo ello, con el objetivo de sumar cada vez más voces, aunando sensibilidades diversas, al proyecto popular. Como proclamó Casado el domingo: “Queremos que vuelvan todos los liberales y los conservadores, que confíen en nosotros los socialdemócratas defraudados por el sanchismo».