TRIBUNALES

La Ley Montero rebaja la condena de un pederasta que abusó de su prima de 8 años

El pederasta amenazó a su víctima con golpearla si contaba las agresiones sexuales

El agresor abusó sexualmente de ella en la casa de sus abuelos durante al menos ocho años

Ley Montero pederasta

La popularmente conocida como Ley del Sólo sí es sí, que fue el gran hito de la pasada legislatura de la ex ministra de Igualdad Irene Montero, ha rebajado un año la condena de un pederasta que abusó de su sobrina durante su infancia y adolescencia. Las agresiones comenzaron cuando la niña tenía tan sólo ocho años y el hombre la amenazó con golpearla si contaba lo que estaba ocurriendo. La víctima se atrevió a denunciar y su caso ha llegado hasta la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que ha resuelto el recurso de casación interpuesto por el pederasta y en aplicación de la Ley Montero ha acabado rebajando su condena de 13 años de prisión a 12.

Marta (nombre ficticio) nació en Asturias en el año 2.000. Sus padres se divorciaron cuando apenas tenía siete años y, dado que su progenitor tenía horarios complicados de trabajo, la niña pernoctaba con frecuencia en casa de sus abuelos paternos. Marta pasaba las vacaciones y los fines de semana en esta casa familiar de Oviedo a la que también acudía su primo ocho años mayor que ella.

Los primeros abusos comenzaron cuando su primo era un adolescente y comenzó a realizar prácticas sexuales cuando ella tenía ocho años. «Le daba besos, le escupía en la boca, le hacía tocamientos, le obligaba a realizarle felaciones, le introducía dedos en la vagina, se masturbaba delante de ella e intentó penetrarla vaginalmente sin conseguirlo porque ella se movía en exceso para impedírselo», señala la sentencia a la que ha tenido acceso OKDIARIO.

Las agresiones crecían en intensidad perpetuando los abusos habiendo cumplido su agresor la mayoría de edad. La menor, a pesar de la indefensión de ser una niña, no consentía esas prácticas. «Le pedía que no lo hiciera, pero él la cogía por el cuello y se ponía encima, no pudiendo evitarlo al tener menor fuerza física», constata la mencionada sentencia.

También sufrió intimidaciones para que no lo contara: «No te van a creer», llegó a decirle tras amenazarla con pegarle si denunciaba el caso. Pero Marta fue valiente y puso fin a los abusos en un último episodio. Era septiembre de 2017 y tras volver su agresor de una fiesta a la casa de los abuelos empezó a tocarla mientras ella oponía resistencia. Marta, que entonces ya era adolescente, le amenazó contarle todo a sus abuelos lo que provocó que su primo volviera a su cama y se masturbara en su presencia. Esto hizo que Marta abandonara la habitación y se fuera a dormir al salón donde la encontró su abuela por la mañana. Desde entonces no volvió a pernoctar en casa de sus abuelos paternos.

La Ley Montero premia al pederasta

La convivencia con el pederasta en la casa familiar provocó que la víctima fuera abusada durante su niñez y adolescencia. No fue hasta los 17 años cuando se atrevió a denunciar lo que le había ocurrido. Los juzgados asturianos investigaron los hechos y llevaron a juicio al pederasta al que años después la Ley Montero le ha beneficiado.

Marta tuvo que relatar estos episodios tan duros ante el juez de la Audiencia Provincial de Gijón que acabó condenando a 13 años, seis meses y un día de prisión a su agresor. El pederasta recurrió la sentencia, pero el Tribunal Superior de Justicia de Asturias la confirmó señalando que el primo de Marta era autor responsable de un delito continuado de agresión sexual.

Su defensa recurrió esta decisión judicial a las altas instancias del Supremo. Los jueces de la Sala Segunda han aplicado la Ley Montero que dio lugar a una nueva redacción de los delitos contra la libertad sexual en los que por mandato imperativo del principio de retroactividad se deben aplicar de la ley penal más favorable. «Nos obliga a efectuar una comparación entre la normativa aplicada y esta regulación, a fin de determinar si es más beneficiosa para el condenado» señalan los magistrados que han tenido que rebajar la condena gracias al texto del Sólo sí es sí que prometía —sin éxito— defender a las mujeres.

Los abusos continuados y el periplo judicial dilatado en el tiempo hasta la actualidad ha provocado que la víctima haya tenido que recibir tratamiento psicológico en el Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos de Asturias. La psicóloga con la que mantuvo las sesiones terapéuticas fue testigo en el juicio y dio la razón a la chica cuyo agresor cumplirá un año menos de condena gracias a la ley de Irene Montero.

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