40 CONGRESO FEDERAL DEL PSOE

El congreso de los llantos: Calvo y Calviño rompen a llorar ante la militancia del PSOE

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Joan Guirado

Tarde de lágrimas en la Fira de Valencia. Por un lado, las de la emoción, como las de Nadia Calviño al recordar a sus abuelos y lo orgullosos, dijo, que se habrían sentido de ver a su nieta vicepresidenta del Gobierno de España. Las otras, las de la despedida, correspondieron a Carmen Calvo, que rompió  a llorar tras un largo y efusivo aplauso de la militancia en uno de sus últimos actos como alta dirigente socialista.

Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía y que no es afiliada al PSOE, ha defendido a capa y espada los postulados socialistas para reivindicarse y sacar pecho de los ERTE frente a Yolanda Díaz. La gallega ha recibido el Premio Europa en los Premios Manuel Marín, que también han premiado con el galardón autonómico al presidente de las Islas Canarias, Ángel Víctor Torres.

Calvo, que tal como ha avanzado este periódico no será presidenta del PSOE pese a la promesa de Pedro Sánchez, tiene los dos pies fuera de la nueva dirección federal. Hasta ahora era la secretaria de Igualdad, muy cuestionada por una parte importante del partido, por su actitud en cuestiones de identidad de los colectivos trans. De hecho desde el mismo PSOE se celebró su salida del Palacio de La Moncloa el pasado mes de julio.

En la última conversación que mantuvieron Sánchez y Calvo antes de ser destituida, en el Palacio de La Moncloa, el presidente le prometió el cargo para recompensarla y así no transmitir la imagen de que era defenestrada. Son muchos los que en el Partido Socialista la querían ver despojada de todo el poder por su actitud beligerante en cuestiones de identidad sexual. Por eso, ante los que aplaudían su cese del Ejecutivo, un nuevo papel reforzado en el PSOE le servía a la ex vicepresidenta para callar bocas.

Por otra parte, Cristina Narbona seguirá, cuatro años más, siendo la presidenta del PSOE. Eso quiere decir que Carmen Calvo no podrá ocupar el cargo. O lo que es lo mismo, que el presidente Pedro Sánchez ha vuelto a incumplir su palabra, dado que cuando prescindió de la cordobesa del Gobierno le prometió recompensarle en el partido con esta responsabilidad. Tal como avanzó OKDIARIO hace prácticamente un mes, Sánchez ha aprovechado en conclave socialista para dar la estocada final a la que fuera su mano derecha.

Presidir el partido es una función prácticamente simbólica. La persona que ostenta el cargo se sienta al lado del secretario general en las ejecutivas, pero su poder de decisión es limitado. Sin embargo es un reconocimiento a la trayectoria orgánica para personas que han dedicado su vida en cuerpo y alma a la organización, como es el caso tanto de Narbona como de Calvo. Ambas se hicieron amigas en el PSOE.

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