El general de la Guardia Civil que irritó a los Mossos: un catalán curtido en los años de plomo de ETA
Nacido en Lérida, con 24 años ya luchaba contra ETA de 'paisano' como agente del Servicio de Información en el País Vasco
El discurso de la Guardia Civil que irrita a los Mossos: «La revolución de las sonrisas ha derivado en odio»
El general Pedro Garrido, jefe de la Guardia Civil en Cataluña que el pasado miércoles pronunció un contundente discurso que enfadó profundamente a la cúpula de la Consejería de Interior y a los Mossos, es un hombre curtido en mil frentes. Especialmente contra ETA, a la que se enfrentó como agente del Servicio de Información tras salir de la Academia.
Los actos solemnes por la festividad de la Patrona de la Guardia Civil en Cataluña del pasado miércoles han sacado a relucir a una personalidad hasta ahora desconocida para el gran público: el general Pedro Garrido. Su firme discurso sobre el independentismo , advirtiendo que las «sonrisas revolucionarias» han dado paso al «rictus del odio», le ha convertido en objetivo de las iras de los separatistas.
Entre otras cosas, en la prensa afín al ‘procès’ se le está acusando de presumir de «apalear votantes» y de regodearse en que «lo volveremos a hacer», aunque el general no hizo mención a lo primero en su discurso. Usando las palabras ‘ho tornarem a fer», que el independentismo ha convertido en bandera desde hace meses, recordó que el compromiso de la Guardia Civil en Cataluña es cortar de raíz cualquier insurrección al margen de la ley.
Pedro Garrido Roca nació en Lérida en 1958 (tiene actualmente 61 años) y proviene de una familia vinculada a la Guardia Civil. En 1980, con 22 años, ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza, donde se licenció como teniente de la Guardia Civil dos años más tarde.
Los años duros de ETA
Aquellos no eran años fáciles para un guardia civil joven (acababa de ocurrir el 23-F), y menos lo fueron para Garrido en sus primeros destinos. Fue enviado a la Comandancia de Álava como miembro del Servicio de Información, la unidad cuya misión prioritaria era acabar contra ETA. Casi siempre de ‘paisano’. Eran los llamados «años de plomo», en los que Garrido tuvo que asistir a numerosos funerales de compañeros asesinados por la banda terrorista.
Esa generación, curtida en la lucha contra ETA en el País Vasco en los años ochenta, está formada por «un grupo de agentes, hoy casi todos altos mandos y muchos ya jubilados, muy meticulosos con su trabajo, dedicados en cuerpo y alma a España» explican fuentes de la Guardia Civil. No es casual, por ello, las menciones que realizó el general Garrido al terrorismo de los CDR en su misión. «Sabe de lo que habla», explican estas fuentes.
Tras sus años en el País Vasco llegaron otros destinos como la Unidad de Servicios Especiales de la Dirección General en Madrid, donde continuó su lucha contra ETA, la Academia de Policía Judicial en Madrid, la Unidad Central Operativa (UCO), la Unidad de Seguridad de la Casa de S.M. el Rey, el Gabinete Técnico de la Dirección General en Madrid, el Servicio de Costas y Fronteras y la Secretaría de Cooperación Internacional, tal y como figura en su ficha oficial de la Guardia Civil.
También ha dedicado parte de su carrera -especialmente durante su pertenencia a la UCO- a la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia violenta. ETA dejó paso a las mafias y a los narcotraficantes.»No es un agente de despacho, es un guardia de la calle», explican a OKDIARIO agentes que han trabajado a su lado.
Por toda esta carrera, en la que no figura ninguna mancha en su hoja de servicios, el general Garrido ha sido distinguido con numerosas condecoraciones civiles y militares, tanto nacionales como extranjeras, entre las que destacan la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil, la Cruz del Mérito Militar; la Cruz, la Encomienda, la Placa y la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Cruz de la Orden del Mérito del Cuerpo de la Guardia Civil con distintivo blanco, la Cruz al Mérito Policial, y la Medalla de Oro de la Defensa Nacional Francesa.
Un «orgulloso» catalán
El general lleva a gala su origen catalán, del que se muestra «orgulloso». Ya hizo mención a ello durante su toma de posesión como general de la Zona de Cataluña en julio de 2018, recordando en su discurso que»me siento catalán y español, no a partes iguales sino en su totalidad ambas cosas».
Un origen que, destacó, le ayuda en su desempeño profesional: «Debo añadir la característica personal de mi origen catalán, que si bien no lo considero un mérito ni un requisito necesario para ocupar este puesto, sí constituye un acicate en el desempeño de mis responsabilidades. Y una ventaja que me aporta el conocimiento necesario del entorno y una mayor capacidad para empatizar con las distintas sensibilidades de los ciudadanos a los que debo servir».
También en esa toma de posesión se mostró duro contra el independentismo radical. «Debemos enfrentarnos a los intentos de algunos sectores, ciertamente minoritarios, de aislarnos (a la Guardia Civil) de la sociedad a la que protegemos y formamos parte».