Reunión en el Vaticano

El Papa da con la puerta en las narices a Calvo: pidió ver a Francisco por el ‘caso Franco’ y le recibió su nº 2

La Iglesia recuerda que el derecho de sepultura de todo cristiano no tiene nada que ver con cuestiones políticas

El Vaticano no quiere verse dentro de estrategias electoralistas

El Gobierno dice que el Vaticano buscará alternativa a la Almudena para enterrar a Franco

Vaticano
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin
Carlos Cuesta

El Gobierno ha pretendido vender como un éxito su visita al Vaticano para presionar sobre la exhumación de Franco. Pero lo cierto es que la Iglesia no quiere mediar en este asunto.

La vicepresidenta Carmen Calvo y el presidente Pedro Sánchez, de hecho, pretendieron elevar la reunión al máximo nivel: al de un encuentro directo con el Papa, algo que hubiese comprometido a Su Santidad. Pero el Vaticano no ha querido entrar en ese tipo de juegos y el encuentro de la vicepresidenta ha sido con el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin. Uno, porque el derecho de sepultura de todo cristiano no tiene nada que ver con cuestiones políticas. Dos, porque la intención del Gobierno es claramente partidaria y el Vaticano no quiere verse dentro de estrategias electoralistas.

El secretario de Estado de la Santa Sede ha garantizado a la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que el Vaticano no se opondrá a la exhumación de los restos de Francisco Franco, tal y como ha informado el comunicado del Gobierno socialista. Pero lo que no ha conseguido la enviada del Ejecutivo de Sánchez es pasar de un “no impedirá” a un “sí influirá”.

Diálogo sin promesas

Y ese era el verdadero propósito del viaje. Porque a estas alturas y tras haber incumplido todos los plazos prometidos, el Gobierno buscaba una acción en favor de sus planes. Y ese compromiso no ha salido de la boca del portavoz del Vaticano.

Sobre ese punto tan sólo ha salido en claro la promesa de «seguir manteniendo el diálogo».

En un comunicado del Ministerio de la Presidencia, el Ejecutivo ha informado en tono triunfalista de la reunión que ha mantenido Calvo con el cardenal Parolin en la Ciudad del Vaticano. Moncloa ha calificado la visita de «extremadamente cordial», como no podía ser de otra manera. Pero con respecto a la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, la Santa Sede no quiere que el foco de presión se centre en la Iglesias. Y en esa materia, lo único conseguido por la comitiva española es la certificación de la necesidad de “buscar una solución y seguir manteniendo el diálogo”.

Calvo, por su parte, ha agradecido a la Santa Sede la comunicación «cordial» y «fluida» que se está manteniendo en este sentido con el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y con el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez. Pero, de nuevo, y como es habitual, tampoco en ese foco de negociación el Gobierno ha conseguido que se pase de ese punto a un protagonismo activo de los representantes de la Iglesias, como es lógico en una entidad que debe velar por cuestiones espirituales y no por objetivos de uno u otro partido político.

Fracaso

Calvo, sin embargo, había puesto más expectativas de las cumplidas en esta visita, De hecho Moncloa había anunciado el encuentro incluso antes de haber sido confirmado.

Pero ese tipo de estrategias suelen tener escasos fruto con la Iglesias y así ha sido. De hecho, desde le primer momento el Vaticano filtró su deseo de que el interlocutor para estos asuntos fuese directamente el cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid.

El encuentro de Parolin y Calvo, además, se ha producido sin la presencia de un embajador ante la Santa Sede. Y es que Gerardo Bugallo fue destituido el viernes por el Consejo de Ministros. Y es que el plácet a la nueva embajadora, Carmen de la Peña, todavía no ha llegado.

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