El sistema que propone el Gobierno para cortar la luz a la industria no convence: «Va a ser un desastre»
«Va a ser un desastre». Así califican fuentes del sector industrial la subasta de la interrumpibilidad, una de las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez para ayudar a la industria, con la que se pagará a las fábricas, que tienen un consumo electrointensivo de energía, por parar su producción. Un mecanismo que ya se ha empleado en otras ocasiones, pero los cambios en las reglas de aplicación harán que la medida sea menos efectiva de lo esperado por el Ejecutivo.
«La medida que ha aprobado el Gobierno, dentro del paquete de las medidas en apoyo al sector industrial, no se debería calificar como interrumpibilidad, ya que, en realidad, lo aprobado en el Consejo de Ministros no es más que la puesta en marcha de un sistema de balance para dar un servicio de reservas al sistema energético para cuando estas sean insuficientes», explican las citadas fuentes en conversaciones con este diario.
Un cambio de modelo que provoca que la normativa a aplicar sea distinta a la que ya estaban acostumbrados los industriales con el que se espera que el operador -Red Eléctrica de España- sea capaz de cubrir los desvíos entre la producción y el consumo de energía a partir del mes de noviembre.
La principal diferencia es el tiempo estimado de parada en las fábricas que se acojan a este mecanismo. Cuando el gestor del sistema dé el aviso de parada -que tendrá que realizar con 15 minutos de antelación-, la planta tendrá que cesar el flujo de sus industria hasta tres horas. Por lo que si el precio de la subasta no es competitivo -capaz de compensar al menos la parada de la maquinaria- no será rentable para las empresas acogerse a la ‘interrumpibilidad’.
Hace dos años, en la última subasta de interrumpibilidad que se realizó, las industrias paraban su producción un máximo de una hora, prorrogable hasta un máximo de dos horas. Así, en el nuevo sistema de balance para dar un servicio de reservas al sistema energético está previsto que se cese el flujo de las industrias una hora más de lo habitual. Unos tiempos que no convencen al sector, tal y como ha podido saber este diario.
Otro de los inconvenientes que ve la industria es que a la subasta no podrán acudir las empresas, como lo habían hecho en ediciones anteriores, y serán las comercializadoras quien pujen para obtener los precios más competitivos. Estas sólo contarán con 10 bloques independientemente del número de clientes industriales que tengan en su cartera.
Sistema de ahorro
La gran industria había reclamado recuperar este mecanismo, pero ahora no esperan que gracias a la interrumpibilidad puedan compensar gran parte del aumento de los costes derivados del aumento de los precios de la energía -tanto luz, como gas- por la subida de las cotizaciones internacionales, afectadas por el impacto de la invasión rusa de Ucrania.
El objetivo principal de esta medida es abaratar la factura de la electricidad y el gas a las industrias de gran consumo, para que durante determinados picos de demanda, el desajuste entre la generación y el consumo puede equilibrarse y, con ello, los precios. No obstante, todo dependerá del número de empresas que empleen este mecanismo en sus plantas.