Sanidad ordena la retirada de esta conocida marca de sopas y caldos de los supermercados
La AESAN lanza una alerta sobre varios caldos que se venden en los supermercados
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En muchas casas, los caldos que se presentan en formato de pastillas o en brick ocupan un lugar fijo en la despensa. Y entendemos el motivo: son prácticos, sabrosos y además, pueden transformar una cena improvisada en un plato caliente reconfortante o aumentar el sabor de algunas recetas, hasta el punto de enriquecerlo al máximo. Pero esta confianza que tenemos en el caldo de supermercado, se ha visto alterada por una alerta alimentaria emitida por Sanidad que afecta a una marca muy conocida y consumida en todo el país. Por este motivo, aunque la retirada de productos no es algo habitual, cuando ocurre, suele ser por razones de seguridad que conviene conocer al detalle.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha publicado una advertencia urgente tras detectar un fallo en el etiquetado de sopas y caldos elaborado por la marca Calnort , pero no solo esta. La alerta afecta también a caldos y sopas de la marca Alipende, Covirán, Consemur y Eroski. El motivo es claro: contienen apio, pero este ingrediente no figura en la lista de alérgenos. Esto, aunque puede parecer un simple error, supone un grave riesgo para las personas con alergia a esta verdura. Por eso, la AESAN ha activado el protocolo de retirada de los lotes afectados en todos los supermercados donde se distribuyen. Afortunadamente, esta alerta no implica ningún peligro para el resto de consumidores. Si no tienes alergia al apio, puedes estar tranquilo: los caldos no representan ningún riesgo para ti. Sin embargo, las autoridades han pedido colaboración ciudadana para que se devuelvan los productos si están en casa, especialmente si convive alguien alérgico. La rapidez con la que se ha actuado y el hecho de que la empresa detectara el problema en sus propios controles indican que los mecanismos de seguridad alimentaria funcionan, aunque es importante conocer todos los detalles sobre qué productos están afectados y qué se debe hacer.
Sanidad ordena la retirada de esta conocida marca de sopas y caldos
La alerta se ha centrado en caldos y sopas deshidratadas que se distribuyen bajo diferentes marcas muy presentes en supermercados de toda España. Entre los productos afectados figuran caldos de pollo y caldos vegetales, comercializados en pastillas y, en el caso de Eroski, también en formato sopa con fideos. Aunque todos estos productos comparten un mismo problema (la presencia no declarada de apio), cada uno tiene un lote concreto y una fecha de caducidad específica que ahora enumeramos a partir de la información que ha proporcionado la AESAN.
Estas son todas las marcas y productos afectados:
Marca Alipende
- Caldo de pollo (24 pastillas)
- Lote: 250652
- Caducidad: 05/09/2027
- Caldo vegetal (12 pastillas)
- Lote: 250642
- Caducidad: 04/09/2027
Marca Consemur
- Caldo de pollo (12 pastillas)
- Lote: 250646
- Caducidad: 04/09/2027
Marca Covirán
- Caldo de pollo (24 pastillas)
- Lotes: 250573 y 250502
- Caducidades: 28/08/2027 y 21/08/2027
- Caldo vegetal (24 pastillas)
- Lote: 250505
- Caducidad: 21/08/2027
Marca Eroski
- Sopa de pollo con fideos
- Lotes: 250310 y 250424
- Caducidades: 14/08/2027 y 19/08/2027
Además, la empresa Calnort ha emitido su propio comunicado para alertar de la retirada de algunos de sus formatos de caldo. Los puedes ver aquí.
¿Por qué se ha producido esta alerta alimentaria?
La notificación fue comunicada a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI), un mecanismo que permite a las comunidades autónomas alertar al resto del país cuando se detecta un problema relacionado con la seguridad alimentaria. En este caso, la incidencia fue detectada por las autoridades sanitarias de Castilla y León, tras comprobar que en varios productos no se indicaba la presencia de apio, un alérgeno de declaración obligatoria según la legislación vigente.
Lo relevante aquí es que no se trata de una contaminación accidental, sino de un fallo de etiquetado. El apio forma parte de la receta de estos caldos, pero por error no fue incluido en la lista de ingredientes ni en la advertencia de alérgenos. Dado que las personas alérgicas al apio pueden sufrir reacciones graves al ingerirlo, la ley obliga a que este componente se señale claramente en el envase. La empresa responsable del producto, una vez detectado el fallo en sus autocontroles, actuó con rapidez y comunicó el error a las autoridades, que a su vez activaron la alerta para evitar riesgos.
¿Dónde se distribuyeron los caldos afectados?
La distribución inicial de los productos tuvo lugar en una amplia variedad de comunidades autónomas, incluyendo Andalucía, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Extremadura, Galicia, Islas Canarias, Islas Baleares, Madrid y País Vasco. Sin embargo, las autoridades no descartan que hayan llegado también a otras regiones por medio de la redistribución comercial entre supermercados.
Como hemos visto, los productos afectados han sido vendidos en cadenas tan conocidas como Eroski y Covirán, lo que implica una cobertura de puntos de venta bastante amplia. Es por eso que la AESAN ha hecho un llamamiento general para revisar los productos en casa, prestando atención a las marcas, los lotes y las fechas de caducidad, especialmente si en el hogar vive alguna persona alérgica al apio.
Qué hacer si tienes alguno de estos productos en casa
Lo más importante es revisar el etiquetado del producto si has comprado recientemente caldos o sopas deshidratadas. Si figura alguno de los nombres mencionados y coincide con los lotes afectados, y además eres alérgico o convives con alguien que lo sea, no debes consumir el producto. Aunque el alimento en sí no está en mal estado, la falta de información sobre alérgenos lo convierte en un riesgo para un grupo sensible de la población.
La AESAN ha indicado que estos productos deben ser retirados y devueltos, por lo que los consumidores pueden acudir al punto de venta donde los adquirieron y solicitar información sobre la devolución. Las tiendas están obligadas a colaborar y facilitar este proceso. Además, este tipo de incidentes deben ser comunicados a los servicios autonómicos de consumo si se detecta algún incumplimiento por parte del establecimiento.
Por suerte, el sistema de control alimentario ha funcionado como debe. La información ya está en manos de consumidores, autoridades sanitarias y cadenas de supermercados, y el riesgo ha sido limitado a un grupo específico. Aun así, conviene permanecer alerta y actuar con precaución si se tienen productos de este tipo en casa. Porque, al final, en temas de salud, más vale prevenir que curar.