Archivada la querella de una joven de Femen contra un policía por cogerla de los pechos en una protesta
El Juzgado de Instrucción Número 11 de Madrid ha archivado la querella presentada por una activista de Femen contra un policía que la agarró de los pechos para detenerla durante la protesta que tuvo lugar el pasado 20 de noviembre en la Plaza de Oriente de Madrid, al considerar que no está «debidamente justificada» la posible comisión de los delitos contra la libertad sexual y contra la integridad moral que se investigaban.
En un auto, el juez Juan Javier Pérez explica que, «de lo actuado, no cabe inferir que el querellado realizara tocamientos en los senos de la querellante con finalidad lúbrica o sexual, pudiendo tratarse de un contacto de escasa duración y debido a la resistencia física opuesta por la querellante, que dificultaba la maniobra de reducción».
«Tal vez el querellado pudo haber sido más cuidadoso a la hora de intentar buscar una parte corporal menos comprometida para agarrar y reducir a la querellante, pero en modo alguno cabe apreciar en tal actuación una finalidad lúbrica o de atacar la integridad moral de la querellante», concluye el instructor en el auto al que ha tenido acceso Ep.
Para ello, se basa en las declaraciones prestadas el pasado abril por la activista, el policía y el fotógrafo que inmortalizó lo ocurrido. Según la mujer, el agente la agarró del pecho para detenerla, a pesar de que ella solo opuso una «resistencia pasiva». De acuerdo con su relato, el uniformado la apretó los senos durante unos 30 segundos y «sonreía al hacerlo».
En cambio, el agente expuso que «intervino, junto con otros compañeros y que interceptó a la querellante cuando ésta se dirigía hacia el ponente del acto del 20-N». Afirmó que «la agarró por la espalda, pese a la resistencia de la querellante, que forcejeó con él, lo que requirió la intervención de un compañero de apoyo». «Niega que la agarrara intencionadamente por los senos o sonriera, manifestando que el contacto físico duró unos 10 segundos», recoge el auto.
Por último, el fotógrafo testificó que «fueron dos agentes a por la querellante, uno de ellos el querellado, que trató de retenerla, ella se resistió y metió el codo izquierdo en la zona del estómago del agente, metió el culo y el agente se apartó». «Y que todo ese contacto duró escasos segundos», añadió.
El juez señala que «el examen de las fotografías aportadas revela que el contacto con los senos alegado por la querellante no fue el único contacto físico mantenido entre ella y el agente», observando «una actitud de clara resistencia» por parte de ella, «hecho que justificaba su reducción por la fuerza».
ERA UN CONTACTO «PREVISIBLE»
En este sentido, indica que «el hecho de realizar la protesta desnuda de cintura para arriba suponía la posibilidad de que, en su previsible reducción por la fuerza, se produjera algún contacto físico con su pecho desnudo, máxime si a esa reducción se oponía una resistencia activa».
Así, describe que «en las fotografías se puede comprobar que el agente querellado sujetaba por detrás a la querellante, pudiéndose apreciar un contacto entre las manos del agente y los senos de la querellante, pero también otros contactos de las manos del agente con los hombros y otras partes del cuerpo de la querellante, contactos no sospechosos de un móvil sexual».
«En cuanto a la alegada sonrisa del querellado, no puede alcanzarse una valoración concluyente», dice, apostillando que «el gesto que consta en las fotografías podría ser una sonrisa o también una mueca por el esfuerzo, como alega el querellado».
Desde el sindicato policial JUPOL, su secretario general, Aarón Rivero, ha declarado que están «muy satisfechos con el archivo de la causa». «Es surrealista y ridículo que un agente de la Policía Nacional haya tenido que pasar por este trance por una denuncia falsa y torticera de una activista de FEMEN», ha señalado en un comunicado.