Dos diputados de Podemos cargaron al Congreso ocho viajes de tren para apoyar al delincuente Bódalo
Dos parlamentarios de Podemos cargaron al Congreso de los Diputados ocho viajes en tren realizados en septiembre de 2016 para acudir a Jaén a un acto en apoyo del exconcejal Ándres Bódalo. Condenado a tres años y medio de cárcel por agredir a un edil socialista en 2012 y contar con antecedentes penales, Bódalo se encuentra ahora mismo en libertad condicional.
Los diputados Isabel Franco y Alberto Rodríguez ‘El Rastas’ -como le llaman en su bancada- se desplazaron el 20 de septiembre de 2016 de Madrid a Córdoba y de Córdoba a Jaén, en trayecto de ida y vuelta. Ninguno de ellos es electo por Jaén. La primera tiene el escaño por Huelva, mientras que Rodríguez lo ostenta por Santa Cruz de Tenerife. En ese acto organizado para reclamar la libertad de Bódalo, cuando llevaba algo más de cinco meses en prisión, también participó activamente su compañero Diego Cañamero, diputado por Jaén, que ya se encontraba en su circunscripción.
Los viajes de los diputados a una circunscripción distinta a la suya están muy tasados en el Reglamento del Congreso, que, en este caso, incumplen tanto Isabel Franco como Alberto Rodríguez. El Reglamento de la Cámara baja, tras su reforma en noviembre de 2014, establece tres tipos de viajes, todos ellos con cargo a las cuentas públicas del Congreso. Son los realizados a la propia circunscripción (entre Madrid y su provincia); los que llevan al diputado a una circunscripción ajena por una actividad «indispensable para el cumplimiento de su función», y en tercer lugar, los oficiales, es decir, en representación de la Cámara.
Los citados viajes de Franco y Rodríguez hasta Jaén se enmarcarían teóricamente en el segundo supuesto. Es decir, aquellos desplazamientos a una circunscripción distinta para realizar actividades de «naturaleza política, sectorial o de representación institucional por su pertenencia a un grupo parlamentario», según establece el Reglamento del Congreso. Además, deben contar con el aval de la dirección de dicho grupo parlamentario.
Sin embargo, los desplazamientos de estos dos diputados de Podemos aquel día no tuvieron por objeto ningún actividad en la que debieran participar en «cumplimiento de su función» como parlamentarios. Ni siquiera se trató de un acto interno de Podemos, que también sería cuestionable.
Se da la circunstancia de que, tal y como figura en el Portal de Transparencia de Podemos, la diputada Isabel Franco justificó estos viajes como «actividad parlamentaria», cuando en realidad no lo era. Mientras que su compañero Alberto Rodríguez optó por la fórmula «actividad política, sectorial o de representación institucional».
El Reglamento de la Cámara baja precisa que «la realización de cualquier desplazamiento para un objeto distinto de los mencionados y que no guarde relación con el ejercicio de la labor política o parlamentaria no podrá ser imputada al Presupuesto de la Cámara, debiendo abonarse por el diputado» de su propio bolsillo.
Ante la Audiencia de Jaén
Franco y Rodríguez, junto a Cañamero (que no incluye viaje alguno para esta fecha) se concentraron ante la Audiencia Provincial de Jaén para presionar a la Sala Segunda de esta instancia que debía pronunciarse sobre el recurso presentado por la defensa de Bódalo contra la denegación del tercer grado. Esta medida de semi-libertad se le otorgó finalmente cuando llevaba un año y medio en prisión (el exconcejal de Jaén en Común había entrado en la cárcel el 30 de marzo de 2016).
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