Muere el ex dirigente del PP y ex alcalde Fernando Martín, artífice del mayor desarrollo de Calatayud
También fue secretario general del PP de Aragón, senador y vicepresidente de las Cortes de Aragón
Calatayud ha despedido con honores oficiales y arropado por un multitudinario recuerdo ciudadano a quien fue su alcalde con mayoría absoluta durante tres legislaturas consecutivas, entre 1995 y 2007, Fernando Martín Minguijón, artífice del mayor desarrollo socioeconómico vivido por esta ciudad en su historia contemporánea. Falleció este 2 de enero y este viernes, 3 de enero, su féretro fue trasladado ante la Casa Consistorial para rendirle homenaje horas antes de oficiarse el funeral. La ciudad ha decretado un día de luto oficial en su memoria. Ha fallecido en su domicilio a los 73 años, rodeado de su familia, tras una larga enfermedad degenerativa que se le detectó hace años.
Fernando Martín fue destacado dirigente del PP aragonés. Ocupó durante años la Secretaría General del PP de Aragón, fue senador, diputado regional y vicepresidente de las Cortes regionales.
Empresario de profesión, su etapa como alcalde de Calatayud es recordada por el espectacular despegue que experimentó esta ciudad bajo sus tres mandatos consecutivos. Cuando llegó a la alcaldía bilbilitana la ciudad languidecía, sumida en una acusada depresión económica y un precario estancamiento poblacional. Con una deuda municipal que atenazaba la gestión del día a día del Ayuntamiento, su primer reto fue enderezar las cuentas y sanear las arcas del Consistorio. Años después recordaba aquellos primeros momentos en la alcaldía por la extrema dificultad: «Los proveedores no querían suministrar al Ayuntamiento porque tardaban enormemente en cobrar y en más de una ocasión tuve que responder personalmente para que atendieran abastecimientos que eran esenciales», explicaba.
El alcalde más votado de España
En 1995 obtuvo su primera mayoría absoluta y cuatro años después, en las elecciones municipales de 1999, se convirtió en el alcalde del PP más votado de España entre las ciudades de más de 15.000 habitantes. Salió elegido con un respaldo ciudadano del 70%: le sacó más de 50 puntos a la segunda lista más votada, el PSOE, que sólo logró el 16%.
Aquel rotundo respaldo electoral lo aprovechó para exigir al Gobierno de Aragón y al Gobierno de España proyectos que supondrían un despegue de Calatayud sin precedentes. El Ejecutivo regional lo presidía entonces su compañero y amigo Santiago Lanzuela –fallecido en 2020 por el Covid–. Y ese mismo ímpetu de exigencia a favor de Calatayud lo planteó ante el Gobierno de José María Aznar, con quien entabló una relación directa. Los contactos con sus ministros fueron habituales; las visitas a Calatayud de los miembros del gabinete de Aznar, también.
Larga lista de logros
Así logró que Calatayud se convirtiera, pese a no ser capital de provincia, en una de las primeras ciudades de España en contar con estación del AVE. Cuando se proyectó la línea Madrid-Barcelona, no contemplaba parada en Calatayud ninguna de las tres alternativas de trazado que barajó el entonces Ministerio de Transportes. Finalmente, consiguió que el proyecto definitivo del trazado del AVE no sólo pasara por Calatayud sino que se construyera una estación con paradas de Alta Velocidad.
Su insistencia y relaciones en el Gobierno central también supusieron otro logro histórico: recién entrado el siglo XXI, el Ministerio de Defensa diseñó una reforma de la red de centros de enseñanza militar que preveía la eliminación del Instituto Politécnico del Ejército (IPE) que funcionaba en el cuartel de Calatayud desde los años 70. Fernando Martín fue contundente: si Calatayud perdía su cuartel, que era un pulmón socioeconómico de la ciudad, estaba dispuesto a renunciar. El pulso duró poco: en vez de cerrar el cuartel, consiguió que el Ministerio de Defensa sustituyera el IPE por un centro que iba a ser todavía mayor y de máximo rango, la nueva Academia de Logística del Ejército.
El tirón económico que vivió España tras la crisis de primera mitad de los años 90 fue aprovechado por Calatayud para, apoyándose en sus contactos directos con las cúpulas del Gobierno central y del Ejecutivo regional, atraer empresas a una ciudad sumida en el declive industrial durante décadas. Eso, acompañado del despegue de la construcción, disparó el empleo y la población. En sólo ocho años, esta ciudad zaragozana –la primera de Aragón tras sus tres capitales de provincia– pasó de un censo de alrededor de 17.000 habitantes a contar con más de 21.000 empadronados.
Múltiples restauraciones
Ese desarrollo se reflejó también en su urbanismo, con la creación del gran parque lineal del Jalón, el desarrollo de nuevas zonas residenciales y, a la par, la recuperación del patrimonio histórico de la ciudad y la promoción de su casco antiguo. Así, durante su mandato se restauraron las dos grandes torres mudéjares de Calatayud, las de San Andrés y Santa María –incluidas en el listado de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco–, se rehabilitó el monumental claustro mudéjar de la Colegiata de Santa María y la excepcional portada plateresca de este templo. También se salvó de la ruina a la iglesia gótica de San Pedro de los Francos, donde las Cortes medievales juraron heredero a la Corona al que años después sería rey Fernando el Católico. San Pedro de los Francos llevaba años cerrada, sumida en el abandono. Su restauración la pactó con el Estado y con el Gobierno aragonés, culminó y se reabrió al público.
Entre la larga lista de obras de recuperación de patrimonio histórico en ruinas que quedan en el haber de los gobiernos municipales de Fernando Martín figuran también el histórico convento e iglesia de San Benito, el Seminario de Nobles de la Compañía de Jesús –que se reconvirtió en Palacio de Justicia– o la compra y rehabilitación de la casa-palacio medieval que alberga, desde entonces, el Mesón de La Dolores, que fue inaugurado por el hoy Rey y entonces príncipe de Asturias, Don Felipe, junto a Fernando Martín.
Amargo adiós a la política
Siempre dijo, y lo cumplió, que su paso por la política empezaba e iba a terminar en la Alcaldía de Calatayud. Que cualquier otro cargo de responsabilidad que desempeñara sólo tenía cabida si la Alcaldía era la prioridad. Así fue. En 2007 dejó la política al no repetir como cabeza de lista del PP en Calatayud. En esa recta final también sufrió, sin embargo, el sabor amargo de las guerras internas entre algunos de quienes un día fueron los suyos. Certificó aquello que también solía apuntar con certera ironía: «En política –decía– hay adversarios, enemigos y compañeros de partido».
En 2018, once años después de haber dejado la política, vivió el homenaje de Calatayud al distinguirlo con una plaza que desde entonces lleva su nombre, Fernando Martín. Es la plaza en la que se encuentra la estación del AVE.