Pedro Sánchez

Defensa exige un ‘examen’ para «quitar manchas de vino y zumo de tomate de la moqueta» del Falcon

Sánchez llega a La Moncloa en Falcon tras 12 días de vacaciones en pleno bloqueo político

El Ministerio de Defensa licita un contrato para la limpieza de los aviones a disposición, entre otros, del presidente del Gobierno: los Falcon y Airbus.

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Pedro Sánchez.

El Ministerio de Defensa ha licitado recientemente un contrato para la limpieza de los aviones a disposición de las autoridades y, en concreto, del presidente del Gobierno, el Falcon y el Airbus. El importe del contrato asciende a 46.400 euros (sin IVA) para el año en curso y el próximo, aunque, si se suman las prórrogas -hasta 2023- se eleva hasta los 705.280 euros. Entre los requisitos para decidir qué empresa se hará con el servicio se incluyen algunos llamativos, como una «demostración práctica» consistente en la eliminación de «manchas de vino tinto y zumo de tomate en moqueta».

El contrato, que salió a licitación el pasado viernes -mientras Sánchez pasaba sus vacaciones en Doñana- comprende la limpieza exhaustiva de los aviones del 45 Grupo de Fuerzas Aéreas, es decir los Airbus 310 y Falcon 900, a disposición del Rey, el presidente del Gobierno y otras altas autoridades del Estado. La unidad  dispone de siete aeronaves, siempre ‘a punto’ para los desplazamientos oficiales.

«Con el fin de garantizar la calidad de los servicios de limpieza a realizar en el interior de las aeronaves se realizará una prueba práctica en la que las empresas participantes puedan demostrar sus capacidades», se indica en el pliego de condiciones administrativas.

La prueba en cuestión consiste en la eliminación de tres tipos de manchas en moqueta -vino tinto, zumo de tomate y grasa mineral- y de una mancha en piel (tinta). La retirada completa de la mancha se premia con cinco puntos y «en caso de que se aprecien restos la puntuación será de cero puntos», se avisa.

Preocupación por la moqueta

El contrato comprende varios tipos de limpieza (pre-vuelo, post-vuelo, limpieza intensa y trabajos a requerimiento). Estos servicios comprenden, entre otros, la retirada «antes de un vuelo VIP, de los protectores de moqueta en la sala de reuniones del avión» y su posterior colocación, limpieza de los asientos de piel, aspirado en profundidad de la moqueta, limpieza general de mobiliario «con especial atención a hornos y neveras», recogida de «desperdicios, prensa, envases vacíos, menaje y lencería del avión» o la limpieza de maleteros, bandejas y pantallas de asientos. En el caso de los servicios ‘a demanda’, estos abarcan la «limpieza profunda de la moqueta en zona VIP» de los Airbus, «limpieza de la tapicería de dos divanes de tres plazas en la zona VIP» y de los asientos de piel, así como la «limpieza en seco de superficies exteriores».

También se indica que el contratista deberá mantener «para ambas flotas, y por avión, un mínimo de 50 unidades de cubrecalzado desechable, al objeto de proteger la moqueta».

El pliego técnico revela además el número «estimado de limpiezas mensuales» por modelo de avión. En el caso de los Falcon, el que Sánchez utilizó por ejemplo en el polémico viaje al Festival Internacional de Benicassim o, recientemente, para regresar del Palacio de Las Marismillas (Doñana), se contemplan hasta 24 servicios de limpieza antes de los vuelos, y 25, después. En el caso del Airbus se reduce significativamente, siendo 9 los servicios en ambos casos.

Los pliegos de la oferta detallan también que la limpieza «será mecánica y siempre en seco».

En la documentación se presta especial atención al tratamiento de la moqueta, para la que se admite la utilización de productos específicos en el caso de «manchas localizadas». Además, se advierte de que «dado que el proceso de limpieza elimina el tratamiento antiestático de la moqueta, la empresa debe tener la capacitación y disponer de los productos adecuados para reponer el tratamiento antiestático de la misma». Además, los acabados en piel y vinilo se limpiarán «con paños secos y limpios e impregnados con limpiadores de piel comerciales».

La polémica por el uso de los aviones presidenciales ha acompañado a Pedro Sánchez desde su llegada a La Moncloa. Este miércoles, el presidente socialista recurrió de nuevo al Falcon para regresar a La Moncloa tras pasar varios días de vacaciones en el Palacio de Las Marismillas (Doñana, Huelva).

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