España condiciona su apoyo al Brexit a tener más claro su peso en las relaciones con Gibraltar
El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha informado este lunes de que España mantiene una reserva al acuerdo de divorcio entre la Unión Europea y Reino Unido porque considera que falta «claridad jurídica» respecto a que cualquier relación futura entre el bloque y el territorio de Gibraltar deberá pasar primero por el consentimiento español.
«La interpretación tiene que ser clara: La negociación sobre la relación futura de la Unión Europea y Reino Unido es distinta de la negociación sobre Gibraltar», ha indicado Borrell a la prensa en Bruselas, en donde asiste a una reunión de ministros europeos.
El jefe de la diplomacia española ha apuntado que el problema tiene que ver con el artículo 185 del Tratado de Salida, una disposición que apareció «de la noche a al mañana el pasado miércoles, y que España cree que no es suficientemente precisa.
«Queremos que quede claro en la interpretación de ese texto de que las negociaciones entre Reino Unido y la Unión Europea no se aplican a Gibraltar, que lo que se negocia entre Reino Unido y la UE tiene un ámbito territorial que no incluye a Gibraltar», ha resumido Borrell, para subrayar a continuación que el futuro de las relaciones con el Peñón se deben realizar «aparte».
La Unión Europea a 27 ha discutido este lunes por primera vez a nivel de ministros sobre el Tratado de Retirada negociado entre Bruselas y Londres y sobre las bases de la relación futura entre la UE y Reino Unido que van a fijar en una declaración política.
Ambos textos se negocian con la parte británica y el objetivo es poder finalizarlos y formalizarlos el próximo domingo, en una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno.
Aunque el negociador europeo, Michel Barnier, ha dicho en una rueda de prensa tras el encuentro que todas las delegaciones han dado su apoyo al acuerdo negociado a nivel técnico, España ha expresado sus reservas por la situación en Gibraltar.
También otros países han intervenido para pedir modificaciones o precisiones sobre elementos del documento, si bien fuentes europeas han precisado a Europa Press que solo España ha condicionado sus peticiones a dar su visto bueno a lo negociado.
El ministro Borrell, sin embargo, ha pedido no hablar de «veto» ni usar terminología «bélica» para describir las reservas de España y ha insistido en que el objetivo es que quede clara la «interpretación jurídica» de los textos.
Desde el inicio de las negociaciones del Brexit, la Unión Europea a 27 ha reconocido en varios momentos el derecho a veto de España a la hora de negociar las condiciones de la relación futura con Gibraltar y es esta condición la que el Gobierno quiere que quede reflejado en la misma terminología tanto en el acuerdo de divorcio como en la declaración política sobre la relación con Reino Unido como país tercero.
«Hasta que no conozcamos lo que dice la declaración política sobre la relación futura, no podemos dar nuestro acuerdo al Acuerdo de Retirada, porque las dos cosas van juntas», ha explicado Borrell, quien ha recordado que la primera ministra británica, Theresa May, también ha dicho que uno depende del otro.