Cazas españoles volverán a patrullar el Báltico para proteger la frontera de la OTAN frente a Rusia
España formará parte de nuevo de la Policía Aérea del Báltico, la operación de la OTAN que se encarga de la defensa con aviones de combate de Estonia, Letonia y Lituania ante las provocaciones de Rusia. Así, en 2017 y 2018 aviones de combate españoles volverán a patrullar aquella zona para defender el espacio de soberanía de la Alianza Atlántica.
Así lo ha informado este lunes el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante Fernando García Sánchez, a los medios de comunicación tras la presentación de los actos militares programados para el próximo 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional.
La OTAN aún no ha decidido desde qué base operarán los cazas españoles, si desde Ämari (Estonia), donde estuvieron de enero a mayo de 2015, o desde Siauliai (Lituania), donde estuvieron de enero a mayo de este año. En cualquier caso, una operación así requiere el despliegue de cuatro aviones de combate y alrededor de un centenar de militares.
Autorización del Consejo de Ministros
Una misión así se enmarca en los compromisos que tiene España como miembro de la OTAN y que cumple también en otros ámbitos como el liderazgo que ha asumido este año en una de las agrupaciones navales permanentes de la Alianza. Por tanto, el JEMAD ha confirmado que la participación de España en la Policía Aérea del Báltico sólo requiere autorización del Consejo de Ministros y no del Congreso.
Desde principios de la pasada década, los países de la OTAN se van turnando para desplegar, en turnos de cuatro meses, sus aviones de combate en los países bálticos, que carecen de este tipo de sistema de defensa, y dejar claro a Moscú que Estonia, Letonia y Lituania son miembros de la Alianza.
La primera vez que el Ejército del Aire español participó en la conocida como Policía Aérea del Báltico fue en el año 2006 y entonces fueron cuatro cazas F-18 los que, durante cuatro meses, protegieron el espacio aéreo de esta zona.
Más presencia rusa desde la guerra de Ucrania
Pero la guerra en el este de Ucrania, que comenzó en abril de 2014, disparó las incursiones de los aviones rusos en el mar Báltico. Estas aeronaves no suelen invadir el espacio aéreo de estos países, pero pasan muy cerca volando desde el norte de Rusia, en San Petersburgo, hacia Kaliningrado, al sur de Lituania. La misión de los cazas de la OTAN es dejarles claro que no pueden sobrepasar la línea.
Ante el incremento de presencia rusa en esta zona, en los primeros cuatro meses de 2015 y de 2016, cuatro aviones Eurofighter españoles han participado en las rotaciones de la OTAN para ejercer de Policía Aérea en Estonia, Letonia y Lituania.
Durante esos ocho meses, los cazas españoles han patrullado áreas de unos 8.000 kilómetros cuadrados e interceptado más de una veintena de aviones rusos que han pasado muy cerca del espacio aéreo aliado. En una de esas aeronaves viajaba incluso el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu.
Transpondedores apagados y sin plan de vuelo
La presencia de aviones rusos en el espacio aéreo de las aguas internacionales del Báltico escapa normalmente al radar civil de los países de la zona porque apagan sus transpondedores y no informan de su plan de vuelo. Mientras, los radares militares los detectan sólo como una traza que impide saber qué tipo de aparato está cruzando el mar.
Por tanto, la misión de los pilotos de la Alianza Atlántica, la que han llevado a cabo también los españoles, es identificar la traza, verificar que sus intenciones no son ofensivas y después hacerle saber que se encuentra cerca del espacio de soberanía de la OTAN y que no debe infringirlo.
Es algo parecido a lo que ocurrió el pasado 22 de septiembre, cuando dos bombarderos rusos volaron bordeando Noruega, Reino Unido, Irlanda, Francia y llegaron hasta el Cantábrico, cerca de Bilbao, rozando el espacio aéreo español, motivo por el cual dos F-18 les interceptaron para escoltarles y hacerles que estaban próximos a territorio OTAN.
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