El Gobierno pretende liquidar en sólo tres días el funeral de Estado de Juan Carlos I

Juan Carlos I
El Rey Juan Carlos.
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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Juan Carlos I se ha convertido en una figura incómoda para el Gobierno de Pedro Sánchez y también para la Corona a causa del escándalo que supuso la aparición en Suiza de una cuenta del emérito con 13 millones de euros y las dos regularizaciones fiscales que realizó ante la Hacienda pública española. A raíz del fallecimiento de la Reina Isabel II el futuro funeral de Rey emérito ha recobrado importancia, máxime cuando el próximo enero cumplirá 85 años y se añade que, si falleciera en Abu Dabi, habría que pensar en su traslado. Por ello, tanto Moncloa como Zarzuela estudian el protocolo.

Desde que Juan Carlos I abandonara España en agosto de 2020, tras las exclusivas de OKDIARIO sobre la fortuna oculta del emérito en Suiza, se ha especulado sobre la posibilidad de que el fallecimiento de Juan Carlos I se produjera fuera de España. Dado que la ex vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo aseveró que mientras el PSOE gobernara «Don Juan Carlos no volverá a España», esa hipótesis cobra todavía más fuerza.

Tanto es así, que Moncloa y Zarzuela se preparan ante esta posibilidad. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convenció a Felipe VI de que sería menos oneroso para el Gobierno y la Corona que su padre falleciera fuera de España por las repercusiones que podrían acarrear su estancia en territorio español, siempre pendiente de un nuevo escándalo económico o de las secuelas del proceso judicial que se sigue en Londres por acoso a Corinna Sayn-Wittgenstein.

El Gobierno defendía que los restos del ex monarca serían traslados a España en un avión oficial y recibirían los honores de un funeral de Estado, como ya se hiciera con don Juan de Borbón que, incluso, no llegó a reinar.

La Casa del Rey entendió y asumió el contundente planteamiento del Gobierno: “Cualquier polémica sobre su muerte en el extranjero se apagaría después de tres días de exequias con los máximos honores, siempre mucho mejor que los sobresaltos de tres años o cinco viviendo en España o yendo y viniendo a Abu Dabi”.

Juan Carlos I dejó ver la importancia que tiene para él la forma en la que sería homenajeado tras su muerte. En el libro Mi rey caído, de la escritora francesa Laurence Debray, es el propio emérito el que aseguró: «Tengo que pensar en mi funeral». También aseguró que el funeral de Estado por Felipe de Edimburgo, esposo de Isabel II, le pareció «soberbio, muy emocionante y elegante». También rememoró el de su padre, don Juan de Borbón, que pese a no reinar fue despedido con todos los honores. Recuerda don Juan Carlos que aquellas exequias fueron «muy bonitas».

Así, pues el propio Rey emérito es consciente de que su despedida debe realizarse con toda la liturgia que implica la despedida al que ha sido Rey de España durante 39 años. Algo con lo que Moncloa no está totalmente de acuerdo.

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