"NO ES VIABLE"

Técnicos de la Sanidad valenciana cuestionan la reversión de la concesión del Hospital de La Ribera

Mónica Oltra y Ximo Puig
Mónica Oltra y Ximo Puig en una imagen de archivo.

El Gobierno Valenciano ha cometido una temeridad al querer poner fin al modelo de colaboración público–privada que tan bien ha funcionado en la región, especialmente en materia sanitaria. Técnicos de la consejería del ramo, la que dirige la socialista Carmen Montón, apuntan que la reversión de la concesión al Hospital de La Ribera (ejemplo de éxito del modelo Alzira) no es posible ni técnica ni operativamente.

Según han confirmado fuentes parlamentarias valencianas, existe un grupo de técnicos de la consejería de Sanidad que no ven con buenos ojos la persecución que está haciendo Montón a la iniciativa privada en la comunidad, cuyo máximo exponente es el citado Hospital de La Ribera. El presidente del gobierno regional, Ximo Puig, avala de momento esta política de acabar con el modelo de colaboración–público privada en Sanidad, alimentada por sus socios de Compromís.

Además de esta opinión discordante de varios técnicos autonómicos, Puig intenta digerir en estos momentos un bombardeo de recursos judiciales, informes y opiniones de consejeros externos y expertos que cuestionan la viabilidad de la reversión del Hospital de La Ribera. «No hay dinero para mantener el departamento de salud y el hospital con los mismos servicios y prestaciones que tiene en la actualidad, ni se podrá reorganizar los recursos humanos y, además, existe falta de espacio en La Ribera para el tipo de gestión que lleva a cabo la consejería en los centros que gestiona directamente», señalan las fuentes consultadas.

En realidad, es la suma de todos estos factores y algunos más lo que está llevando al presidente valenciano a un callejón sin salida, empujado por una consejera socialista que le está generando más problemas de los que soluciona. Cuando Puig se ha planteado sustituir a Montón no ha podido seguir adelante porque está fuertemente respaldada por la vicepresidenta nacionalista, Mónica Oltra, de Compromís.

«Acabar con el modelo Alzira parece estar en el ADN de la formación nacionalista de izquierdas. Y nadie sabe por qué, Carmen Montón tiene también este ADN, aunque milite en la familia socialista, pero con la tendencia de suicida política que ya ha demostrado, por ejemplo, el expresidente catalán, también nacionalista. Hay quien ya ha bautizado esto como el síndrome Puigdemontón, alertando sobre el peligro que supone para el futuro de la izquierda en el Gobierno valenciano tras las elecciones de 2019», indican fuentes del sector privado valenciano.

Es tal la visceralidad de las decisiones que se toman contra el modelo Alzira que, incluso en los Presupuestos de la Generalitat valenciana para el año que viene, se han cometido graves errores. Y precisamente en el tema que más interés parece tener el Gobierno valenciano, junto con la puesta en marcha de la nueva televisión gubernamental.

Hace apenas unos días, el ejecutivo autonómico anunció que las cuentas públicas de la Comunidad Valenciana para 2018 incluirían 5,7 millones para devolver a la gestión directa pública la Sanidad de este área. Pero en el documento oficial sólo aparecían 2,8 millones, lo que ha obligado a los responsables de Hacienda a anunciar que rectificarán y modificarán la cantidad en la aprobación definitiva. Los errores y la falta de concreción de estas inversiones han llevado a muchos a pensar que el Gobierno valenciano sólo está alargando «el teatro de una reversión que se siente incapaz de llevar a cabo”.

De la misma forma en la que el Gobierno cesado de Cataluña aseguraba que no se irían las empresas fuera de esta región, que la economía catalana no se resentiría como consecuencia del procés, el Consell de Ximo Puig asegura tras la reversión de la concesión no aumentarán las listas de espera, ni se perderán profesionales ni especialidades. «Tan falsas han resultado las primeras afirmaciones como acabarán siendo las segundas, si se confirma el fin del modelo Alzira en La Ribera. El problema es que si perder empresas es malo, perder la salud es mucho peor», concluyen las fuentes consultadas.

Lo último en Economía

Últimas noticias