Jesús Muñoz: «Es muy triste que llamen ‘suicidio ampliado’ al asesinato de Olivia por su madre»
“No me extraña que Irene Montero haya tardado dos días en referirse al asesinato de Olivia”
“He tardado 12 años en poder ver a mi hijo tras 7 denuncias falsas de malos tratos de mi exmujer durante 6 años continuados”
“El 80% de los procesos de violencia de género terminan en archivo absoluto o desistimiento declarando la inocencia del denunciado”
«Es muy triste que llamen suicidio ampliado al asesinato de Olivia por su madre». Lo ha dicho en LA ANTORCHA de OKDIARIO Jesús Muñoz, vicepresidente de la Asociación Nacional de Ayuda a las Víctimas de la Violencia Doméstica (ANAVID). En los últimos días, se ha escuchado en medios de comunicación y tertulias ese concepto del suicidio ampliado para justificar el asesinato de Olivia, de 6 años, por su madre en Gijón. La justicia acababa de decretar la concesión de la custodia para el padre de Olivia, que llevaba cinco años sufriendo las denuncias falsas de la mujer, presentadas al amparo de la Ley de Violencia de Género. Todas falsas. Cinco años de calvario para el padre de Olivia que ha visto, finalmente, cómo su ex mujer, al perder en los tribunales, cumplió su amenaza declarada de asesinar a la niña antes que entregársela al padre.
«No me extraña -dice Jesús Muñoz- que Irene Montero haya tardado dos días en referirse al asesinato de Olivia. Lo ha hecho presionada por las redes sociales. Esta es su forma de proceder y de hacer política». Para Jesús Muñoz “es muy triste que llamen ahora suicidio ampliado al asesinato de Olivia por su madre». «Lo que hace este gobierno -señala- es una incitación constante al odio del hombre y sólo se parece a lo ocurrido en la Alemania nazi».
Jesús Muñoz cuenta su propio calvario: «Yo he tardado 12 años en poder volver a ver a mi hijo tras siete denuncias falsas de malos tratos de mi ex mujer, 30 procesos judiciales, dos querellas criminales y hasta una ante la Agencia de Protección de Datos. Todas las he ganado, pero tuve que renunciar a verle». Muñoz cuenta que su ex mujer «estaba asesorada por la Federación de Mujeres Progresistas, afín al PSOE, que, subvencionada con dinero público, defendió a alguien que presentaba denuncias falsas durante seis años, desde 2006 a 2012. Esas mismas abogadas son las que le recomiendan que no entregue al niño e incumpla el régimen de visitas para presionarme psicológicamente y forzar la negociación de la pensión alimenticia en el proceso de divorcio».
«Lo he ganado todo -relata-, tengo la libre absolución de la justicia, pero dejé de ver a mi hijo porque tras cuatro meses de impedirlo mi ex mujer, por recomendación de sus abogadas para presionarme en la cuantía de la pensión, el día que me correspondía ir a recogerlo a la guardería, me agredió y me rompió un labio delante de testigos. Por esos hechos fue condenada por un juzgado penal de Madrid. Con todo, y con un auto del juzgado de violencia de género autorizándome las visitas al niño, mi ex pareja agredió también a mi madre. La última ocasión que intenté ver a Óscar, tras seis solicitudes para hacerlo en un punto de encuentro y evitar problemas con ella, mi ex mujer zarandeó el coche de mi actual esposa y la amenazó con nuestros niños dentro, que eran -entonces- dos bebés de cuatro meses».
Jesús recuerda, perfectamente, la fecha en la que dejó de ver a su hijo Óscar («el 28 de enero de 2008») y la fecha y hasta la hora, «el 20 mayo 2020 a las diez y media de la noche», en la que recibió un mensaje del propio Óscar (ya con 18 años) que llevaba tiempo buscándole: «Encontró un contacto y a las diez y media de la noche me mandó un mensaje para vernos de nuevo».
«Han sido 12 años de destrozar una familia, de crecer Óscar en un ambiente de odio generado por su madre contra mí, contra una figura -su padre- que apenas conocía más allá de lo que su madre le había contado». Para Jesús Muñoz, su historia o la del padre de Olivia (con final brutalmente dramático) «es la triste realidad de miles de papás en España».
Denuncias falsas o archivadas
ANAVID ayuda y asiste psicológica, social y legalmente, por igual, a hombres y mujeres. Por su experiencia personal y su trabajo en la asociación, Jesús conoce bien de qué forma abusiva y espuria se está usando contra los hombres en procesos de divorcio o por venganzas personales la actual legislación sobre violencia de género. «El 80% de los procesos de violencia de género -afirma- terminan en archivo absoluto o desistimiento declarando la inocencia del denunciado».
Según Jesús Muñoz, «los datos del CGPJ, la Fiscalía General del Estado, el mal llamado Observatorio de Violencia de Género y el INE demuestran que el 80% de los procesos de violencia de género terminan en archivo absoluto o desistimiento y declarando la inocencia del denunciado». «Hablamos -asegura- de una media de 450 hombres diarios que entran en comisaría detenidos con serios problemas de estafas procesales y denuncias falsas y con incongruencia palmaria en los indicios de delito por parte de la denunciante”.
La Ley de Violencia de Género de Zapatero ampara estas prácticas de dudoso respeto al principio de presunción de inocencia e igualdad ante la ley que consagra la Constitución. Con las fuentes citadas, Jesús Muñoz afirma que «en 2019 se presentaron 168.168 denuncias de las que 120.438 resultaron inocentes; en 2020 se presentaron 150.785 denuncias y 121.771 no prosperaron y en 2021 se presentaron 162.848 denuncias, de las que 120.438 no siguieron adelante». Su conclusión: «La media de denuncias que no prosperan es del 80%».
Jesús Muñoz repite que es «muy triste» llamar al asesinato de Olivia por su madre suicidio ampliado: «Hay unos 4.000 suicidios en España al año; el 80% son hombres y de ese 80%, el 71% son padres inmersos en procesos de violencia de género, denuncias de abuso sexual o procesos abusivos de separación donde se les deja en la indigencia». La mayoría de filicidios en España los cometen las mujeres.
Jesús Muñoz dice que «esto no va de hombres contra mujeres, como pretenden. Va, simplemente, de personas buenas y malas. Los adultos se separan, los niños no». Y manifiesta un deseo: «Ojalá en unos años al ver el testimonio de Eugenio, el padre de Olivia, pueda decirse que fue el último padre que perdió a su hijo o a su hija en una situación como esa».
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