Mañueco pide a Ayuso que participe en dos mítines más en la recta final de campaña: Ávila y Valladolid

Isabel Díaz Ayuso
Alfonso Fernández Mañueco e Isabel Díaz Ayuso.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Alfonso Fernández Mañueco quiere darle un impulso a la campaña. El presidente de Castilla y León ha reclamado aumentar la presencia de Isabel Díaz Ayuso, actualmente uno de los grandes reclamos electorales del PP. Génova había previsto un único mitin de la presidenta madrileña, el próximo 4 de febrero, en Burgos. Una presencia escasa, en línea con la de los otros barones, que sólo estarán un día acompañando al candidato, e inferior incluso a la del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, y a otros miembros de la dirección nacional. Ahora, Ayuso suma a este acto otros dos, el día 8, en Ávila y Valladolid. Un movimiento que responde al temor a la desmovilización que, desde hace unos días, se ha instalado en el partido.

Salvo sorpresa mayúscula, Mañueco ganará las elecciones en Castilla y León. Nadie lo discute. Pero los sondeos de los últimos días han encendido las alarmas, tanto en Génova como en el partido regional. Las altas expectativas de precampaña, cuando se rozaba la mayoría absoluta, se han visto rebajadas ahora, a tenor de las encuestas, a un «sumar más que la izquierda». El objetivo sigue siendo gobernar en solitario, pero el nerviosismo ha empezado a instalarse en las filas del PP por la posible dependencia de Vox. Una inquietud que no ocultan ya distintos cuadros del partido. En Génova insisten en que los sondeos internos todavía dan margen.

Con nueve días de campaña por delante, Mañueco confía en que la presencia de Ayuso sirva de revulsivo para animar el voto. Desde el principio, la organización regional entendió que la presidenta madrileña debía tener un papel importante. «Me dicen que me estoy ayusizando y eso es un halago», llegó a decir el presidente castellanoleonés en un desayuno informativo en Madrid a principios de año. La ensalzó como «modelo de éxito del Partido Popular» y no escatimó en piropos. Su campaña, confrontando directamente con Pedro Sánchez, se mimetiza de hecho con la que condujo al arrollador triunfo del 4-M. Y el modelo a seguir es el de la Comunidad de Madrid, donde el resultado electoral fue lo suficientemente holgado como para formar gobierno sin dar entrada a Vox.

Ahora, los de Abascal piensan en un cambio de estrategia y ya han avanzado que están dispuestos a exigir la entrada en la Junta si sus votos son decisivos. Por eso, sin la meta de la mayoría absoluta, en el PP hacen cálculos para evitar una negociación incierta que empaña además sus expectativas de gobierno en solitario.

La duda de Vox

En Génova no se ponen aún en ese escenario e insisten en que los números dan, mientras se marcan distancias. El partido tenía previsto no mencionar a Vox en la campaña, pero en los últimos días ha sido el propio Casado el que ha ido lanzando sus avisos. Este martes, por ejemplo, ensalzó ante sus diputados y senadores el proyecto «reformista» del PP y lo presentó como «única alternativa frente a populismos y radicalismos», lo que se interpretó como un mensaje a Abascal.

La estrategia es que estas elecciones sean el impulso definitivo hacia La Moncloa y, en ese planteamiento, la dirección se ha volcado con una evidente implicación nacional y un despliegue inédito de cargos por todas las provincias. Casado estará en cuatro mítines -apertura, cierre y dos domingos- y también ha cuajado su agenda de actos sectoriales y muy pegados al territorio -fábricas, ganaderías, granjas- para presentar su alternativa a las políticas nacionales del socialcomunismo.

Las de Castilla y León no son unas elecciones más y tienen un inevitable riesgo para el PP. Mañueco mide su fuerza para gobernar y su dependencia de Vox. Casado pone a prueba su liderazgo y su proyecto como alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez. Tras Madrid -cuyo triunfo capitalizó Ayuso-, es la siguiente parada de un «cambio de tendencia» que los populares aspiran a consolidar en Andalucía, cuyas elecciones se celebrarán, previsiblemente, antes del verano.

Desde Génova, la explicación sobre la ahora mayor presencia de Ayuso es que, por estrategia de campaña, los mítines del candidato con otros dirigentes son limitados, aunque no los actos en solitario. Así, añaden, la presidenta madrileña ha decidido sumarse a última hora con nuevas citas en las que no estará acompañada por Mañueco.

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