Acercamiento de etarras

El Gobierno también acerca al etarra que asesinó al concejal del PSOE Isaías Carrasco

ETA
Joanes Larretxea Mendiola.
Pelayo Barro

El Ministerio del Interior ha comunicado al etarra Joanes Larretxea Mendiola, condenado a 44 años por el asesinato del concejal socialista de Mondragón (Guipúzcoa) Isaías Carrasco, su traslado del Centro Penitenciario de Herrera de La Mancha (Ciudad Real) a Villabona (Asturias). También fue condenado a 389 años por un intento de asesinato masivo de agentes de la Ertzaintza en 2009, y a otros 44 por el asesinato del empresario Ignacio Uría en 2008.

Doble acercamiento de asesinos de socialistas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez en un sólo día. Instituciones Penitenciarias, además de acercar de Murcia a Logroño a José Javier Arizcuren Ruiz, alias Kantauri, también ha acercado a Larretxea Mendiola, que formó parte del talde del Comando Ezuste que acabó con la vida del socialista Carrasco. Así lo ha recogido la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en una nota difundida este jueves.

Larretxea cumple condena, entre otros, por ese asesinato cometido el 7 de marzo de 2008. No fue él quien apretó el gatillo, ese fue el también etarra preso Beinat Aguinagalde, aunque el tribunal que le juzgó encontró pruebas suficientes de la participación de Larretxea en el asesinato. Ese binomio sería hallado culpable también de la muerte a tiros del empresario vasco Ignacio Uría, ese mismo año.

La víctima, Isaías Carrasco, había sido concejal del PSE durante una legislatura en la localidad de Mondragón, donde residía con su familia, pero en las siguientes elecciones no salió elegido. Por ello, al no estar en el cargo, había decidido prescindir de la escolta.

Al mediodía, tras terminar de almorzar con su mujer y su hija Sandra, salió de su vivienda para acudir a su puesto de trabajo como cobrador del peaje en la AP-1, a la altura de Vergara. Fue su familia la que escuchó las detonaciones, pero pensaron que se trataba de algún cohete de pirotecnia. Aún así, su hija decidió asomarse a la ventana para comprobar cómo su padre abría la puerta del coche, con la ventanilla destrozada, salía del vehículo y caía fulminado.

Instantes antes, Aguinagalde le había descerrajado varios tiros. Cinco, casi el cargador completo, dirigidos al tórax, hígado, abdomen superior, cuello, muñeca y antebrazo. En los primeros instantes se mantuvo consciente y pudo despedirse de su familia. Una hora más tarde fallecía en el hospital de Mondragón.

El asesinato se produjo apenas dos días antes de unas elecciones generales, y meses después de que la banda hubiese decretado -en falso- una paralización de las actividades criminales, en plena negociación con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Al día siguiente, su hija Sandra, testigo del asesinato, ofreció unas declaraciones ante decenas de medios que quedaron grabadas para el recuerdo. Con gran entereza, la hija de Carrasco aseguró que «a mi padre lo han asesinado por defender la libertad, la democracia y las ideas socialistas. Ha sido siempre un hombre valiente y los que le han matado han sido unos cobardes que no tienen cojones».

Kantauri, ejecutor de Múgica

El acercamiento coincide el mismo día en que Interior ha notificado el traslado a Logroño del histórico Kantauri, uno de los jefes de ETA durante la sangrienta etapa de los años 90.

Sobre las espaldas de Kantauri está la decisión de asesinar a sangre fría al concejal socialista en San Sebastián Fernando Múgica Herzog. Múgica, de 62 años, que se había convertido en una de las figuras más emblemáticas y respetadas del socialismo vasco, recibió un tiro en la nuca del etarra Txapote a pocos metros de donde se encontraba su hijo José María. Ambos regentaban un despacho de abogados en la capital guipuzcoana.

Los asesinos de Múgica, que habían recibido la orden directa de Kantauri de quitarle la vida, huyeron del lugar tras forcejear con su hijo, al que encañonaron. Él les persiguió y pudo ver el Opel Corsa en el que huyeron, consiguiendo valiosa información para los agentes de la Ertzaintza que dirigieron la investigación posterior del asesinato.

Además, a Kantauri se le responsabiliza por muchas otras muertes, como la del concejal del PP en Sevilla  Alberto Jiménez-Becerril  y su mujer, Ascensión García. La pareja paseaba tranquilamente de noche por la capital andaluza cuando dos etarras, Mikel Azurmendi, alias ‘Hankas’, y Maite Pedrosa Barrenchea, les dispararon varias veces hasta matarles. En casa les esperaban tres hijos de corta edad.

Asesinos de socialistas

Esta nueva ‘hornada’ de acercamientos amenaza con crear disensión interna en el PSOE, ya que toca de lleno a la familia socialista. En los años de actividad criminal, ETA acabó con la vida de 11 militantes y dirigentes del PSOE.

ETA
Estos son 10 de los 11 socialistas asesinados por ETA.

El pasado fin de semana se cumplieron 20 años del asesinato de uno de ellos, Ernest Lluch, famoso por su contundente discurso contra el terrorismo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, enzarzado en sus pactos con EH Bildu para conseguir el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, le dedicó un polémico mensaje en el que se obviaba la palabra ETA. A Lluch, dijo, le mató «el terrorismo».

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