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El trámite que nadie hace y que te puede dejar sin paro: un asesor del SEPE lo confirma

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Oficina del SEPE.
Blanca Espada

Quedarse sin trabajo supone un golpe para quien lo sufre. De primeras emocional, pero es evidente que lo primero en lo que se piensa es en lo económico y la preocupación que se genera. Afortunadamente, el sistema de prestaciones por desempleo en España está diseñado para ofrecer un colchón temporal a quienes han perdido su trabajo de forma involuntaria. Sin embargo, hay un detalle que muchos pasan por alto y que podría costarles muy caro: un trámite imprescindible ante el SEPE que no todo el mundo conoce y que puede dejarte sin paro.

Este descuido ocurre especialmente en un tipo de situación que, aunque no sea lo más común, es más frecuente de lo que parece: cuando el trabajador despedido decide recurrir a los tribunales para impugnar su despido. En ese escenario, se abre un proceso que puede tener consecuencias directas sobre la prestación por desempleo en el caso de no actuar de forma adecuada. El problema es que mucha gente cree que, una vez concedido el paro, no hay que hacer nada más. Y eso es un error que puede salir muy caro. Por este motivo,  un asesor del SEPE ha dejado claro recientemente en una entrevista radiofónica, que si no se comunica al organismo cualquier cambio que derive de una sentencia judicial relacionada con el despido, es posible que te suspendan el paro, tengas que devolver dinero o, directamente, te quedes sin la ayuda. Por eso conviene saber muy bien qué hacer y cuándo hacerlo.

Un asesor del SEPE desvela el trámite que puede dejarte sin paro

Cuando alguien es despedido, tiene derecho a reclamar si considera que el despido ha sido injusto. Para ello puede acudir a la vía judicial y esperar a que un juez determine si ese despido fue procedente, improcedente o nulo. Hasta ahí, todo parece claro. Lo que muchos trabajadores no saben es que, si ya han solicitado el paro y después presentan esa demanda judicial, deben informar de ello al SEPE tan pronto como se resuelva el caso.

No hacerlo puede provocar un desajuste en la prestación: puede que estés cobrando una cantidad que ya no te corresponde, o que el periodo reconocido inicialmente tenga que ser modificado. Por eso es fundamental notificar cualquier sentencia o acuerdo que cambie tu situación laboral. Este paso no es automático: el juzgado no comunica al SEPE lo que ha dictado. Es el propio trabajador quien debe hacerlo. Y no es una recomendación: es una obligación legal.

Una nueva solicitud tras la sentencia

Fernando Maján, asesor de la subdirección de prestaciones del SEPE, ha explicado que tras recibir la resolución judicial, el trabajador debe volver a presentar una solicitud de prestación, esta vez acompañada de la sentencia o del acuerdo al que haya llegado con la empresa. Esta gestión permite al SEPE revisar y, si es necesario, regularizar la ayuda que se ha venido cobrando.

Esto puede traducirse en muchos cambios: desde una modificación en la cuantía de la prestación, hasta una alteración en la fecha de inicio o fin del cobro. Incluso puede que, dependiendo del fallo judicial, el trabajador tenga que devolver parte de lo ya percibido. Pero lo más grave es que, si no se informa a tiempo, se incurre en un incumplimiento que puede acabar en la pérdida total del derecho al subsidio.

La obligación de comunicar cualquier cambio

El SEPE lo advierte claramente en su página web: los beneficiarios de cualquier tipo de ayuda por desempleo están obligados a comunicar cualquier circunstancia que pueda afectar a su situación. Esto incluye cambios en el estado civil, en la unidad familiar, en los ingresos… y, por supuesto, cualquier resolución judicial relacionada con el despido.

El organismo insiste en que estas comunicaciones deben hacerse de forma inmediata, sin esperar a que el SEPE detecte por su cuenta la situación. Si se descubre que ha habido una omisión, aunque sea sin mala fe, el SEPE puede abrir un expediente, reclamar las cantidades cobradas de forma indebida y suspender la prestación. Y sí, todo esto puede ocurrir por no haber entregado una simple sentencia judicial a tiempo.

Por eso, el mejor consejo que puede darse a cualquier trabajador que haya sido despedido y esté planteándose reclamar judicialmente, es que lo tenga muy presente desde el principio: si consigues el paro y después vas a juicio, guarda toda la documentación y, en cuanto tengas una resolución, acude al SEPE para informar. No esperes, no des por hecho que alguien más lo hará por ti.

En momentos de crisis personal como lo es la pérdida de empleo, es comprensible que la persona esté centrada en encontrar otro trabajo o en cerrar el capítulo con su anterior empresa. Pero eso no debería llevarnos a desatender los procedimientos administrativos. Porque, aunque parezca una formalidad sin importancia, este trámite puede marcar la diferencia entre seguir cobrando el paro o perderlo de golpe.

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