Rajoy partidario de un acuerdo entre los candidatos de Castilla y León

Mariano Rajoy - Juan Vicente Herrera
Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León. (Foto: Enrique Falcón)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Mariano Rajoy quiere un congreso sin sobresaltos en Castilla y León. Y eso pasa, preferiblemente, porque los dos candidatos a la presidencia del PP regional, Antonio Silván y Alfonso Fernández Mañueco, resuelvan finalmente un acuerdo para integrar sus respectivas listas, una vez superadas las primarias.

El pacto que habría sido pactado en una reunión entre ambos candidatos sugiere que aquel que reciba más votos de los afiliados, en la primera vuelta de las primarias, sea designado presidente del partido. De esta forma, la segunda votación, que corresponde a los compromisarios, quedaría descartada.

Ninguno de los aspirantes se ha pronunciado al respecto, si bien el propio Silván ha mostrado su mano tendida para el acuerdo «desde el minuto cero». La intención concuerda con la orden interna de Rajoy de que los cónclaves regionales no se conviertan en escenario de disputas ni rencillas.

Más aún, los congresos, en opinión de Génova, deben servir para «poner a punto» al partido, de cara a las próximas autonómicas, y las generales, si las hubiere.  Y ello precisa, en consideración de la dirección del PP, de la máxima unidad que sea posible. 

En la dirección del PP transita la sensación de que será «un congreso tranquilo». Ello, pese a que la marcha de Herrera, no por anunciada, haya dejado de provocar un profundo impacto. En fuentes del PP se asegura que «se intentó negociar hasta el final» para hacer recapacitar al presidente de la Junta de que diese marcha atrás en sus planes, trazados hace tiempo.

Pese a lo que el propio Herrera había concedido en sus círculos más próximos, incluso varias veces en público, en Génova «había esperanzas de que la retirada no se produjese». De ahí que, «del primero al último se volcó para intentar convencerlo» de que su marcha podría abrir un escenario, y sobre todo una bicefalia, nada deseable para el partido.  Pero si a Rajoy ya le costó hacerlo en las pasadas autonómicas, en 2015, más aún ahora, cuando Herrera llevaba tiempo calibrando el no repetir como candidato.

A través de una carta remitida a Rajoy, comunicó finalmente su decisión y avanzó que el congreso era, en su opinión, la oportunidad «más natural y razonable» para el relevo.

Apenas una hora después de conocerse su marcha se hizo público que el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco y el de León, Antonio Silván, serían los candidatos. Al primero lo avala la dirección nacional, y sobre todo, el coordinador general, Fernando Martínez-Maíllo. Al segundo, el propio Herrera y buena parte de altos cargos de la Junta.

Aunque en principio Silván parte con ventaja, la influencia nacional de Maillo podría hacer que la balanza se acabe decantando por Mañueco.

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