España compartirá vacunas con los países pobres pese a la falta de dosis

Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un acto. (Europa Press)
Carlos Cuesta

España se ha sumado al programa de entrega de vacunas a los países pobres pese a la enorme carencia de dosis en el sistema sanitario nacional y los problemas existentes para que los laboratorios proveedores cumplan con sus envíos. La contribución española aún no se ha concretado porque el propio documento reconoce «la imposibilidad de determinar ahora con precisión los tipos de vacuna, los momentos de su disponibilidad y el déficit que presentan muchos países».

Por ello, el documento de compromiso de España señala que el «plan deberá actualizarse en tiempo real, conforme aumentan las certezas en estas variables clave».  Pero, lo que queda claro es que el Gobierno cederá vacunas y dinero para que se compren dosis para un largo colectivo de países.

El compromiso es el denominado ‘Plan de acceso universal. Compartiendo vacunas contra el Covid-19. Vacunación solidaria’. El acuerdo se formalizó el pasado 18 de enero. Y, pese a la falta de vacunas en España, se justifica de la siguiente manera: «La pandemia por la enfermedad por coronavirus 2019, que ha infectado a más de 90 millones de personas y costado ya más de 2 millones de vidas, supone el mayor reto que ha enfrentado la comunidad internacional desde la Segunda Guerra Mundial y requiere de una respuesta concertada a escala global, que incluya elementos de solidaridad, teniendo en cuenta que nos enfrentamos a un problema de salud pública global».

Según el documento, «nos encontramos, por fin, ante el principio del fin de la pandemia en lo que a la salud se refiere». «Tal como ya preveía la Estrategia, la crisis en su vertiente sanitaria sólo se podrá dar por finalizada cuando se rompa la cadena de transmisión debido a que un porcentaje suficiente de la población mundial esté inmunizada», señala.

Progresos científicos

Por ello, «conforme ha evolucionado la situación de la pandemia y se han ido dando progresos científicos en el desarrollo de las vacunas, el equilibrio entre el aseguramiento del suministro por parte de cada país y el acceso equitativo global según los criterios epidemiológicos ha ido ajustándose progresivamente».

A partir de ahí, el documento asegura -en plena falta de vacunas en España- que «nos encontramos hoy con un aseguramiento del suministro de la vacuna desigual en el mundo». «Algunos países –entre los que se encuentra España y los estados miembros de la Unión Europea- han podido asegurar la compra suficiente y con rápida disponibilidad para alcanzar la inmunidad de grupo, mientras muchos otros países enfrentan un escenario de más difícil acceso, incluso para los grupos prioritarios según criterios epidemiológicos».

El documento apostilla en ese momento: «Desde un punto de vista ético y también práctico, esta situación requiere asegurar la disponibilidad de vacunas para la población propia al tiempo que parte del volumen inicial se dedica a terceros países y se generan -eventualmente en el caso de que todas las vacunas resulten exitosas- excedentes que pueden sumarse a este esfuerzo global de puesta a disposición de terceros países».

El texto justifica la decisión en que «la Estrategia de Respuesta Conjunta de la Cooperación Española a la Crisis del Covid-19» establece como «una de las prioridades fundamentales asegurar el acceso universal y equitativo a la vacuna de Covid-19, y a todas las vacunas, y preparar a los sistemas de salud para su distribución a toda la población, incluyendo los lugares más remotos y con especial atención a los colectivos que sufren discriminación o exclusión social y aquellos colectivos con discapacidad, garantizando el acceso a la misma de todas las mujeres y niñas». Añade que «en definitiva, es fundamental dar la consideración de bienes públicos a las futuras vacunas y tratamientos contra el Coronavirus 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS- CoV-2)».

El objetivo «a nivel global de este plan es contribuir a la vacunación de un significativo porcentaje de la población mundial mediante el apoyo al acceso rápido a la vacuna de los países y las personas con mayor dificultad de hacerlo, utilizando también para ello dosis provenientes de la dotación de vacunas adquiridas por España, sin perjuicio del proceso de vacunación del conjunto de la población española», admite el texto.

El documento admite que «dada la imposibilidad de determinar ahora con precisión los tipos de vacuna, los momentos de su disponibilidad y el déficit que presentan muchos países, este Plan deberá actualizarse en tiempo real, conforme aumentan las certezas en estas variables clave».

Países beneficiados 

Pero sí señala la lista de países que se beneficiarán del plan global:

Renta Baja: Afganistán, Benín, Burkina Faso, Burundi, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Guinea-Bisáu, Haití, Corea del Norte, Liberia, Madagascar, Malaui, Mali, Mozambique, Nepal, Níger, Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur, Siria, Tayikistán, Tanzania, Togo, Uganda y Yemen.

Renta Media: Angola, Argelia, Bangladés, Bután, Bolivia, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Islas Comoras, República del Congo, Costa de Marfil, Yibuti, Egipto, El Salvador, Esuatini, Ghana, Honduras, India, Indonesia, Kenia, Kiribati, Kirguistán, Lesoto, Mauritania, Micronesia, Moldavia, Mongolia, Marruecos, Myanmar, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Filipinas, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Islas Salomón, Sri Lanka, Sudán, Timor Oriental, Túnez, Ucrania, Uzbekistán, Vanuatu, Vietnam, Gaza y Cisjordania, Zambia, Zimbabue.

Adicionales: Dominica, Fiyi, Granada, Guyana, Kosovo, Maldivas, Islas Marshall, Samoa, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Tonga y Tuvalu.

Aunque no se den las cifras de España, sí se habla de objetivos europeos: «El objetivo inicialmente planteado por la Unión Europea sería canalizar ese 5% de vacunas hacia contextos humanitarios (necesidades estimadas por GAVI en 30 millones de personas que no estarían bajo ninguna autoridad estatal y hasta 50 millones si se tienen en consideración otros colectivos, como trabajadores sanitarios en países de bajos ingresos —16 millones de personas— y trabajadores sanitarios), además de a países de ingreso bajo y la atención a la población de los Balcanes occidentales (estimada por DG NEAR en 7,3 millones) y de la vecindad Sur, asegurando el acceso a las vacunas de estos colectivos desde el primer momento».

La noticia llega después de que España firmara la entrega de 30.000 vacunas a Andorra, también por un principio de colaboración. Andorra es un país donde existen casi 14.000 posibles electores de las votaciones catalanas del próximo 14 de febrero.

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