GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil trasmite a sus agentes que el traspaso de Tráfico a Navarra tardará 4 años

Sánchez prometió que estaría el 1 de junio, pero la realidad es que las carreteras navarras seguirán necesitando a la Guardia Civil 4 años

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La cesión de Tráfico a Navarra se alargará cuatro años.
Pelayo Barro

El Gobierno de Pedro Sánchez cederá las competencias de Tráfico a la Comunidad Foral de Navarra el próximo 1 de junio. A partir de ese día será el Gobierno de María Chivite el responsable de vigilar que se cumplan las normas en las carreteras de la región. Al menos administrativamente, sobre el papel, ya que en la práctica seguirá haciéndolo la misma Guardia Civil a la que se le arrebatan las competencias. El traspaso de Tráfico, pactado por el PSOE con EH Bildu, se va a realizar sin que esté lista la unidad especializada de la Policía Foral y sin una solución sobre qué hacer con los 200 agentes de la Guardia Civil que forman parte ahora de la Agrupación de Tráfico de Navarra. De hecho, en una reciente reunión en la Dirección General del Cuerpo, el general de Tráfico admitió que el proceso se alargará durante cuatro años.

El destino de los 200 agentes de la Guardia Civil que controlan el tráfico en las carreteras navarras quedó definitivamente sellado el 22 de noviembre del pasado 2022. Ese día, el Gobierno de Pedro Sánchez formalizó por escrito y firmó un acuerdo con EH Bildu a cambio de lograr el apoyo de la formación abertzale a los Presupuestos Generales del Estado. A cambio, los de Arnaldo Otegi obtenían una reivindicación histórica: «Se transferirá de manera efectiva, antes de 31 de marzo de 2023, la competencia de Tráfico y Seguridad Vial a la Comunidad Foral de Navarra».

Esa fecha ya se ha modificado por otra, la del 1 de junio, como la fecha tope en la que se producirá ese traspaso. Pero más allá de ese cambio administrativo, la realidad es que las carreteras navarras seguirán necesitando de la Guardia Civil para su control. El proceso, en total y según los cálculos internos del cuerpo policial, se alargará otros cuatro años. Hasta el horizonte de 2027, cuando se espera que la transferencia sea completa y la Policía Foral pueda asumir esas tareas de forma íntegra y sin ayuda de la Guardia Civil.

Así se lo ha trasmitido el general de División José Ignacio Criado García Legaz, jefe de la Agrupación de Tráfico, a las asociaciones durante la última reunión del pleno ordinario del Consejo de la Guardia Civil celebrado en Madrid esta misma semana. En ese encuentro se le preguntó por los avances que se estaban realizando en cuestiones operativas en vista a ese 1 de junio, para el que queda algo menos de mes y medio.

Sin pasarela

Por otra parte, la cuestión laboral de la transferencia tampoco está solucionada ni hay visos de que vaya a estarlo próximamente. La prometida pasarela entre la Guardia Civil y la Policía Foral, que permitiría a los agentes de la Agrupación de Tráfico pasarse al cuerpo autonómico y seguir con sus mismas labores profesionales, no existe. La normativa no está desarrollada y no hay expectativas de que vaya a estarlo próximamente, tal y como asumen internamente en la Dirección General.

Además de los problemas administrativos que genera el diseño de una solución así, existe una complicación añadida: la negativa de algunas plataformas sindicales de la Policía Foral a aceptar como compañeros a agentes provenientes de la Guardia Civil. «De un cuerpo militar» español, según los definió el sindicato Eusko Langileen Alkartasuna (ELA).

En una nota, ELA explicaba su postura asegurando que apuesta «por una Policía Foral profesional, de carácter civil, arraigada en su pueblo, comprometido con los derechos humanos, con perspectiva de género y donde se respeten los derechos lingüísticos de la ciudadanía». Los agentes de la Guardia Civil afectados entendieron perfectamente lo que venía a señalar ese «arraigo» y esos «derechos lingüísticos»: no encajan en el perfil que desde el independentismo quieren darle a su policía autonómica.

«¡Fuera!»

Ese planteamiento sindical, de marcado tinte ideológico, fue asumido en las negociaciones nacionales por EH Bildu. Y así se lo ha trasladado al Gobierno de Sánchez Maite Aizpurúa, la diputada de Bildu que ha conducido la negociación en Madrid. Ha seguido la línea de todas las muestras apoyadas por el partido que buscan sacar a la Guardia Civil del País Vasco y de Navarra. Desde la fiesta del odio a la Benemérita que se celebra en Alsasua todos los años con respaldo de los de Arnaldo Otegi hasta el fotomontaje con el que Bildu celebró el pasado 12 de octubre: un guardia civil haciendo las maletas y la frase «¡Fuera de aquí!». El PSOE, mientras, sigue aplazando sine die la apuesta por esa pasarela que, de convertirse en realidad, indignará a sus socios abertzales.

El resto de las opciones que le quedan a los 200 agentes afectados, sin esa opción de pasarse a la Policía Foral en ciernes, es quedarse en la Guardia Civil. Bien en una vacante en Navarra, para la que se estudia dar preferencia a estos agentes -aunque no hay puestos para todos- o bien solicitando un traslado a Tráfico a otra comunidad. Incluso creando una resolución de vacantes acotada a los agentes afectados. Pero son soluciones que aún están por decidir en la Dirección General.

Mientras tanto, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo para tratar de frenar el traspaso de Tráfico a Navarra, alegando que no se han seguido los procedimientos estipulados legalmente.

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