Campaña contra el consumo de azúcar

La Junta de Castilla y León carga contra Garzón: «El problema no es el azúcar, es el comunismo»

Alberto Garzón luz
El ministro de Consumo, Alberto Garzón.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha abierto diferentes frentes desde que se puso a los mandos del Ministerio. Uno de ellos ha sido la guerra contra el azúcar. Además de una campaña publicitaria para reducir su consumo, presentada el pasado 9 de octubre, desde el Gobierno se ha impuesto una subida del IVA a las bebidas azucaradas. Desde la Consejería de Agricultura de Castilla y León le han contestado de manera contundente. El consejero Jesús Julio Carnero le ha dicho a Garzón: «El problema no es el azúcar, es el comunismo».

Así se contundente se ha mostrado el consejero ante un impuesto recaudatorio que, según los responsables ministeriales, trata de evitar las muertes derivadas del consumo de azúcar.

Carnero recuerda que «el Ministerio de Consumo ha iniciado una campaña en la cuál dice que el azúcar mata», en la cual han utilizado un símil entre un sobre alargado de azúcar y un cigarrillo. Al responsable de agricultura de la Junta de Castilla y León esta campaña le parece «infumable», siguiendo con la comparación. Defienden que «el azúcar, como todos los productos alimentarios, tomado en su justa medida produce efectos beneficiosos en el organismo» y recuerdan que la sal es dañina para los hipertensos igual que el azúcar tomado en exceso es malo para las personas diabéticas.

El mensaje de Carnero es claro y contundente contra las políticas del Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y en especial contra las decisiones del comunista Garzón. «Lo que no es bueno para los hipertensos; ni para los diabéticos; ni para los hombres; ni para las mujeres; ni para los jóvenes; ni para las personas mayores; ni para las personas que viven en el campo o las que viven en la ciudad es el comunismo», señala este directivo.

«El comunismo sí que daña por su manera de actuar», continúa Carnero, y añade que «pedimos encarecidamente al ministro de Consumo que proceda a la eliminación inmediata de esta campaña que provoca una situación dañina para un sector tan importante como es el sector de la remolacha».

Subida del IVA de Alberto Garzón

La subida del impuesto del IVA del 10% al 21% a las bebidas azucaradas y edulcoradas impuesta por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en plena crisis del coronavirus, medida que pretende incluir el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, podría provocar una caída de las ventas de hasta 370 millones de euros y la pérdida de 6.165 empleos en España en el peor escenario, según los datos del informe realizado por PWC sobre fiscalidad a alimentos y bebidas, elaborado a instancia de Aecoc, ACES, Anged, Asedas, Hostelería de España, Marcas de Restauración, Promarca y FIAB.

La directora de Strategy & Economics de PwC, Anna Merino, ha explicado que el estudio se ha llevado a cabo con dos escenarios, pero que en ambos se dan una caída de las ventas, impulsada por la caída del consumo, así como pérdida de empleo y del valor añadido bruto (VAB). De esta forma, la caída de la facturación directa podría oscilar entre los 119 millones de euros a los 370 millones de euros, mientras que el VAB oscilaría entre los 110 millones de euros y los 334 millones de euros en plena crisis del coronavirus.

En concreto, Merino ha advertido del fuerte impacto que tendría en el empleo, sobre todo en zonas ya afectadas por la despoblación al impactar directamente a los entornos rurales. «La imposición de este impuesto podría implicar una pérdida de entre 1.980 y 6.156 puestos de trabajo», ha avanzado.

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