El Gobierno admite por primera vez la «negociación» bilateral con la Generalitat

El Gobierno admite por primera vez la
El Gobierno admite por primera vez la "negociación" bilateral con la Generalitat
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Hasta hoy, cuando se ha mandado a la prensa la convocatoria de la reunión que mantendrán este miércoles en Madrid el Gobierno y la Generalitat, el Ejecutivo repetía sin cesar que lo que ambas administraciones habían establecido era «una mesa de diálogo». El gabinete de Pedro Sánchez trataba así de restar la importancia y la grandilocuencia que los separatistas le querían dar al foro. Pero todo ha cambiado.

Tras múltiples correcciones en privado y en público, incluso en ruedas de prensa, negando que se tratase de una mesa de negociación, el Gobierno admite ya que está negociando con los independentistas de la Generalitat de forma bilateral. Por primera vez, tanto en la nota enviada a los medios como en la agenda oficial, Moncloa habla abiertamente de “Mesa de diálogo y negociación entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat de Catalunya”.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, el ministro de la presidencia, Félix Bolaños, el de Cultura y Deporte, Miquel Iceta y la de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, defenderán la posición del Estado en la reunión de este miércoles. Enfrente, en la mesa, tendrán a la consellera de presidencia catalana, Laura Vilagrà, el de Empresa, Roger Torrent, el de Interior, Joan Ignasi Elena y la de Cultura, Natalia Garriga. En esta ocasión no estarán presentes, como si lo estuvieron en las otras citas, ni el presidente Pedro Sánchez -de viaje oficial a Polonia- ni el president de la Generalitat, Pere Aragonés. La reunión se producirá en la sede del Ministerio de la Presidencia, en el complejo de La Moncloa.

El cambio de nomenclatura de este foro, del que ha quedado fuera Junts per Catalunya -uno de los socios del Govern catalán-, no es casual. Los separatistas siempre han reivindicado que esta mesa entre administraciones debía servir para negociar políticamente la resolución al conflicto que, según ellos, existe entre Cataluña y España. Ya hay otra mesa entre el Gobierno y la Generalitat, como ocurre como otros gobiernos autonómicos, para tratar los temas que afectan al día a día de las competencias y las relaciones. Tras diez meses de parálisis, y con la aprobación de los Presupuestos en el aire, dependiendo de ERC, las dos delegaciones tienen como objetivo, a finales de 2023 -que es el horizonte que se propusieron-, dar una salida a la reivindicación separatista sea en forma de Amnistía para el retorno de los fugados o facilitar la organización de un nuevo referéndum secesionista.

Desde Esquerra, el único partido que defiende la utilidad de la mesa y el que ha obligado al Gobierno a añadir el término negociación al título del foro, advierten que «se ha acabado el tiempo de las promesas, ahora tocan los hechos, las relaciones no se normalizarán mientras no haya acuerdos tangibles en la mesa de negociación». Así de contundente se manifestaba la consellera Vilagrà en una idea que apuntalaba también desde el partido la portavoz, Marta Vilalta, apuntando a la negociación de los presupuestos generales: «Esquerra ya no fía, hará falta hechos concretos para rehacer las confianzas». Llegar a acuerdos parciales, pero concretos y constatables, especialmente en lo que se refiere a la desjudialización de la política catalana, es el objetivo de ambas delegaciones para la reunión de este miércoles. Avanzar hacia la reforma del delito de sedición parece una de las posibilidades.

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