Zaplana: «Rezo todos los días para morirme»
El deterioro de la salud de Eduardo Zaplana alarma a sus allegados, algunos de ellos han podido verle en el hospital La Fe donde ha ingresado por una nueva crisis de salud. La defensa del ex ministro popular reclama que la jueza que instruye su caso tenga en cuenta la leucemia que padece y levante la prisión provisional por razones humanitarias
La situación de Eduardo Zaplana en la prisión de Picassent es límite. El agotamiento del ex presidente valenciano, que padece de leucemia, es tal que ha llegado a transmitir a sus más allegados una frase demoledora: «Rezo todos los días para morirme, esto es una tortura».
Este miércoles Zaplana era trasladado desde la cárcel al hospital La Fé de Valencia –donde seguía el tratamiento contra la leucemia antes de ingresar en prisión– debido a una brusca bajada de sus defensas. El ex ministro del PP sufrió lo que los expertos denominan síndrome de Eich. Esta enfermedad está asociada a personas que han recibido un transplante de médula ósea y se produce cuando los tejidos sanos rechazan a las células del paciente transplantado, lo que produce una brusca bajada de las defensas.
Su fase más aguda se da en los primeros 100 días tras el transplante, sin embargo, Zaplana –que recibió la médula de su hermana hace dos años– lo sufre de manera crónica y, en gran parte, su tratamiento médico está destinado a paliar los posibles efectos que pueda tener sobre su salud. Antes de ser diagnosticado de leucemia, Zaplana pesaba unos 83 kilos. Por culpa de la enfermedad perdió bastante peso, hasta quedarse en 73 kg. Desde su ingreso en prisión, Zaplana ha experimentado un deterioro notable y su peso actual se sitúa en unos 60 kg.
Las pocas visitas que ha recibido, entre ellas las de algunos amigos que han podido acceder a él en calidad de asesores legales, han podido comprobar el lamentable estado de salud del que fuera ministro de Aznar. Según los que ha podido hablar con él en Picassent, Zaplana lucha cada día por sobrevivir pero ven que su estado anímico está por los suelos. «Esto es una tortura, me están torturando y rezo todos los días para morirme», son las crudas palabras del ex presidente valenciano ante la grave situación que vive en prisión.
La juez y la Fiscalía deniegan los recursos
El abogado de Zaplana, Daniel Campos, ex teniente fiscal de la Audiencia Nacional, ha intentado por todos los medios que su defendido salga de prisión. La juez del Juzgado de Instrucción nº 8 de Valencia decretó el pasado 22 de mayo la entrada en prisión preventiva comunicada y sin fianza del ex presidente valenciano, acusado de un presunto delito de blanqueo de capitales y otro delito fiscal.
Desde su ingreso en el centro penitenciario, Eduardo Zaplana ha sufrido numerosos episodios relacionados con su delicado estado de salud. Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, Zaplana fue ingresado en la enfermería de la prisión el 5 de junio para realizar los controles relacionados con su enfermedad y recibir el correspondiente tratamiento.
Más grave fue el episodio ocurrido el pasado 25 de junio. El ex dirigente del PP fue trasladado de urgencia desde Picassent al hospital La Fe de Valencia, a petición de los médicos de la prisión, por problemas respiratorios derivados de un mal funcionamiento de su pulmón izquierdo.
El abogado de Zaplana ha tratado infructuosamente de convencer a la juez de la puesta en libertad condicional de su defendido por razones humanitarias y por un evidente riesgo vital. La juez Isabel Rodríguez Guerola ha basado su negativa, apoyada en el criterio de la Fiscalía, en que existe riesgo de fuga y de destrucción de pruebas para negar cualquier opción de salida de Zaplana de la cárcel.
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