La campaña que Narbona cargó a las concesionarias de Acuamed se coordinó con la fecha de las elecciones
La campaña que la entonces ministra de Medio Ambiente y ahora presidenta del PSOE nacional, Cristina Narbona, cargó a las concesionarias de Acuamed, y que está siendo investigada por financiación ilegal del Partido Socialista, se coordinó con la campaña electoral de José Luis Rodríguez Zapatero en las generales de 2008.
Esa campaña se llevó a cabo entre el 12 de noviembre de 2007 y el 19 de enero de 2008. Y justo en esa última fecha, fue cuando se convocaron las elecciones generales de 2008. Bassat Ogilvy presentó a la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) un documento llamado «Campaña de información y sensibilización sobre la técnica de la desalación». AEDyR agrupa a las empresas y los profesionales que trabajan en ambos sectores. Y ese fue, precisamente, el vehículo elegido por Acuamed para canalizar la campaña sobre desalación que costearon las concesionarias de las desaladoras del programa AGUA.
El documento, al que ha tenido acceso OKDIARIO, refleja en su página seis como la campaña se desarrolló entre el 12 de noviembre de 2007 y el 19 de enero de 2008. La publicación en el BOE de la convocatoria de elecciones generales se produjo justo el 19 de enero de 2008.
El trabajo incluía aportaciones a medios (tv, cine, radio, microespacios) prensa y trabajo en exteriores, además de un mailing a periodistas y líderes de opinión.
La campaña pretendía vender las bondades del agua desalada a los ciudadanos mientras que Acuamed sólo abastece a “grandes clientes”. Es más, la campaña se realizó pese a que la Intervención del Estado consideraba que los fines publicitarios de este tipo no formaban parte de la actividad de una compañía pública como Acuamed, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y, por lo tanto, en aquel momento, de Cristina Narbona.
Además, aquella campaña electoral de Rodríguez Zapatero contó con un fuerte componente de política del agua. Zapatero había paralizado el Plan Hidrológico Nacional costeado por Europa en medio de una fuerte polémica y había prometido a cambio agua barata y de alta calidad procedente de la desalación. El resultado es de sobra conocido: el agua llegó tarde -y cuando llegó, desbordó los precios y nunca la calidad-, generando una enorme frustración en los receptores de ese agua: especialmente los regantes. Y eso suponía un fuerte problema de imagen que afectaba a las elecciones.
Campañas de publicidad por 7 millones
Justo en ese contexto se cargaron las campañas de publicidad a las propias cuentas de Acuamed y a las concesionarios de las desaladoras. Unos contratos que en volumen global llegaron a sumar 21 millones de euros y en sólo año, el 2007, casi 7,5 millones de euros.
Pero la campaña en cuestión –la cargada a las empresas por Narbona– tuvo una peculiaridad aun más significativo: el momento en que se llevó a cabo, puesto que la solución de la desalación se había impuesto, a la par que se derogaba el trasvase del Ebro, tres años antes en 2004 y solo se había iniciado la construcción de algunas de las desaladoras, por lo que faltaban años para que las compañías dieran agua a los ciudadanos.
Las campañas costeadas por las empresas, de hecho, supusieron justo esa cantidad: 7,5 millones en gastos de publicidad de Acuamed. Otros 13,96 millones de euros fueron cargados directamente en la contabilidad de Acuamed a través de una red de 47 contratos que están siendo ya investigados por la Justicia a raíz de una denuncia que apunta a su uso como pagos para financiar la campaña electoral del PSOE en las elecciones generales de 2008.
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