Cuba

Exteriores convoca al encargado de negocios de Cuba en España para que explique el veto a EFE

Albares
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.

El Ministerio español de Asuntos Exteriores ha convocado este domingo al encargado de negocios de la embajada de Cuba en Madrid, máximo responsable de la legación ante la ausencia de embajador, para pedir explicaciones sobre la retirada de las credenciales de prensa al equipo de la Agencia EFE en La Habana, tal como informan fuentes oficiales.

Por su parte, la embajada de España en La Habana está llevando a cabo diferentes gestiones con las autoridades cubanas para que devuelvan las credenciales a los periodistas de la Agencia EFE y que estos puedan desarrollar su trabajo con normalidad.

Los responsables del Centro de Prensa Internacional de Cuba convocaron este sábado con urgencia al equipo de EFE acreditado actualmente en La Habana (tres redactores, un fotógrafo y un cámara de TV) para informarles de que se les retiraban las credenciales, sin aclarar si la medida es temporal o definitiva. La decisión se ha tomado un mes y medio después de que se hubiera retirado la acreditación al coordinador de redacción de Efe en La Habana. No hay constancia de que esta medida haya sido adoptada en otra ocasión con una agencia de noticias internacional en la isla.

Las autoridades de la isla advirtieron al equipo de esta agencia española que no puede realizar su labor periodística a partir de este momento, y no quisieron aclarar los motivos exactos que les han llevado a tomar esta decisión.

La nueva resolución ocurre en un momento delicado para la dictadura. Justo se va a celebrar una marcha cívica convocada por la oposición para este lunes para reclamar un cambio político en la isla, que ha sido ilegalizada por el Gobierno. Protestas que coinciden con con la reapertura de las fronteras al turismo.

Cabe destacar que esta agencia entrevistó en los últimos días a Yunior García Aguilera, el joven intelectual que incomoda al gobierno cubano. Ese reportaje incomodó al Gobierno del presidente cubano Miguel Díaz-Canel y como es habitual en los regímenes comunistas han optado por frenar la libertad de expresión y de prensa para acallara las críticas.

Expectación

La de este lunes está llamada a ser una nueva jornada de movilizaciones opositoras en Cuba, poco más de dos meses después de las mayores protestas de los últimos años en la isla. La oposición ha denunciado un incremento de la represión por parte del Ejecutivo cubano. El Gobierno ha cuestionado la supuesta instrumentalización política de las marchas y el papel en la sombra que tendría Estados Unidos.

La protesta estaba convocada inicialmente para el 20 de noviembre, pero los promotores, aglutinados en el movimiento Archipiélago, decidieron adelantarla cinco días después de que las autoridades anunciasen en los días previos a la manifestación una serie de maniobras militares rutinarias, según el equipo de Díaz-Canel.

Entre las peticiones de la marcha, la liberación de los «presos políticos», el arranque de un diálogo que permita resolver la «crisis política, económica y social» y críticas contra la violencia efectuada y consentida desde Gobierno en las protestas de julio.

No obstante, Archipiélago se topó con el ‘no’ de las autoridades. El Consejo de Administración de la Habana Vieja contestó a la petición con una negativa, argumentando que los promotores tienen lazos con Estados Unidos y «la intención manifiesta de promover un cambio de sistema político en Cuba», según la nota difundida por la prensa oficial.

Los convocantes, de todas formas, han decidido seguir con su ‘Marcha Cívica por el Cambio’ para hacer frente al «autoritarismo». En esta línea, piden a los cubanos que se adhieran a la protesta, tanto a las concentraciones en las calles de la isla como a una cacelorada prevista para las ocho de la tarde hora local.

Uno de los principales promotores de las movilizaciones, el dramaturgo Yunior García, ha explicado en sus redes sociales que este domingo marchará «en solitario» y «en silencio» hasta el malecón de La Habana, con una rosa blanca, para simbolizar el descontento social y el recrudecimiento de las medidas represivas. A quienes quieran salir el lunes, les ha pedido que antepongan su «integridad física».

Pedro Sánchez Cuba
Un manifestante contra el régimen de Cuba es detenido en La Habana. (Foto: AFP)

Los convocantes han afeado las presiones que han recibido en los últimos días. Por ejemplo, presiones en forma de citas ante las oficinas de la Fiscalía en las provincias donde se ha planteado convocar la manifestación. La plataforma ciudadana ha avisado de que el «rostro dictatorial» del Gobierno se ha visto a las claras en interrogatorios, amenazas y «hasta expulsiones laborales».

El Ejecutivo de Miguel Díaz-Canel, al mismo tiempo, ha defendido su veto frente a la «provocación contrarrevolucionaria» que se avecina, como la ha descrito esta misma semana el propio presidente. En este sentido, durante semanas y abiertamente, las autoridades cubanas se han esforzado tanto por justificar el rechazo a la manifestación como por alertar de los supuestos intereses ocultos.

Para el Ministerio de Exteriores cubano, quienes buscaron «el fracaso del socialismo» con las protestas del 11 de julio «andan frustrados y apurados en sus planes», por lo que conspiran con «acciones desestabilizadoras» con vistas a «provocar el incidente que desemboque en el estallido social que propicie la anhelada intervención militar».

Bruno Rodríguez, ministro de Exteriores de Cuba, avisó el miércoles a Estados Unidos de que no permitirá la «agresión persistente» contra la isla ni sus «intentos de alterar la tranquilidad ciudadana y dañar la paz social». Para el canciller, se trata de una «agresión» organizada «desde el exterior» y en la que se emplean «agentes internos».

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