El gobierno de Colau difundió el bulo de que los policías enviados a retirar las urnas iban drogados
La alcaldesa podemita de Barcelona, Ada Colau, no se limitó a acusar a los policías nacionales y guardias civiles de haber cometido «abusos sexuales» durante el operativo del 1-O contra el referéndum ilegal. Su hombre de máxima confianza, el teniente de alcalde Jaume Asens, también difundió el bulo de que los agentes de las fuerzas de seguridad desplegados por toda Cataluña iban drogados.
En su campaña para desacreditar a los cuerpos policiales, la prensa independentista subvencionada se ha hecho eco de esta acusación con las siguientes palabras: «El cuarto teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Asens, ha explicado que hay testigos de las cargas policiales del domingo que han trasladado que algunos agentes de policía mostraban síntomas evidentes de haber consumido sustancias estupefacientes».
Y a continuación, el responsable de la difusión del bulo, Jaume Asens, lo matiza así: «No sabemos si es cierto o no, habrá que corroborarlo». Es decir, el hombre de confianza de Ada Colau difunde públicamente un rumor tan grave contra los agentes desplazados a Cataluña, para reconocer luego que no sabe si es cierto.
La procedencia de este bulo es tan fiable como la de los supuestos «abusos sexuales» cometidos por policías y guardias civiles durante el operativo del 1-O. La alcaldesa Ada Colau lanzó dicha acusación basándose en el testimonio de una farsante, la candidata de ERC Marta Torrecillas Domenech, quien aseguró que los agentes le habían «tocado las tetas» y roto todos los dedos de una mano «de uno en uno». Luego Torrecillas apareció en TV3 reconociendo que sólo tiene una «inflamación» en un dedo.
Trapero, imputado por sedición
Este tipo de mentiras, amplificadas por el aparato de propaganda de Podemos, son las que están construyendo el proceso de independencia de Cataluña. Bajo la dirección de Josep Lluís Trapero, los Mossos d’Esquadra incumplieron la orden de la juez del TSJC Mercedes Armas de precintar todos los colegios electorales antes de las 6 de la mañana del 1-O.
De este modo, condujeron a una encerrona a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que tuvieron que enfrentarse a las multitudes que se habían congregado para impedir la retirada de las urnas. Por estos hechos, Trapero está citado a declarar en la Audiencia Nacional el viernes, imputado por un delito de sedición.
Los incidentes entre policías y manifestantes (bastante nimios si se comparan con la violencia que los Mossos d’Esquadra utilizaron en el pasado con los activistas del 15M) han servido para que Carles Puigdemont logre la repercusión internacional que ansiaba.
El Departamento de Sanidad de la Generalitat hinchó las cifras de heridos por encima de las 800 personas (una cifra inverosímil, si se tiene en cuenta que sólo cuatro precisaron hospitalización) y Podemos se ha dedicado a difundir los bulos, a través del equipo de gobierno de Ada Colau, sobre los presuntos «abusos sexuales» de los agentes. El ministerio de Interior ha pedido a la Fiscalía que actúe contra ella por lanzar esta falsa acusación.
Sacó de la cárcel a un terrorista yihadista
El resultado de toda esta operación de imagen son las multitudes que, durante los últimos días, se han congregado ante las comisarías de Cataluña y ante los hoteles en los que se alojaban policías nacionales y guardias civiles, para calificarles de «asesinos». Para ello, Podemos se ha encargado de hacer el trabajo sucio a los independentistas.
En su actividad como abogado, el teniente de alcalde de Barcelona Jaume Asens fue el encargado de defender en los tribunales y sacar de la cárcel al presunto terrorista yihadista Mohamed Mrabet Fahsi, detenido en 2004 en la Operación Chacal cuando compartía piso con Abdelbaki Es Satty, quien luego se convertiría en imán de Ripoll y cerebro de los atentados de Las Ramblas y Cambrils.