Un alcalde del PSOE permite en un local público el homenaje a un etarra que señalaba objetivos a la banda

Sortu, el partido del que proviene el actual líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, ha homenajeado este fin de semana al etarra Ángel Alcalde en un local público del municipio vizcaíno de Portugalete, gobernado por el alcalde socialista Mikel Torres Lorenzo.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite) ha pedido explicaciones al Consistorio por «ceder un espacio público para la exaltación de una persona condenada por terrorismo». Se trata del antiguo mercado de abastos de la localidad, reconvertido en el Portugaleteko Merkatua, un espacio que gestiona la Asociación del Casco Viejo de Portugalete gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento que se renueva anualmente.

Alcalde estuvo más de una década huido de la Justicia y llegó a formar parte de la lista de los terroristas más buscados por la Unión Europea. En 1988 fue detenido acusando de colaboración con ETA después de que la policía incautara unos informes que incluían posibles objetivos mortales de la banda terrorista que, de acuerdo con la investigación policial, había elaborado Alcalde.

La Fiscalía pidió ocho años de cárcel pero, mientras el acusado se encontraba en prisión preventiva a la espera de la celebración del juicio, fue incluido en las listas de Herri Batasuna para las elecciones generales de 1989, en las que resultó elegido. Al obtener un escaño en el Congreso de los Diputados pasó a tener la condición de aforado por lo que fue liberado de prisión. Poco después, la Cámara Baja aceptó que fuera juzgado por el Tribunal Supremo, instancia encargada de los aforados, pero para cuando el Alto Tribunal ordenó de nuevo su entrada en la cárcel, Alcalde ya se había fugado de España. En 1995 fue condenado en rebeldía por un tribunal francés a 3 años de prisión en un macroproceso contra las redes de apoyo a ETA en la región de Bretaña.

En 1999 prescribió el delito de colaboración con banda armada por el que seguía prófugo de la Justicia española, pero en 2005, cuando se encontraba por las inmediaciones de la Audiencia Nacional después de que su pareja, María Anunciación Alonso hubiera sido detenida -y posteriormente condenada- por colaboración con ETA, fue detenido a su vez acusado de haber refugiado en su casa a un etarra y haber colaborado en su huida a Francia. Ese mismo año fue condenado a prisión por enaltecimiento del terrorismo.

Con ese historial bajo el brazo, Ángel Alcalde recibió este sábado un homenaje por su 80 cumpleaños organizado por Sortu, en el que le dieron las gracias «por hacer pueblo», el eufemismo con el que se refieren a haber pertenecido a ETA y haber colaborado en sus fines asesinos e independentistas.

Covite ha pedido a Torres que «investigue lo ocurrido y exija responsabilidades a los organizadores», así como que condene «la utilización de un espacio público para realizar un acto de homenaje a una persona vinculada a ETA».

La presidenta de la organización de víctimas, Consuelo Ordóñez, ha denunciado que «todavía hay muchas personas que sienten fascinación por los terroristas de ETA» y que no dudan «en mostrarlo públicamente cada vez que pueden», lo cual es «una anomalía en un país democrático como el nuestro».

Covite también ha criticado que un partido político como Sortu de cobertura y publicidad a estos actos de homenaje a miembros de ETA, mientras asegura «tener empatía con las víctimas de ETA» y «da lecciones de paz y convivencia».

Asimismo, ha censurado el «cinismo de la izquierda abertzale» que no recula «en su empeño por mostrar su apoyo a los asesinos de ETA que no se arrepienten de su pasado criminal». En este sentido, ha recordado en un comunicado que el lema de la convocatoria era «Muchas gracias por hacer pueblo. Hay personas que luchan toda la vida, ¡esas son imprescindibles!», el cual consideran «toda una provocación hacia las víctimas de ETA».

Así, Covite ha recordado que esa «lucha» de ETA y de sus brazos políticos no fue otra cosa que «una trayectoria terrorista de 50 años, con 856 asesinados, más de 2.500 heridos en atentados y miles de personas amenazadas, extorsionadas y forzadas a abandonar el País Vasco».