Puigdemont se da un baño de masas en Copenhague criticando la democracia española
El expresidente de la Generalitat y candidato a la reelección desde esta mañana, Carles Puigdemont, ha reivindicado durante su conferencia en la Universidad de Copenhague que «la libertad de movimiento es igual de importante que la libertad de expresión». Puigdemont ha hecho esa afirmación después de aterrizar poco después de las ocho y cuarto de la mañana en la capital danesa, con la amenaza de la fiscalía española de ser detenido por las autoridades policiales competentes, si el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena aceptaba su orden de detención, algo que finalmente no ha pasado.
Puigdemont, que después de aterrizar se ha desplazado hasta su hotel a descansar y a ver en directo la comparecencia del President del Parlament, Roger Torrent, en la que le ha propuesto como candidato a la reelección, ha entrado a la sala de conferencias del edificio 35 de la facultad de Salud y Sociedad de la Universidad de Copenhague bajo una fuerte ovación sonora de las casi mil personas que llenaban las butacas, las escaleras, el suelo y los accesos exteriores.
La mayoría de los asistentes eran estudiantes y personal docente de la universidad, dispuestos a asistir a un debate neutral en territorio no español sobre lo que sucede en Cataluña. Pero también había españoles residentes en la ciudad desde hace más de veinte años, como la madrileña Ana Rodríguez que no ha dudado en sacar su bandera de España. También se han acercado a escuchar al ex presidente catalanes que viven en Dinamarca y que portaban esteladas y lazos amarillos.
Para Puigdemont, «el 155 es un eufemismo del estado de excepción que de facto aplicó el Gobierno contra un Govern elegido democráticamente en las urnas». El líder de Junts per Cataluña considera que eso ha sido «una desgracia para la democracia europea del 2018» y ha opinado que durante este tiempo Cataluña ha sido víctima de «la intimidación, el boicot y la agresión» por parte de España.
«Vosotros tenéis Estado y nosotros no»
Carles Puigdemont ha apelado directamente a las instituciones europeas, y se ha preguntado: «¿Quién tiene autoridad moral en Europa para hablar de derechos humanos, después de lo qué ha pasado en Cataluña?». Ha pedido que «lo que ha pasado en Cataluña no sea visto como una crisis para la UE, si no como una oportunidad» y ha alertado que el movimiento político catalán es tan importante para los países de la UE como lo es el Brexit.
Para el ex presidente huido de la justicia en Bruselas, el encarcelamiento de Oriol Junqueras, Joaquim Forn -a quien ha presentado como ministro-, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, a más de 600 km del domicilio de sus familias, es «una revancha» recordando que «son presos políticos».
El candidato a la presidencia de la Generalitat ha comparado Cataluña con Dinamarca, asegurando qué «somos pequeñas naciones, aunque vosotros tenéis Estado y nosotros no» y se ha apresurado en afirmar que «los pequeños estados no necesitan ser más grandes para tener acceso a un mercado grande». En este sentido, el ex president ha explicado que «el PIB catalán es superior al de 15 países europeos».