Crisis del coronavirus

Los datos desmienten el «turismo de borrachera»: Madrid tiene menos contagios que Almería, Álava o Lérida

turismo de borrachera
Incidencia de contagios de coronavirus en las zonas con mayor riesgo de España.
Pelayo Barro

«Madrid va a ser una bomba vírica». Las palabras del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, sobre la supuesta situación de contagios en la comunidad gobernada por Isabel Díaz Ayuso van en línea de lo que la izquierda ha convertido en el último argumento para atacar a Madrid: las «hordas» de franceses que llegan a la capital en busca del «turismo de borrachera» actúan como catalizador de la transmisión del virus y eso afectará gravemente al resto de España cuando caigan los cierres perimetrales. «No podemos ser el after de Europa», repite la izquierda. Sin embargo, esas acusaciones no se sustentan en ningún dato científico. Los registros del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) muestran que otras provincias donde no se da ese fenómeno tienen peores datos de contagios que Madrid. Es el caso de Almería, Álava, Navarra o Lérida.

Díaz Ayuso mantiene abiertos los bares y promociona así la ciudad como meca del «turismo de borrachera» en una Europa cerrada a cal y canto por el coronavirus. Esa es la tesis que repite la oposición contra Ayuso en esta precampaña del 4-M en Madrid. «Madrid no puede ser el after de Europa. Ayuso tiene que dejar de poner la alfombra roja a las hordas de franceses que vienen a emborracharse», aseguró esta semana la candidata de Más Madrid, Mónica García. La propia embajada francesa en España le respondió: «No hacen falta ni alcohol ni alfombra roja… Como a todos los europeos, a las «hordas» de franceses siempre nos gustarán Madrid y España».

Pero tras toda esa campaña de ataque a Madrid no hay ningún dato que indique que esas visitas turísticas estén provocando un aumento de los contagios. Según Sanidad, Madrid sigue siendo la comunidad autónoma con mayor incidencia a 14 días con 235 casos por cada 100.000 habitantes. Pero el ISCIII, centro de referencia para monitorizar la pandemia, desmiente esos datos: da a Madrid una incidencia de 197 casos, siendo de 87,7 para los últimos 7 días.

El dato es significativo por varias razones. En primer lugar, la incidencia a 7 días es menor que la mitad a 14 días, lo que indica que la expansión del virus está en retroceso y no en aumento. Y en segundo lugar, muestra que hay otras zonas de España donde, con la hostelería cerrada horas antes que Madrid y sin el fenómeno de las «hordas» francesas, los contagios son superiores. Este es el caso de Navarra, con una incidencia de 100,8 casos a 7 días. O de Álava, con 107, Lérida con 94 o Almería con 87,75.

Sin pruebas del ‘efecto llamada’

Tampoco los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran el supuesto efecto llamada que produce ese ‘after’ del «turismo de borrachera» para jóvenes franceses que denuncia la izquierda. Según los últimos datos consolidados del INE, correspondientes al mes de enero, Madrid fue la quinta comunidad en recepción de turistas extranjeros, recibiendo a uno de cada diez.

Canarias lidera ese ranking con su situación particular y desahogada del Covid. Pero otras comunidades como Cataluña, Comunidad Valenciana o Andalucía, con serias restricciones sobre la hostelería, recibieron muchos más turistas. Y mayoritariamente franceses, con una media del 35% del total de entradas. Ese supuesto ‘efecto llamada’ de Ayuso con su hostelería abierta no ha colocado a Madrid, ni mucho menos, a la cabeza del ranking.

Datos del turismo en enero.

En esa estrategia política dirigida a Madrid, además, tampoco se menciona un hecho controvertido en los últimos meses: los turistas franceses llegan a la capital a través del aeropuerto de Barajas -competencia del Gobierno central-, para el que Díaz Ayuso ha solicitado en múltiples ocasiones que se intensifiquen los controles de seguridad. Los turistas que entran en la capital lo hacen -o deben hacerlo- con un certificado de test PCR negativo. Sin embargo, como se ha comprobado ampliamente en las terminales de llegada, no siempre se les solicita por parte de los controles de seguridad del aeropuerto.

La propia presidenta de Madrid ha arremetido contra esta «campaña de desprestigio» alegando que Madrid es «libertad, cultura, deporte, gastronomía y benditos bares y restaurantes».

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