Aznar ya amenazó a Rajoy con dejar la presidencia de honor del PP hace un año

Mariano Rajoy y José María Aznar
Mariano Rajoy y José María Aznar. (Foto: EFE)

El ex presidente José María Aznar anunció su renuncia a la presidencia de honor del PP el día que el partido presentaba la ponencia de estatutos que se debatirá en el congreso, con Mariano Rajoy en Nueva York para presidir una reunión del Consejo de la ONU y el resto de diputados sentados en sus escaños atendiendo al pleno rutinario. Sin embargo, su anuncio no cogió enteramente por sorpresa. Un grupo reducido de populares cercanos al actual presidente del PP conoce de primera mano la advertencia que hizo Aznar a Rajoy hace un año cuando su partido casi permite la tramitación para reprobarle.

En marzo de 2015, el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida presentó en el Congreso una iniciativa para reprobar al ex presidente por su intermediación entre empresas españolas y el Gobierno libio de Gadafi. El PP permitió que la iniciativa se incluyera en el orden del día de una reunión de la Comisión de Exteriores y que se publicara así en la mayoría de diarios ese día. Tal y como contó El Mundo, Aznar «montó en colera y se puso en contacto con Rajoy para amenazarle con desvincularse públicamente del PP si la reprobación era debatida».

El portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, envió un escrito a la Mesa de la Cámara para retirar la propuesta del orden del día asegurando que no tenía cobertura en el Reglamento. Finalmente, la iniciativa se suprimió con los votos de PP y PSOE, pero la llama ya estaba encendida entre el ex presidente y su partido. Fuentes populares recuerdan bien ese día asegurando que este caso «se llegó a comparar con el de Felipe González», cuando el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ofendió al socialista recordando a los GAL. En el PSOE salieron en bloque a defender a su ex presidente.

Sin embargo, las mismas fuentes sostienen que la relación entre unos y otros es distinta y apuntan que «Felipe ha hecho todo por mantener unido al partido y Aznar ha dado unas cuentas puntillas cuanto peor estaba la formación», recalcan sin querer comentar más. En el PP están dolidos por la distancia que el ex presidente ha ido poniendo de por medio.

Aznar ha pasado de no ir a campañas a bajarse de la caravana. El ex presidente lamentó en plena campaña que su partido perdiera «en gran medida su ADN y capacidad para aglutinar a toda la derecha y la unidad interna». También señaló entonces que en las pasadas municipales los ciudadanos dijeran: «Yo no quiero votar a este PP. No hay ninguna razón para que no se lo digan la cuarta vez si no se produce una rectificación suficiente, clara y contundente en el PP», recordando que no hay «votos cautivos», ni siquiera el suyo. Aznar no tardó en regresar a la escena mediática y lo hizo el día siguiente a las elecciones. El ex presidente pidió un congreso abierto: «En cuanto al futuro de nuestro partido, nadie puede dudar ya de que la evolución del PP, hasta llegar a estas elecciones, requiere una reflexión profunda», dijo.

Sin duda, la gota que colmó el vaso fue el último embiste del hasta ahora presidente de honor del PP contra la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría al afearle que cuestione la actuación que realizó el PP recogiendo firmas en el 2006 contra el Estatuto de Cataluña, algo que, a su juicio, evidencia «de nuevo» esa tendencia en el partido a «asumir el relato» de sus adversarios políticos.

Las críticas furibundas trajeron la paz y unidad al partido ya que todo el PP arropó mediante declaraciones de sus dirigentes los hechos que hasta ahora está llevando a cabo la vicepresidenta demostrando que el diálogo funciona entre el Ejecutivo y Cataluña. Así, el vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, dijo que las críticas “no son ni mucho menos compartidas” y apuntó que esa fundación “ya no forma parte del PP”. En su opinión, el Gobierno está actuando “correctamente” con Cataluña y ofrece diálogo intento “acercar posturas en beneficio de lo que es importante, que son los catalanes.

El vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, dijo que el partido mantendrá su “hoja de ruta”, y la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, defendió el diálogo y dijo que lo importante es “remar juntos”. Por su parte, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, apuntó que todas la críticas son “constructivas y, aunque no lleven razón, son bienvenidas”. El coordinador del PP catalán, Xavier García-Albiol, abogó por que las discrepancias se trasladen en los órganos internos del partido”.

Ahora Aznar decide hacer este anuncio en la misma jornada en la que el PP anuncia su intención de mejorar la participación interna para elegir al líder, dando el voto a los militantes en primera instancia, aunque la última palabra la seguirán teniendo los compromisarios. Habrá que ver si ahora que Faes y su presidente están totalmente desvinculados del partido siguen opinando sobre ésta y otras decisiones del PP que continuará liderando Mariano Rajoy tras el congreso de febrero. Será difícil que no lo haga una organización que preside quien lideró el PP durante catorce años y en cuya dirección están también muchos de sus antiguos ministros. Nadie, en suma, da por acabada esta historia de desencuentros.

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