a los 95 años

Muere Nicolás Redondo, el histórico líder de UGT que se enfrentó a Felipe González

Nicolás Redondo Urbieta fue secretario general de UGT entre 1976 y 1994

Convocó una huelga general del 14 de diciembre de 1988 contra Felipe González

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El histórico líder sindicalista de UGT, Nicolás Redondo Urbieta, ha muerto este miércoles a los 95 años. El sindicato ha comunicado el fallecimiento del que fuera secretario general entre 1976 y 1994 y lo ha destacado como una «figura imprescindible del sindicalismo en España durante la dictadura, la transición y la democracia».

Redondo Urbieta será recordado, entre otras cosas, por enfrentarse a Felipe González. A parte de líder sindicalista también fue un miembro destacado del PSOE en el País Vasco y en el XXVI Congreso del Partido, celebrado en Suresnes, Francia, en octubre de 1974, renunció a la secretaría general y propuso para el cargo al entonces joven Felipe González.

Con este gesto, Redondo consiguió que los opositores se integraran en una candidatura única, encabezada por González. Esta buena relación cambió 12 años después. A partir de 1986 las relaciones de la UGT y su líder, Nicolás Redondo, con el Gobierno de Felipe González se fueron deteriorando, dando inicio a un choque frontal entre ambos líderes. Las discrepancias económicas llevaron a UGT a convocar la primera gran huelga general contra González.

Son muchos los que han dedicado unas palabras al sindicalista tras su muerte. Una de las primeras ha sido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha señalado que Redondo deja «atrás una vida consagrada a la defensa de las personas trabajadoras, las libertades y la democracia».

El PSOE también ha mandado todo su «afecto» a familiares y allegados por el fallecimiento de un «socialista y hombre que dedicó su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores y de la ciudadanía. Que la tierra te sea leve, compañero».

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha destacado «la lucha comprometida por el avance de los derechos de los trabajadores y de nuestro estado del bienestar» de Nicolás Redondo. «Nos deja Nicolás Redondo, una figura clave en la historia de nuestra democracia», ha escrito el presidente en su cuenta de Twitter.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, por su parte ha lamentado su muerte alabando el «papel clave» que jugó en el socialismo durante la Transición. Además, fue un «referente en la defensa de la libertad, de los derechos de los trabajadores y de la democracia», ha agregado el líder ‘popular’ en un mensaje publicado a través de su cuenta en la red social Twitter

Nicolás Redondo Urbieta

Nicolás Redondo Urbieta nació en Baracaldo, Vizcaya, el 16 de junio de 1927 en el seno de una familia vasca de clase obrera. Su padre, Nicolás Redondo Blanco, trabajador de los Altos Hornos, ya era militante del PSOE y de UGT en 1915, y tras la Guerra Civil lo condenaron a muerte, pero le conmutaron la pena por 30 años de cárcel, de los que cumplió seis en El Puerto de Santa María (Cádiz).

A los 10 años, en 1937, fue evacuado junto con otros niños vascos en el buque ‘La Habana’ y llevado a Burdeos (Francia), donde le recogió una familia minera de Herault de origen español, con la que convivió hasta 1940. Reclamado por su familia al término de la Guerra Civil Española, en 1940 regresó al país. En 1942, acudió a la Naval de Sestao en calidad de aprendiz de oficial ajustador.

Este obrero metalúrgico se afilió al PSOE y a UGT en 1945. Así arrancó una biografía sindical de larguísimo recorrido, que alcanzó la primera línea pública en 1976. Fue detenido y procesado por el régimen de Francisco Franco en numerosas ocasiones (hasta seis veces) debido a sus actividades políticas y sindicales. Fue desterrado a Las Hurdes en 1967.

Fue un miembro destacado del PSOE en el País Vasco, y como tal asistió al XXVI Congreso del Partido, celebrado en Suresnes, Francia, en octubre de 1974. En él, renunció a la secretaría general y propuso para el cargo al entonces joven Felipe González. Con este gesto, Redondo consiguió que los opositores se integraran en una candidatura única, encabezada por González.

En 1976, en el XXX Congreso de la UGT en Madrid, fue elegido secretario general, y en el XXVII Congreso del PSOE, vocal de la Comisión Ejecutiva.

En las elecciones generales de 1977, 1979, 1982 y 1986 fue elegido diputado del PSOE por Vizcaya, Pero en octubre de 1987 formalizó la renuncia a su escaño en el Congreso de los Diputados argumentando que «no podemos defender como sindicato un criterio y otro distinto el grupo parlamentario».

Como secretario general de UGT firmó varios acuerdos con la patronal y con los sucesivos gobiernos de la democracia. Los más importantes han sido los pactos de la Moncloa (octubre de 1977), el Acuerdo Nacional de Empleo (9 de junio de 1981) o el Acuerdo Económico y Social (9 de octubre de 1984).

Sin embargo, a partir de 1986 las relaciones de la UGT y su líder, Nicolás Redondo, con el Gobierno de Felipe González se fueron deteriorando. Ese año había demostrado claramente su postura contraria a la entrada de España en la OTAN.

También destacó el enfrentamiento entre las reivindicaciones para la clase obrera solicitadas por UGT y la política económica defendida por el Gobierno y representada por el entonces ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga.

Nicolás Redondo optó por mantener una línea sindicalista dura sin hacer concesiones al Gobierno y sin dejarse coaccionar por la disciplina del Partido Socialista.

La oposición de la UGT a la política económica del Gobierno socialista alcanzó su punto álgido con la huelga general del 14 de diciembre de 1988, convocada por UGT y Comisiones Obreras. A partir de entonces se fue ensanchando la brecha abierta en 1987 entre UGT y PSOE.

El 8 de junio de 1989 fue elegido, por unanimidad, vicepresidente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), organización que agrupa a 36 confederaciones sindicales de toda Europa.

En octubre de ese mismo año, UGT y CCOO pusieron en marcha la unidad de acción sindical con la firma de la Plataforma Sindical Prioritaria (PSP), en la que se recogía una veintena de reivindicaciones sociales y que sirvió de base a las negociaciones para la concertación social con la patronal CEOE y el Gobierno en 1990.

En 1990, Redondo fue reelegido secretario general del sindicato, con el cien por cien de los votos, y en 1993 comunicó a la comisión ejecutiva y al comité confederal de UGT su intención de no presentarse de nuevo al cargo.

En el Congreso Confederal de 1994, Cándido Méndez fue elegido nuevo secretario general del sindicato, con el apoyo de Redondo.

Desde entonces, Nicolás Redondo se apartó de la vida pública.

En el último año de su mandato como secretario general de la UGT, Nicolás Redondo sufrió el escándalo provocado por la gestión económica de la cooperativa de viviendas PSV, integrada en el grupo IGS, en el que el sindicato tuvo una participación del 47 por ciento. UGT reconoció un «déficit económico» de unos 14.000 millones de pesetas.

En julio de 1994 declaró como imputado ante el juez de delitos monetarios, Miguel Moreiras en la Audiencia Nacional, asistido por Leopoldo Torres, ex fiscal general del Estado. Después de tres días de declaraciones quedó en libertad sin cargos.

En junio del año 2000 volvió a declarar, esta vez como testigo, en el juicio de la PSV ante la Audiencia Nacional, en el que aseguró que el sindicato no participaba en la gestión de la cooperativa.

Uno de sus dos hijos, Nicolás Redondo Terreros, ha sido diputado y secretario general del PSE-EE-PSOE.

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