Independentismo en Cataluña

Meritxell Batet apoyó tres veces en el Congreso un referéndum independentista pactado

Meritxell Batet en el Congreso.
Meritxell Batet en el Congreso.
Segundo Sanz

Las negaciones de (Meritxell) Batet a España han sido ya tres, como las de San Pedro. La ministra del Gobierno de Pedro Sánchez encargada del problema de Cataluña abrió la puerta hasta en tres ocasiones en 2013 a la celebración de un referéndum independentista en Cataluña pactado con la Administración central. Es decir, el mismo planteamiento que defiende ahora Podemos, apoyo clave de los socialistas para que prosperara su moción de censura contra Mariano Rajoy.

En febrero de 2013, dentro de la X Legislatura (2011-2016), la actual titular de Política Territorial rompió la disciplina de voto del Grupo Socialista -junto a otros 13 diputados del PSC- en sendas propuestas de resolución de CiU y La Izquierda Plural (IU-ICV/EUiA-CHA) con motivo del Debate sobre el estado de la Nación celebrado aquel año en el Congreso.

En concreto, la iniciativa de los nacionalistas catalanes llevó por título: «A favor de acordar la celebración de una consulta en Catalunya», y su contenido decía: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a iniciar un diálogo con el Govern de la Generalitat, en aras a posibilitar la celebración de una consulta a los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya para decidir su futuro».

Por su parte, la propuesta de resolución de La Izquierda Plural tuvo una redacción más extensa y habló de que «el debate sobre el proceso abierto en Cataluña de convocatoria de una consulta para conocer la opinión de su ciudadanía sobre cómo quiere que se produzca su relación con España no es jurídico sino político». Además, esta iniciativa ponía como ejemplo los referéndum que Canadá y Gran Bretaña «acordaron con Quebec y Escocia».

En la parte dispositiva, el texto de los que hoy están integrados en el grupo parlamentario de Unidos Podemos señalaba: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a negociar con las fuerzas parlamentarias de Catalunya la celebración de un referéndum que permita conocer la voluntad de la ciudadanía de Catalunya sobre su futuro político, utilizando los mecanismos legales previstos». Toda una entelequia esto último ya que la Constitución española no permite ningún referéndum de autodeterminación.

El Grupo Socialista, dirigido entonces por Alfredo Pérez Rubalcaba, votó en contra de ambas iniciativas y multó con 600 euros a los 14 diputados del PSC, incluida la exministra Carme Chacón, que optó por desmarcarse de sus compañeros y no participar en la votación. Una de las sancionadas fue Batet, hoy la ministra designada por Sánchez para negociar con los golpistas de Quim Torra y Carles Puigdemont.

«Entre todos»

La tercera votación se produjo varios meses después, en octubre. Y fue a raíz de que UPyD presentara una moción contra el «derecho a decidir» para que los diputados del PSC se retrataran en la Cámara baja. Rosa Díez argumentó que había llevado dicha iniciativa al Pleno para que se dejasen «las cosas claras» ante tanta «confusión» y frente a la «falacia» que suponía la pretensión de una consulta soberanista en Cataluña. La diputada magenta insistió entonces en que era necesario proclamar que el futuro de España se decide «entre todos». Tanto PP como PSOE votaron a favor de esa moción de UPyD, mientras que los diputados del PSC votaron abstención y otros 12 socialistas no participaron en la votación, entre ellos Batet.

El primer secretario del PSC en ese momento, Pere Navarro, explicó que la abstención de los suyos se producía porque no se podía caer en la «trampa» de partidos que buscan «rédito político en la confrontación y no en el diálogo». Otro guiño a la consulta pactada esta vez en forma de abstención.

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