Crisis del coronavirus

Guardias civiles montan un hospital en el pueblo catalán donde señalaron a sus hijos por el 1-O

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La vueltas que da la vida. Miembros de la Guardia Civil han estado trabajando durante días en Sant Andreu de la Barca (Barcelona) para acondicionar un polideportivo como centro de atención sanitaria a los enfermos del coronavirus. El mismo municipio en el que agentes de la Benemérita denunciaron que a sus hijos se les señalaba en el colegio tras el referéndum golpista del 1 de octubre de 2017.

Efectivos de la Comandancia de la Guardia Civil en Sant Andreu de la Barca se han encargado en las últimas horas de medicalizar un polideportivo municipal de la localidad para poder hacer frente al aumento de casos de contagio por coronavirus. En este pueblo de poco más de 27.000 habitantes se encuentra el mayor cuartel que la Guardia Civil tiene en Cataluña.

Los agentes, una parte de ellos encuadrados en el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) nº 4 y otros pertenecientes a la Comandancia, han estado desplazando material propio como camas, colchones, almohadas, mesillas y diverso equipamiento médico. Además han acondicionado el suelo del polideportivo con láminas de goma.

Este centro deportivo pasará a ser un hospital de campaña con capacidad para atender a 140 vecinos de la localidad. El Ayuntamiento de la localidad (PSC) y la ONG ‘Médicos sin Fronteras’ han supervisado las tareas de montaje, desarrolladas íntegramente por la Guardia Civil.

Señalaban a sus hijos por el 1-O

Sant Andreu de la Barca no ha sido en el pasado un destino fácil para los guardias civiles. De hecho, fue allí donde en 2017 comenzaron las denuncias por parte de agentes tras comprobar que a sus hijos se les estaba señalando en los colegios e institutos como hijos de la Guardia Civil. Les pedían que se levantaran y explicaran a sus compañeros qué les había parecido la labor policial realizada por sus padres en las puertas de los colegios durante aquel referéndum de independencia ilegal.

Algunos de aquellos menores, recuerdan todavía hoy sus padres, volvían llorando a casa en esos días posteriores al 1-O por la presión a la que se les sometía en algunos centros educativos.

Aquellos hechos fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía de Menores por parte de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) por si resultaban constitutivos de un delito de odio y de acoso de menores. Una situación que se dio en decenas de municipios con el mismo objetivo: los hijos de los guardias civiles. Los mismos que hoy ceden material y montan hospitales de campaña en pocas horas para salvar vidas frente al COVID-19.

Más recientemente, el pasado octubre, los agentes destinados en esta Comandancia sufrieron intentos de asalto por parte de manifestantes coincidiendo con la publicación de la sentencia del 1-O.

La situación del coronavirus en Cataluña comienza a ser preocupante, ya que los datos muestran unas tasas de aumento diarias muy superiores a las que registra Madrid, ‘zona cero’ de la pandemia en España. Actualmente hay 11.595 contagiados y 672 personas han fallecido a causa del COVID-19.

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