El PSOE perdona a Mayer y su reprobación se votará dentro de un mes

La delegada de Cultura y Deportes, Celia Mayer, sale con vida política del pleno del Ayuntamiento madrileño de este miércoles. El grupo municipal socialista en palabras de su portavoz, Purificación Causapié, ha permitido que «quede sobre la mesa» el retraso de la votación. Fue la portavoz de Ahora Madrid Rita Maestre quien ha sorprendido aludiendo al artículo 65.3 del reglamento de funcionamiento interno del Consistorio. De esta forma, se ha instado a incorporar informes varios en las próximas semanas para que no se repitan los errores en el área de Mayer y que esta sea reprobada o no en marzo.

Para el grupo líder de la oposición, el Partido Popular, no es admisible teniendo en cuenta que no se requieren nuevos informes para una reprobación que, dicen, se expresa en dos líneas. En el salón de plenos se ha vivido a continuación un fuerte rifirrafe en el que Manuela Carmena ha tratado de poner orden sin mucho éxito durante unos minutos, ha llegado a señalar a sus señorías que no están “en la calle” para comportarse de esta forma.

El PP dice que con esto se abre un precedente que supondría que nunca se podrían votar las proposiciones de la oposición. Esperanza Aguirre ha señalado que no es aceptable que la lectura del secretario sea precedido de la afirmación “salvo mejor interpretación”.

Carmena evoca a Machado y el “se hace camino al andar” estando ante la primera propuesta de reprobación desde 2006 como han apuntado desde Ciudadanos. La edil de Ahora Madrid ha escurrido el bulto y será como con otros puntos del día la junta de portavoces quien decida qué hacer en próximos casos.
En su día, la regidora Manuela Carmena ya avanzó que no cesaría a la concejala ya que sería «injusto» y añadió que diseñarán una reestructuración del área. Una reprobación que está relacionada con la aplicación de la Ley de Memoria Histórica y los errores que se han sucedido. Muchas miradas se han centrado en el contrato fantasma adjudicado por un informe de la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense de Madrid mediante un nuevo y cuestionado contrato menor que apura el límite de dinero para no tener que convocar un concurso decidiendose a dedo entre tres propuestas.