Habla el hombre apalizado en el metro de Bilbao: «Tienen que matarte para que haya consecuencias»
Jon Ander (37 años) regresaba a su casa a las 6:30 horas cuando cinco jóvenes le atacaron brutalmente
"Me costa que tienen otras denuncias y vuelven a estar en la calle. Son violentos habituales a los que nadie les para los pies"
Cinco jóvenes agreden brutalmente a un pasajero del Metro de Bilbao porque «les miró mal»
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El pasado sábado el metro de la línea 1 de Bilbao tenía cierta afluencia de pasajeros entre los que tenían que ir a trabajar y los que volvían de pasar de fiesta el viernes por la noche. Entre ellos estaban Jon Ander y cinco chavales, ninguno de ellos mayor de 21 años. Los chicos no paraban de molestar al pasaje y Jon no pudo evitar mirarlos. «No los miré ni mal ni bien. Simplemente los miré y antes de que pudiera darme cuenta los tenía encima dándome una paliza». Todavía magullado el joven agredido concede una entrevista a OKDIARIO, no sólo para explicar lo sucedido, sino para denunciar que sus agresores son «una banda de violentos habituales que campan a sus anchas por Bilbao».
Los atacantes del metro de Bilbao se comportaron como una auténtica jauría y en cuestión de segundos rodearon y molieron a palos a un hombre que aún hoy, días después de la agresión, no alcanza a entender lo que sucedió. «Me encuentro bien. Yo llegué a contar a cinco, pero es que todo fue muy rápido. Recuerdo que iba en el metro hacia casa y me siento al lado de la cuadrilla ésta y veo que los chavales, sobre todo uno de ellos, va montando bulla en el metro, levantándose, gritando, y eso me llama la atención. Y entonces le miré», explica Jon, en referencia a lo publicado estos días acerca de que el origen de todo fue una mala mirada.
«No le miré ni mal ni bien, le miré como haría cualquiera con una persona que ves en el metro, que tú vas tranquilo a tu casa y él va armando bulla. Y ahí fue cuando empezó a meterse conmigo. Yo al principio intenté evitarlo, pero en un momento ya no pude más porque me di cuenta de que me había tocado a mí. Era la víctima perfecta: alguien que viaja solo y que los ha mirado», recuerda Jon.
El agredido recuerda lo que él mismo califica como un «error», que fue responder a las provocaciones de los jóvenes agresores. «Al principio intenté no reaccionar, pero cuando ya me estaban cayendo golpes por todos lados en lugar de marcharme del vagón, que es lo que tenía que haber hecho, me salió de dentro la necesidad de defenderme devolviendo los golpes, y obviamente no fue lo más acertado», explica Jon.
El joven agredido se lamenta porque está seguro de no haber hecho nada para merecer lo que le pasó, pero lamentablemente tiene la certeza de que él no va a ser la última persona que sufre la violencia de este grupo de chicos, igual que sabe que él tampoco ha sido el primero. «No es la primera vez que estos chicos han hecho esto. Ya llevan unas cuantas denuncias, pero ya desde que eran menores de edad, sobre todo dos de ellos. Los han denunciado por robos y por peleas, y eso es lo peor de todo. Yo puedo entender que una persona acabe mal una noche de manera puntual y tener un problema, una pelea. Eso al fin y al cabo le puede pasar a cualquiera. Sales a divertirte, se tuerce la cosa y acaba en bronca. Pero gente que ya los conocen en los juzgados y que sigan haciendo estas cosas y no les pase nada, porque lo hacen, los pillan, los castigan y vuelven a salir porque parece que no es suficiente. Vamos que te tienen que matar para que se les castigue en condiciones. Yo tengo el ojo tocado, pero hay gente que por menos no lo cuenta», sentencia Jon.
La Ertzaintza ya ha identificado a los agresores de Jon en el metro de Bilbao, y son los mismos que tienen denuncias pendientes con una chica y un hombre de avanzada edad con quienes también tuvieron encontronazos. Pero allí siguen, saliendo en la calle a por más, y eso es lo que la última de sus víctimas no comprende.
«Pasará lo mismo»
Eso sí, para equilibrar las sensaciones Jon Ander quiere acordarse del resto de personas que iban con él en el vagón aquella mañana. «Estoy súper agradecido porque, en ese momento, por el miedo puedes elegir no hacer nada ni intervenir, pero la gente intentó mediar y separa y además una chica lo grabó y le estoy súper agradecido porque ha sido muy útil. Pero es que después de todo me acompañaron, me dieron ánimos. Me ha escrito gente a la que incluso no conozco de nada».
Jon también quiere que esto que le ha pasado a él sea un aviso a navegantes. «Lo ves ahí fuera, sabes que está pasando, pero hasta que no te pegan a ti no te das cuenta de que te puede tocar. No hay que hacer nada especial para que te ocurra algo así». Jon se recupera en casa de las lesiones sufridas en el metro de Bilbao, más graves de lo que el parte médico refiere, algo que no le hace gracia y que va a pedir revisar «porque si no lo hago pasará lo mismo de siempre: si no hay lesiones graves estos vuelven a la calle a por el siguiente que los mire mal».