EL FOCO

Federico Trillo: «La financiación privilegiada de Cataluña es insolidaria, injusta y gravemente inconstitucional»

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Fue presidente del Congreso, ministro de Defensa y embajador en Londres. Pero hoy habla sin corbata. Lo hace como jurista, como ciudadano, como hombre del Estado. En esta conversación, Federico Trillo desmenuza con lucidez la situación institucional que atraviesa España, analiza el deterioro del sistema democrático y lanza una advertencia clara: «Pedro Sánchez hace lo que hace porque el sistema está pensado para gestores decentes».

Habla de descomposición del poder, de una «confederación encubierta» con Cataluña y de un presidente del Gobierno que, a su juicio, desprecia la opinión ajena —interna y externa— porque ha convertido su mandato en un ejercicio de resistencia personal, no de gobernabilidad institucional. «La financiación singular de Cataluña rompe con el Estado de derecho. No solo es insolidaria; es injusta, y gravemente inconstitucional».

Se refiere también al caso Koldo, a José Luis Ábalos, a Santos Cerdán, a todos los que han formado parte del círculo de confianza del presidente. Y lo hace con una afirmación que no necesita adornos: «Estoy convencido de que Sánchez sabía todo. Nos maltratan y nos toman por idiotas».

También hablamos de inmigración. De Torre Pacheco, su tierra. Trillo recuerda que con la llegada de Polaris World llegaron también decenas de inmigrantes sin posibilidad de trabajar legalmente en el campo. «Más de un tercio se quedó en el paro», dice. Señala errores estructurales. Y añade algo que pocos se atreven a verbalizar: «No se integran». Le pregunto cómo se debería abordar, su análisis es detallado, entre otras, apunta que la UE nunca ha tenido una política migratoria y que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reciben órdenes de no abordar los barcos nodriza que trafican con inmigrantes. Él es contundente: el primer error es que no se debería permitir el tráfico ilegal de seres humanos.

No esquiva los temas dolorosos. Al contrario. Cuando hablamos de episodios imposibles de borrar, no duda: el Yak-42. Baja la voz, pero no la responsabilidad. «Fue una tragedia. No supe estar más encima de las familias. Estas cosas pesan para siempre. Siempre lo llevaré conmigo».

Hablamos también de Marruecos, de Perejil, de la defensa europea. Pero, sobre todo, hablamos de verdad. De escollos, de límites, de responsabilidades.

Federico Trillo no quiere volver. Eso sí, habla con Feijóo y cuenta que le escucha los consejos y acepta críticas. Su pasión: la familia y escribir. Por este orden. De la entrevista se va directo a ver a sus nietos. Y libros tiene unos cuantos, entre otros, dos novelas sobre Shakespeare —la primera la empezó antes de entrar en política—. Ahora acaba de terminar un libro sobre la refundación del Partido Popular que verá la luz muy pronto.

Escucharle da el extraño gusto de oír a alguien que ya no necesita quedar bien, ni ganar votos.

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