Corinna censura a su ex marido por retirarle el título de ‘princesa’ a petición de Don Juan Carlos

Corinna Sayn-Wittgenstein y el Rey Juan Carlos I.
Corinna Sayn-Wittgenstein y el Rey Juan Carlos I.
  • Manuel Cerdán y Borja Jiménez

Corinna ha recriminado a su ex marido, el príncipe germano Casimir zu Sayn-Wittgenstein, la larga campaña de descrédito que su familia, con el beneplácito de Don Juan Carlos, está haciendo contra ella. La ex compañera sentimental de Don Juan Carlos lo ha hecho por medio de una carta enviada a su domicilio de Alemania a través de sus abogados londinenses y a la que ha tenido acceso OKDIARIO.

En la misiva remitid al que fuera su segundo marido, el noble alemán Casimir Sayn Wittgenstein, Corinna le reprocha que cuando pretendió retirarle el título de “princesa” lo hacía a petición del Rey Emérito y de otros miembros de la Familia Real española.

La ex pareja de Don Juan Carlos durante seis años mantiene en su carta que las declaraciones difamatorias a la prensa española de la familia de Casimir, en el sentido de que Corinna no tenía derecho a ser llamada “princesa” y a utilizar el apellido Sayn Wittgenstein, fueron realizadas “a instancias de miembros de la Familia Real española”. Y le recuerda que los tribunales alemanes han prohibido a su padre -Alexander Prinz- dirigirse a ella con el nombre de “Corinna Larsen Adkins”, los apellidos de su primer marido.

Corinna expone a Casimir, de quien se divorció en 2005 después de cinco años de vida en pareja y tras el nacimiento de su hijo Alexander, que no tiene ningún sentido que esa información sólo se publicara en España, donde no residen ninguno de los dos: “En estas circunstancias, y dadas sus conexiones cercanas con el Rey Emérito, la conclusión natural es que su familia –los Sayn Wittgenstein- realizó esta declaración a instancias de la Familia Real española, aunque sabía que las manifestaciones eran falsas y perjudiciales”, según la carta.

Los abogados de Corinna señalan que la prensa española, “a instancias de los miembros de la Familia Real ha publicado durante mucho tiempo declaraciones difamatorias” sobre su cliente, “con la esperanza de distraer la atención sobre sus propias situaciones financieras”.

Los efectos de la conspiración

Los letrados le recuerdan a Casimir Sayn-Wittgenstein que Corinna está adoptando medidas legales para “remediar los efectos causados por esta conspiración”. Y le adjuntan una copia de la carta remitida a la periodista Ana Romero -a la que califican de “persona clave en la campaña”-, comunicándole el emprendimiento de acciones legales por difundir bulos e información manipulada en sus libros sobre las relaciones de Corinna y Su Majestad.

El ex marido de Corinna, Johann Casimir Ludwig Karl Andreas Maria Rudolf zu Sayn Wittgenstein -su nombre completo- nació en Coblenza (Alemania) en 1976. Es el tercer primogénito del príncipe Alexander, que a su vez es jefe de la casa Sayn-Wittgenstein-Sayn, y de la condesa Gabriela. Además, en España, Casimir tiene lazos de unión con la familia del conde de Romanones, ya que Luis de Figueroa y Griffith se casó con la tía de Casimir, Theresia zu Sayn-Wittgenstein.

Corinna calcula que, entre todos los gastos y préstamos, su ex tiene una deuda contraída con ella de 1,5 millones de dólares. En ese dinero adeudado incluye los impagos correspondientes a la manutención del hijo de ambos, que el Tribunal Superior de Inglaterra estableció en 900 libras al mes.

Amenaza con una querella

Pero, sin duda alguna, lo más ofensivo del contenido de la carta para la imagen y la autoestima de los Sayn-Wittgenestein son los comentarios de Corinna a cerca de sus favores a la familia de su segundo marido: el pago de una comisión al primo de Casimir por la compra de la mansión Chyknell Hall en 2015; la ayuda a la recaudación de fondo para la compra de la “colección de Sayn Wittgenstein” para el Museo Hermitage de San Petersburgo; el pago de las facturas con un préstamo del tratamiento de Peter Prinz Sayn Wittgenstein; y la contribución a los gastos de manutención de la familia Marianne Furstin Sayn-Wittgenstein, entre otros.

Además, le recuerda a su marido una serie de regalos: el pago del anticipo del alquiler de seis meses del piso de Constantin en Londres, la contribución a la Fundación Filippa’s Engel Sayn y la financiación de los fines de semana para su familia en la mansión de Chyknell.

Finalmente, Corinna le conmina a que deje de participar en campañas de desprestigio contra ella o buscará una reparación moral en los tribunales británicos o de cualquier otro país. Y le indica cuál debe ser su compartimiento hacia ella en un futuro:  abstenerse de hacer declaraciones difamatorias sobre ella o su hijo, abonar las deudas pendientes, que ascienden a 1,5 millones, ponerse al día con los gastos de manutención y devolver el dinero de las inversiones en Parag Inc.

La princesa alemana pretende resolver sus diferencias en un breve espacio de tiempo. Por todo ello, le señala un plazo de cinco días para obtener una respuesta y de 28 para su cumplimiento. Si no, a partir del 15 de junio emprenderá acciones legales contra él y contra otras personas que, según Corinna, han participado en la conspiración.

 

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