Tomás Muniesa elegido presidente no ejecutivo de CaixaBank en sustitución de Goirigolzarri
Tomás Muniesa, actual vicepresidente de CaixaBank, ha sido nombrado este miércoles presidente no ejecutivo de la entidad en sustitución de José Ignacio Goirigolzarri, que ha presentado su dimisión en la reunión del consejo que se celebrará hoy, según un comunicado de la entidad.
Muniesa (Barcelona, 1951) tomará las riendas del primer banco en España a partir del 1 de enero de 2025. Ha ocupado diferentes puestos directivos en La Caixa y accedió a la vicepresidencia de CaixaBank en 2018 con categoría de consejero dominical en representación de la Fundación La Caixa, máximo accionista del banco con el 31,2% del capital.
El nuevo presidente no tendrá ningún poder ejecutivo, y todos ellos pasarán al consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ya que la renuncia voluntaria de Goirigolzarri se debe a la oposición del Banco Central Europeo (BCE) a la figura del presidente ejecutivo.
«Se trata del único vicepresidente de CaixaBank, así que es lo natural que sea nombrado presidente con la salida de Goirigolzarri, máxime cuando no va a tener ningún poder ejecutivo», explican las fuentes consultadas.
Muniesa ingresó en La Caixa en 1976 y, entre 1997 y 2018, ocupaba el puesto de vicepresidente ejecutivo y CEO de VidaCaixa. Actualmente, además de vicepresidente del banco, sigue manteniendo la vicepresidencia de VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas. Es, además, miembro del Patronato de ESADE Fundación y Consejero de Allianz Portugal.
Estos cambios serán adoptados por el consejo de administración de CaixaBank en su tradicional reunión previa a la presentación de sus resultados trimestrales, que tendrá lugar mañana jueves. La dimisión de Goirigolzarri se ha producido por sorpresa, ya que nadie la esperaba antes de que tuviera que renovar su cargo en la próxima junta de accionistas, que se celebrará en la primavera de 2025.
Ofensiva del BCE
En los acuerdos de fusión entre CaixaBank y Bankia, firmados en 2020, se estableció que Goirigolzarri mantendría la presidencia y, como funciones ejecutivas, comunicación, relaciones institucionales, auditoría interna y gestión de los órganos de gobierno (básicamente del consejo), mientras que el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, asumiría el resto de poderes de gestión del banco.
En enero, el BCE ya lanzó una ofensiva contra los poderes ejecutivos de Goirigolzarri, como adelantó OKDIARIO, si bien el todavía presidente la resistió en aquel momento. Entonces, se defendió con dos argumentos muy poderosos. El primero fue que el reparto de funciones entre Goirigolzarri y Gortázar en CaixaBank fue aprobado por el propio BCE hace tres años, por lo que no tenía mucho sentido obligar a cambiar el esquema que entonces le parecía bien al supervisor.
El segundo era que los dos gigantes multinacionales españoles, Santander y BBVA, tampoco cumplen el esquema propugnado por el organismo, y mantienen como presidentes ejecutivos a Ana Botín y Carlos Torres.
Sin embargo, ahora Goirigolzarri no sólo va a renunciar a esas competencias sino que va a dejar completamente el cargo.
En esta línea, hace unos días el consejero delegado de Criteria (el holding de La Caixa que posee el 31,2% de CaixaBank), Ángel Simón, aseguró respecto a la doctrina del BCE sobre las funciones de los presidentes de los bancos que «nosotros estamos en línea con lo que propugna el BCE. Por lo tanto, como accionista de CaixaBank, iremos en la misma línea del BCE».