Ortega Smith cambiaría los ataques de «300 proetarras» por las «cacerolas» en el casoplón de Iglesias
Javier Ortega Smith ha asegurado este miércoles que cambiaría los ataques de los «300 borrokas y proetarras» que ha sufrido en la campaña electoral vasca por «las cacerolas en la puerta» del casoplón en Galapagar de Pablo Iglesias e Irene Montero. Así se ha expresado en respuesta a la vicealcaldesa, Begoña Villacís, cuando la de Ciudadanos «se ha acordado de las caceroladas en la puerta del vicepresidente Iglesias o que la insultaron en una manifestación» tal y como ha expresado el de Vox.
Para el portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid no es de recibo que Villacís no haya mencionado en su intervención «ni uno de los 160 ataques de este partido, con una pedrada en la cabeza a la diputada Rocío de Meer», ha dicho Ortega Smith. También ha relatado como estuvo la pasada semana en Santurce, donde integrantes de «la extrema izquierda separatista pegaron a dos jóvenes de Vox». O cuando él tuvo que ser protegido en la campaña electoral vasca por «160 ertzainas ante 300 borrokas y proetarras». «Se lo cambio ya por las cacerolas en la puerta de la casa de Pablo Iglesias e Irene Montero, sin justificarlas», ha manifestado.
Ortega Smith, por otro lado, ha remarcado su deseo de «mantener a la izquierda fuera del Gobierno» municipal ante la «deriva de Cs en el Congreso, donde ponen la alfombra roja a un gobierno socialcomunista» o donde el PP «aguanta al PSOE».
Interior protege a Iglesias
Prohibidas las cacerolas en las protestas ciudadanas frente a la casa del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero. El Ministerio del Interior ha dado orden a los agentes de la Guardia Civil que custodian el domicilio del líder de Podemos que eviten cualquier ruido en los alrededores de la vivienda que pueda molestar a la familia Iglesias-Montero. Además, los agentes han identificado a diferentes vecinos y a los redactores de OKDIARIO que se han desplazado hasta el lugar.
La Navata se ha convertido en un búnker. También acústico: desde este lunes, las caceroladas están prohibidas en las inmediaciones del chalet. Un nutrido grupo de agentes de la Guardia Civil protegían este martes los alrededores de la finca de 2.000 metros cuadrados en la que residen Iglesias y Montero, que en las últimas semanas se ha convertido en uno de los epicentros de las caceroladas populares en protesta por la gestión que ha realizado el Gobierno durante la crisis del coronavirus.