País Vasco

El Gobierno vasco ha rechazado acoger en sus cárceles a 638 presos tras aceptar a todos los etarras

Dos de cada tres internos que han vuelto al País Vasco desde 2021 son presos de ETA

Sánchez acabó con la política de dispersión de presos de ETA y entregó prisiones a la autonomía

Gobierno etarras
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Rafael Molina

El Gobierno vasco de coalición entre PNV y PSOE ha rechazado acoger a 638 presos comunes después de haber admitido «en su totalidad» las solicitudes de traslado de los etarras. En total, reconocen haber devuelto a la comunidad autónoma a los 105 condenados «relacionados con el colectivo de ETA». Así lo ha admitido el Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez en una respuesta por escrito a preguntas de los diputados.

El representante de Unión del Pueblo Navarro, Alberto Catalán, preguntó al Ejecutivo socialista sobre el «número de solicitudes de traslado a cárceles de la Comunidad Autónoma del País Vasco de presos comunes y presos etarras» que se realizaron desde el «traspaso de la competencia de prisiones» al País Vasco. Esta medida se llevó a cabo el pasado 2021, cuando se aprobó el «traspaso de funciones y servicios de la Administración del Estado a la Comunidad Autónoma» en «materia penitenciaria».

El Gobierno comunicó esta semana el número de solicitudes de traslados al País Vasco desde el 29 de junio de 2021 hasta el 30 de diciembre de 2024. En ese período de tiempo, el Ejecutivo sanchista reconoce que «se han producido un total de 805 peticiones de presos comunes». Y de todas ellas, sólo se han admitido 167. Es decir, que se han denegado 638 solicitudes desde que la autonomía asumió esas competencia.

Estos datos chocan con las peticiones que sí que admitieron de los presos vascos que solicitaron que se terminara con la dispersión de condenados etarras y, por tanto, que pedían volver a su comunidad. El Gobierno central reconoce que «en el mismo periodo, fueron solicitados» al País Vasco los «traslados de 105 personas internas relacionadas con el colectivo de ETA». Y continúa: «Fueron admitidas en su totalidad».

Es decir, que en los últimos tres años, el 62,87% de los traslados de presos que se realizaron fueron de condenados por su vinculación con la banda terrorista. En otras palabras, casi dos de cada tres internos que han regresado al País Vasco desde la asunción de competencias son presos de ETA.

Fin de la política de dispersión

El Gobierno de Pedro Sánchez finiquitó la llamada política de dispersión, el sistema de destinos penitenciarios que se les aplicaba a los presos de ETA que no colaboraban con la Justicia, seguían vinculados a la banda y no habían pedido perdón a las víctimas. Esta cesión se hizo a cambio del apoyo parlamentario de Bildu al Ejecutivo socialista.

Desde entonces, las redes de apoyo a los presos, Etxerat y Sare, abandonaron la reivindicación del acercamiento, simbolizado con su histórica bandera con las flechas apuntando al País Vasco. Ahora, ha sido sustituido por dos simples flechas negras enfrentadas y un mensaje que reclama la excarcelación masiva de presos: «¡A casa!».

Las plataformas de presos de ETA, acompañadas de numerosas organizaciones sindicales, celebraron en las calles esta cesión del Gobierno de Sánchez cuando culminó el fin de la dispersión. Fue el 30 de junio de 2023.

El festejo tuvo lugar en varias localidades vascas y en Pamplona. Allí, amigos y familiares de los presos de ETA celebraron que ya no hay acercamientos que llevar a cabo y que el proceso ha entrado en una nueva fase: la de las excarcelaciones. Este último paso sólo se lo impide, en estos momentos, la Audiencia Nacional.

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