Convención del PP

Casado pide que vuelvan al PP «todos los liberales y conservadores» que Rajoy echó en 2008

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Valencia
  • Enviada especial
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El presidente del PP, Pablo Casado, ha confirmado este domingo en Valencia su alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez y su proyecto para llegar a La Moncloa. En la clausura de la Convención nacional, Casado ha consagrado además su mensaje para ensanchar la base del partido, con una clara enmienda a lo que, en 2008, Mariano Rajoy proclamó precisamente desde la misma comunidad.

«Para los que peináis canas o tenéis juventud acumulada, el PP lo fundasteis, se fundó, para unir a todo lo que estuviera a la derecha del PSOE. Pero ahora tenemos la responsabilidad de conseguir también la unión de todos los constitucionalistas. Queremos que vuelvan todos los liberales y los conservadores», ha clamado Casado ante una Plaza de Toros a rebosar. Más de 9.000 personas dentro -y 3.000 fuera- han respaldado la puesta de largo del proyecto del PP para desalojar a Sánchez del Gobierno.

Una apuesta cuya raíz pasa por aglutinar en torno a las siglas a las distintas sensibilidades. En definitiva, la idea de la «casa común», el mensaje que ha transitado a lo largo del gran cónclave de los populares y que corrige lo que Rajoy censuró trece años atrás. Entonces, el ex presidente del Gobierno, en un discurso ante miembros de su partido en Elche (Alicante), llegó a afirmar: «Si alguien quiere irse al partido liberal o conservador, que se vaya».

La aseveración se producía en plena guerra de poder en el partido, y tras la derrota de Rajoy, apenas un mes antes, en las generales que dieron paso al segundo Gobierno de Rodríguez Zapatero. Con un congreso a la vista -en el que optaba a la reelección- y ante una posible candidatura de Esperanza Aguirre, el presidente de los populares respondía así con desorbitada fiereza a unas declaraciones en las que la presidenta madrileña afirmaba no sentirse sorprendida de que en los sectores socialdemócratas se sintieran más cómodos con él que con ella. Aguirre reivindicaba su firme convencimiento por el liberalismo, reclamaba un debate ideológico en el PP y pedía redefinir el proyecto para poder ganar elecciones. Una idea con la que algunos sectores no se sentían especialmente cómodos.

Rajoy, en su apuesta por la tibieza, suscitaba amplias diferencias con la dirigente madrileña quien, lejos de amilanarse, se reiteraría días después advirtiendo: «Somos más liberales que socialdemócratas y yo estoy convencida de que es lo que tenemos que ser».

«Nuevo contrato social»

Pablo Casado quiere regresar a la esencia del PP. Los valores y principios que hicieron grande a un partido ganador. Es su firme apuesta para llegar a La Moncloa, uniendo todas las sensibilidades ideológicas en el fin común de acabar con el Gobierno de Sánchez.

Génova ha cuidado al detalle su Convención nacional, eligiendo como escenario de cierre un lugar especialmente simbólico. La Plaza de Toros de Valencia fue el marco de las grandes victorias del PP, de sus grandes mítines electorales. La cúpula popular celebra que el partido ha recuperado toda su fuerza y reconoce que «hace tres años, esto no hubiera sido posible». Este domingo, Casado ha conseguido llenar el coso valenciano por primera vez en casi una década. «El PP ha vuelto», proclamaban dirigentes apabullados al ver casi desde primera hora un aforo a reventar.

La propia dirección se ha declarado sorprendida de la respuesta de la militancia. «España quiere volver a respirar PP», ha correspondido el presidente popular en una intervención triunfal e interrumpida en numerosas ocasiones por vítores y aplausos. En un ambiente festivo, de euforia, Casado ha exhibido músculo para proclamar su alternativa al socialcomunismo con un proyecto que ha ido detallando, medida a medida.

En su mensaje, ha reivindicado que el PP debe «mantener las raíces», los valores, para así «cobijar a mucha gente» y sumar mayorías.

«Yo quiero un PP grande, un PP firme, un PP ancho, un PP abierto, un PP fuerte, un PP unido, quiero un PP que no salga a heredar, ni a empatar, sino a ganar y a gobernar, a modernizar España, a transformar la sociedad y a devolver el poder a los españoles», ha exclamado exultante.

Ha reivindicado el legado de sus antecesores -«Este año se cumplen 25 años de la primera victoria electoral del PP en 1996 y se cumplen 10 años de nuestro segundo Gobierno en 2011. Podemos sentirnos orgullosos»- y ha recordado los grandes logros de sus gobiernos:»El partido que derrotó a ETA», «el partido que paró el plan Ibarretxe y el plan Puigdemont»…

Aunque no ha nombrado a Sánchez -«Representa el pasado, aunque aún no lo sepa»- sí ha ido desgranando las consecuencias de su gestión. El desempleo, la ruina económica, el adoctrinamiento, el recorte de la libertad de expresión, las cesiones a los que quieren romper España…Tampoco ha mencionado a Vox, aunque le ha lanzado avisos: «Los que vinieron a sustituirnos se han ido quedando por el camino. El PP es mucho PP».

Después, se ha detenido a exponer las medidas que pondrá en marcha cuando gobierne. Entre ellas, una nueva Ley de Concordia para reemplazar a la de Memoria Histórica, una ambiciosa rebaja de impuestos, una ley para garantizar la imparcialidad de la Fiscalía y que los jueces elijan a los jueces y una reforma para impedir los indultos por sedición o la quema de banderas, además de recuperar el delito de convocatoria de referéndums, incorporando el de la rebelión sin violencia. Un programa extenso para revertir, en definitiva, el «trienio negro» de Sánchez.

Casado ha erigido a su partido como la formación que llega para «ofrecer a los españoles un nuevo contrato social». Un contrato, ha prometido, «para devolver el poder a los ciudadanos».

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